En los Juegos Deportivos Universitarios Centroamericanos y del Caribe, el equipo de atletismo de Costa Rica campeonizó y aportó al medallero nacional 12 medallas de oro, 8 de plata y dos de bronce. (Foto cortesía del comité organizador)
La delegación costarricense regresó cargada de medallas de los XV Juegos Deportivos Universitarios Centroamericanos y del Caribe Honduras 2013, celebrados en Tegucigalpa del 23 al 27 de setiembre pasados, donde obtuvo 37 preseas de oro, 32 de plata y 13 de bronce,
El seguidor más cercano de los ticos fue la delegación anfitriona, que ha reunido 25 preseas doradas, 28 plateadas y 37 de bronce. Y ya muy lejos, la delegación puertorriqueña, con únicamente 13 doradas, 6 plateadas y 4 broncíneas.
¿Pero cuáles son las claves del éxito? Vamos desglosándolas deporte por deporte.
Mientras en el ajedrez femenino individual Adriana Jiménez quedó subcampeona tras caer frente a la hondureña Alejandra Barrientos, tanto la selección femenina como la masculina fueron campeones. En el ajedrez se premia con 1 punto al ganador, medio a los que empaten y 0 al perdedor. Y en lo colectivo, se suman los puntos obtenidos por sus cuatro ajedrecistas que jueguen. Ninguno de los ajedrecistas del equipo masculino participó en el torneo individual.
Por otra parte, en el atletismo en general la delegación nacional fue superior al resto y se impuso al ganar 12 oros, 8 platas y dos bronces. Sobresalen triunfos como los de Roberto Sawyer en bala y martillo, y Shantely Scott en 100 metros femenino.
En el futbol 11 femenino, las costarricenses llegaron a finalistas contra las hondureñas tras ganar todos los compromisos de la fase de grupos 4-0 sobre Nicaragua, 3-0 contra Honduras y 1-0 a El Salvador; sin embargo, tuvieron que conformarse con el subcampeonato tras perder contra las propias catrachas 1-2 en la final. No hubo representación masculina en este deporte.
El futsal costarricense femenino sí tuvo su recompensa tras demostrar su poderío a lo largo de cinco compromisos: empezó por masacrar a las guatemaltecas 18-1, a las salvadoreñas 6-1 y a las hondureñas 3-1 durante la fase de grupos, luego se deshizo de las chapinas en semifinales con otra paliza, esta vez 11-0, y finalmente, se impuso contra las catrachas en la final 3-2 para dejarse la presea dorada. A su contraparte masculina no le fue tan bien, pues luego de empatar a 3 contra Panamá, humilló 7-2 a El Salvador y 14-2 a Nicaragua, pero cayó contra los hondureños 5-8, quienes se dejarían el cetro masculino con marca perfecta. Este resultado, más el gane de Panamá, hizo que los ticos cayeran a la tercera plaza entre cinco concursantes, únicamente por encima de salvadoreños y nicaragüenses.
En el karate do, la delegación costarricense acumuló cuatro medallas de oro, tres de plata y una de bronce, y fue superada en el medallero por los colombianos, pero en la tabla general de esta disciplina, adjudicada por puntos, los costarricenses fueron terceros detrás de los colombianos, subcampeones, y los hondureños, campeones.
En la natación en general, la delegación nacional también fue la subcampeona tras todos los eventos de todas las categorías, únicamente por debajo de los nadadores catrachos. La escuadra costarricense obtuvo cinco oros, nueve platas y un bronce.
Al taekwondo nacional en general le fue un poco mejor al finalizar en el segundo lugar, superado solamente por la delegación anfitriona, gracias a 3 medallas de oro, 2 de plata y 2 de bronce.
Finalmente, en tenis de mesa, los tenistas de mesa de Puerto Rico y Guatemala fueron superiores al resto, y se dejaron los oros. Costa Rica logró bronce en equipos y dobles masculino y plata en equipos y en dobles femenino. En los individuales, no pudieron entrar en las finales, pues puertorriqueñas en femenino y guatemaltecos en masculino hicieron el 1-2.
En el voleibol femenino, las costarricenses fueron víctimas de Puerto Rico con un contundente 3-0, pero luego se recuperaron y le infligieron esa dosis a la isla de Bonaire, El Salvador y Honduras, para acabar como subcampeonas del torneo con 15 puntos, por detrás únicamente de las boricuas. No hubo representación masculina.