Tras fracaso del FIA

Servicios de salud reciben mala nota de la ciudadanía

La mayoría de los costarricenses tiene una mala opinión de los servicios de salud que recibe de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS).

La mayoría de los costarricenses tiene una mala opinión de los servicios de salud que recibe y se queja de la infraestructura que los recibe en las clínicas, hospitales y otros centros médicos de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS).

Así lo revela una encuesta realizada por la Contraloría General de la República (CGR) en enero de este año a 3.000 costarricenses, en la que se consultó la opinión sobre los principales servicios públicos, como salud, agua, electricidad, combustible, transporte y educación.

En el estudio, los Equipos Básicos de Atención Primaria en Salud (Ebáis) recibieron de los encuestados una calificación positiva del 46%, las clínicas del seguro social del 50% y los hospitales del 55%.

“El sector salud para nosotros es uno de los que mostró percepciones más bajas”, comentó la contralora general, Marta Acosta, quien también alertó sobre los bajos porcentajes en las calificaciones acerca de la condición de las instalaciones (51% en Ebáis, 68% en clínicas y 61% en hospitales) y en la buena atención administrativa (50% en Ebáis, 58% en clínicas y 52% en hospitales).

Entre otros resultados que generó la encuesta, destacan las evaluaciones en los precios de los servicios básicos, en los que el 84% de los encuestados calificó que los servicios de luz y combustible tienen un alto costo.

Dicho informe resalta que el 89% de los encuestados considera satisfactorio el servicio de agua, el cual ha mejorado en las áreas de prestación del servicio a bajo costo y vigilancia de las fuentes de abastecimiento. Sin embargo, se presenta Guanacaste como la provincia en la que se percibe un mayor costo y menor calidad en la distribución del líquido.

En el tema de seguridad, Acosta subrayó el aumento del gasto en este rubro, el cual se ha incrementado un 23,5% en los últimos 3 años.

De acuerdo con Acosta, el presupuesto del Gobierno Central mantiene sus problemas de “inflexibilidad”, donde las transferencias corrientes ocupan el 31,1%, las remuneraciones el 30,6% y el servicio de la deuda un 28,6%, lo que deja un rango de acción para ajustes de solo un 9,7%.

La Contralora acusó que el desequilibrio fiscal se ha generado producto del “descontrol del gasto público”, donde la deuda se está incrementando a un ritmo del 3% del PIB por año y que hoy alcanza un 39,3% del PIB.

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