TRANSPORTE PÚBLICO
Montserrath Artavia
poesía
Metáfora Editores (Guatemala)
2013
Montserrath es oriunda de San Ramón, “la tierra de los poetas”. No sé si eso es un halago, un eufemismo o una maldición… El caso es que la poesía no tiene tierra, no tiene patria. Y esto es importante de mencionar en un país donde parece que el vallecentralismo nos encierra y hace que nos desconozcamos, como si la poesía no fuera también periferia, y no estuviera al margen.
Por suerte, la poesía de Montse viaja en “Transporte Público”. De San Ramón a San José, de San José a Managua, a San Salvador, a Ciudad de Guatemala… cruzando lagos y abrazos, con el pasaporte del poeta que abre las puertas de la amistad, la solidaridad y de la hospitalidad entre quienes compartimos el oficio y la sed casi inagotable del “poetariado”. Por eso no me sorprende que los hermanos guatemaltecos le hayan abierto la casa de la editorial Metáfora a la poesía de Montse.Este libro viaja. Pero no se equivoquen, no se trata de un poemario urbano ni de un diario de viaje, como podría esperarse. Todo lo contrario, es un viaje interior, un repasarse en lo cotidiano, la poesía desde el fastidio, desde la pasión, desde el oficio de la casa al placer de la recámara y sus alrededores, desde los recuerdos infantiles frente a una fotografía y una naranja, desde la visión de madre y el compartir con los hijos. El asombro a partir de lo usual, lo periódico: levantarse, saludar a la familia, tomar el desayuno, salir con prisa, olvidar lo que alistamos desde la noche anterior…
la vida a través de la ventana del autobús.
Transporte Público es un poemario corto pero consistente. Sin secciones ni intermedios, como quien dice, de servicio directo. Montserrath Artavia, con su ópera prima, nos da un paseo por la ruta diaria, de lectura fluida, sin presas, limpio, sin huecos en la carretera, con imágenes precisas y metáforas sugerentes. Se lanza a la ruta de la poesía decidida y audaz, con la labor meticulosa del enderezado y pintura, donde se nota el trabajo realizado despacio y con buena letra, pero con la constancia necesaria para emprender el viaje.
