Las discusiones dentro del VII Congreso Universitario avanzan, pese a atrasos por falta de quórum, aseguran organizadores. (Foto: Katya Alvarado)
El pasado lunes 20 de octubre, 84 congresistas universitarios asistieron en vano en la mañana a la octava sesión plenaria del VII Congreso Universitario de la Universidad de Costa Rica (UCR), pues hicieron falta 18 personas para poder cumplir con el quórum establecido y así votar las ponencias en la agenda de esa mañana.
Esta fue la segunda ocasión en que el Congreso tuvo que suspender una de sus sesiones, por falta de asistencia. De los 387 participantes que al inicio del Congreso se habían inscrito, actualmente solo quedan 306, confirmó Carmela Velázquez, miembro de la comisión organizadora del VII Congreso.
Velázquez explicó que la comisión realizó trámites para quitarles las credenciales a aproximadamente 40 congresistas, porque no han asistido a ninguna de las sesiones plenarias; además, decenas de inscritos voluntariamente han expresado su imposibilidad de asistir a las sesiones y se han retirado.Con esta disminución de congresistas oficiales, el quórum se ajustó a 102 asistentes; para Velázquez; con este número se beneficia la dinámica de las sesiones, ya que la asistencia constante a la mayoría de sesiones ronda los 120 universitarios.
Francisco Enríquez, presidente de la comisión organizadora del Congreso, aseguró que la suspensión de una sesión por falta de quórum –especialmente en la sesión de la mañana− representa una “desconsideración” con aquellos congresistas que se trasladan desde provincias alejadas para votar por sus ponencias, dado que estas personas viajan desde temprano y deben esperar toda una jornada si los demás compañeros congresistas no cumplen con su asistencia.
Entre los grupos en que Enríquez ha notado más ausencia ha sido el sector estudiantil y el docente, aunque está consciente de las particularidades de cada uno.
“El sector estudiantil empezó el Congreso con una participación muy activa al principio de las jornadas; sin embargo, hemos visto que ha ido disminuyendo conforme pasa el semestre; probablemente las elecciones federativas, así como el choque de sus lecciones, han provocado esta situación; tengo la esperanza de que en noviembre este sector se reincorpore”, expreso el presidente de la comisión
Por su parte, Alejandro Madrigal, presidente de la Federación de Estudiantes (Feucr), indicó que desde antes de iniciar el Congreso la Feucr había advertido de la vulnerabilidad de ausencias por parte de los representantes estudiantiles, debido a que la cantidad de fechas −en su opinión− eran demasiadas para las obligaciones habituales que tienen los estudiantes, además de otros eventos como las elecciones federativas, que se efectuarán la última semana de octubre (30 y 31).
De hecho, Madrigal recordó que, en su momento, propuso a los organizadores que los tiempos de discusión por ponencia se redujeran, para que con ello el número de sesiones fuera menor y se evitaran ausencias.
Tanto Velázquez como el presidente de la comisión concordaron en que las votaciones de la mayoría de las ponencias se dan en forma rápida, sin ningún atraso significativo. Esto ha permitido que se ahorre mucho tiempo y que se aproveche más tiempo para las ponencias que son más polémicas y requieren de mayor debate.
Si bien Enríquez se mostró preocupado por la disminución de congresistas, considera que el actual Congreso presenta índices de asistencia mayores a eventos de este tipo de años anteriores, lo que cual le satisface.
Mientras tanto, Velázquez es del criterio de que aún con los atrasos de las dos sesiones suspendidas, el VII Congreso podrá cumplir con el cronograma establecido, es decir, finalizar esta etapa de sesiones plenarias el próximo 8 de diciembre.
Una vez que se termine esta fase de votación de ponencias en sesiones plenarias, la comisión organizadora tendrá tres meses para enviar un informe de las decisiones aprobadas al Consejo Universitario y la Rectoría, donde cada órgano deberá tomar acciones de acuerdo con lo votado en este Congreso.
