Experto en vulcanología desmintió eventos anormales en este volcán de San Carlos.
El Volcán Arenal no presentaría actividades fuera de lo normal según su comportamiento, de acuerdo con el experto en vulcanología de la Red Sismológica Nacional, Raúl Mora.
El experto, quien tiene varios años de estudiar este volcán en La Fortuna de San Carlos, mencionó que el hecho que el 24 de mayo se presentara ceniza y pequeñas explosiones está dentro de la situación usual del volcán, que está activo desde 1968. Al contrario, resaltó que durante la última década ha disminuido la intensidad de su actividad, dado que en los noventa eran más frecuentes las explosiones y las coladas de lava.
Mora indicó que el comportamiento del volcán es impredecible, aunque haya un gran monitoreo del mismo. Por eso recalcó la importancia de respetar las señales de restricción, de modo que se reduzca el riesgo de que eventuales actividades hagan grandes daños.
A continuación se presenta un extracto de la entrevista que sostuvo Mora con UNVIERSIDAD.
¿Cual es la situación actual del Arenal?
-Sucede lo que ha estado sucediendo los últimos diez años, no hay ningún cambio anómalo, está en una actividad normal.
¿Qué sucedió el mes pasado que alertó a los vecinos?
-Lo que sucedió el lunes 24 de mayo está dentro de la actividad normal del volcán, y se trata de actividades fumarólicas y coladas de lava. Pero eso es completamente usual, dado que está activo desde 1968.
Sin embargo, hubo gran alerta y se cerró el Parque Nacional Volcán Arenal. ¿Por qué sucedió si era algo normal?
-Hay que recordar que el volcán siempre está en actividad. Esto es interesante, porque son pocos los volcanes en el mundo que duran tantos años activos. Como tal, siempre está eruptando pequeños volúmenes de lava pero constantemente. Para darle una idea aproximada, podríamos estar hablando de 0,01 m3/s. Y en este caso es normal; fíjese que antes del 2000 el volcán era mucho más activo y generaba mayores eventos.
La lava del Arenal es muy densa. En el momento de salir, puede tener una temperatura de hasta 1000°C. Pero como sale en tan reducido volumen, se enfría y tiende a acumularse en la cima.
Conforme la lava se seca y se acumula, genera paredes sumamente inestables, que al cabo del tiempo y por la misma gravedad, caen. A veces lo único que hay es levantamiento de ceniza. Pero cuanto el volumen de la pared es muy grande, cae en el modo llamado “fragmentación”, el cual conlleva un deslizamiento de ese material con pequeños flujos piroclásticos. Y eso fue lo que sucedió ese día. Sin embargo, esto pasa el 90% de las veces que el volcán tiene estos deslizamientos; el punto es que muchas veces pasa desapercibido por poca visibilidad.
¿Hay alguna situación de alerta en este momento, en relación con los recientes sismos en el país?
– No. No ha habido cambios en la sismicidad, y eso es importante porque es un indicador de que no hay movimientos bruscos en el interior del volcán. El Arenal, como cualquier otro, es totalmente impredecible, y sería un error de nuestra parte dar una alerta ahora, así como negar que no sucede nada. En realidad el volcán está vivo, y es bueno que de vez en cuando la gente le ponga más cuidado, para recordar a guías y a turistas que es necesario respetar las restricciones.
¿Cuáles son los peligros volcánicos del Arenal?
– El primer peligro son los flujos piroclásticos. Estos son eventos muy violentos, que pueden salir del cráter acarreando lava, roca, cenizas y brasas, bajando entre 50 y 100 km/h, a unos 400°C. Le doy un ejemplo; lo que pasó el 24 de mayo es lo que un compañero denomina “fenómeno híbrido”, y se refiere a una unión muy sutil entre un deslizamiento y flujo piroclástico.
Cuando hay deslizamientos de mucho material, se da un efecto de “bola de nieve”: hay pequeñas explosiones en las partículas, se libera mucho gas, se levanta la ceniza; es un evento violento y eso es lo que llama la atención. El peligro radica en que estos flujos piroclásticos no respetan nada.
En cambio, otro evento muy frecuente y no tan peligroso son las coladas de lava, que avanzan hasta a menos de 2 km por día, por lo que el daño mayor lo hacen a terrenos e infraestructuras. Hay que recordar que es material incandescente, que le da fuego a prácticamente cualquier cosa.
¿De qué maneras se puede prevenir un desastre en esa zona?
– Prevenir es muy difícil, porque aunque tenemos un gran monitoreo y planes de acción frente a una emergencia, cualquier cosa puede esperarse. Realmente no existe una predicción de la actividad de un volcán, y por eso hay que estar listos ante cualquier cosa.
Pienso que en primer lugar se debe tener un mejor ordenamiento territorial; la municipalidad debería tener más injerencia en esto y hacer mejores inspecciones. Existe una ley de restricción de uso de suelos que prohibe cualquier tipo de desarrollo o de actividad humana dentro de una zona de riesgo alrededor del volcán, y que no se respeta: allí hay construcciones que aunque estaban de previo, deberían cambiarse como medida de precaución.
Otro aspecto es darle seguimiento a esta ley, que me parece fue dada en el 2002. Como recomendación es necesario revisarla cada cinco años, pero eso no se está haciendo, y entonces no sabemos si realmente esta zona se está quedando corta según los nuevos comportamientos del volcán.
Creo que a todo esto hay que recordar que el volcán tiene una actividad constante y es activo. Y que aunque hayan siempre pequeñas explosiones o grandes fumarolas, hay que tenerle respeto porque podrían ser más violentas.
