No me voy a extender en las leyes que pretenden que el Centro Costarricense de Producción Cinematográfica (CCPC) se convierta en un centro de producción audiovisual, pero ¡qué raros somos en este país! Nos preocupamos porque la selección de futbol clasifique cada cuatro años, para el mundial y no nos preocupamos para nada por nuestro cine.
Qué bonito vivir en un país que como por el futbol se interesara por la cultura. Formaríamos una selección de muchachos, que los hay, imaginativos y talentosos: como el futbol recluta las ligas menores, daríamos oportunidad de capacitarse a los futuros cineastas. En el futbol se capacitan para ser porteros, defensas, mediocampistas, árbitros, entrenadores; en el cine serian, productores, directores, guionistas, directores de fotografía, iluminadores.Así como por todo lado hay canchas de futbol para entrenar a los futuros futbolistas, tendríamos una CINEMATECA NACIONAL donde los futuros cineastas podrían investigar y capacitarse y se construirían grandes estudios cinematográficos: algo parecido al Proyecto gol. Así lo hizo México con los Estudios Churubusco, como Estados Unidos con Hollywood, como Mussolini con Cinecittà, (cine-ciudad), en fin, como lo han hecho los países que se preocupan por conservar su legado cultural, ya sean rojos o amarillos.
Cuando el equipo pase de infantiles a juveniles, se podría hacer lo que países Argentina, Cuba, y México: igual que los partidos de fogueo, se realizarían coproducciones con naciones que tienen tradición cinematográfica y al igual que en el futbol, se intercambiaría experiencia y conocimiento además de recuperar la inversión. Esto último muy importante para la viabilidad del proyecto.
Porque el cine, además de ser cultura también es industria, empresa y un negocio muy rentable y no me atrevo a asegurar, pero tal vez, más rentable que el mismo futbol.
Una vez que hayan pasado los diez años de capacitación, que todos los preparativos y todos los fogueos hayan dado su fruto, entonces sí, a realizar nuestras películas, que mandaremos a Berlín, a Venecia, etc. a ganarse la “Copa del mundo” del cine.
Me imagino la rotonda de la hispanidad, llena, incluyendo al presidente de la república, alzando con orgullo nuestra bandera, cuando hayamos ganado la Palma de Oro en Cannes o el Oscar a la mejor película extranjera: mostraríamos al mundo que también tenemos cine que no es una pachotada.
Entonces, con la frente en alto y con mesurado orgullo, podremos decir gracias, gracias estimados gobernantes con visión de futuro, porque una vez pensaron en fortalecer el “CENTRO COSTARRICENSE DE PRODUCCIÓN CINEMATOGRÁFICA”. La institución que todos soñamos sería una ventana donde nos mire el mundo, donde nos vamos a dar a conocer con nuestra idiosincrasia, nuestra cultura y nuestro arte.
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