¿Se me corrió el “calendario” o la “teja”?

Varios acontecimientos me han estado llamando la atención, un ejemplo de los cuales voy a resumir en este artículo. En  primer lugar, he entrado

Desde que terminé de escribir un libro hace cuatro años sobre espacio y tiempo, estoy teniendo algunas experiencias que voy a compartir con los lectores de UNIVERSIDAD, para tratar de resolver algunos problemas que tal vez sufren otras personas también. El título completo de la obra es Espacio y tiempo en ciencia social: Ordenador de conceptos para análisis de la sociedad; y fue publicada por la Universidad Estatal  a Distancia en 2008.

Varios acontecimientos me han estado llamando la atención, un ejemplo de los cuales voy a resumir en este artículo. En  primer lugar, he entrado a esa etapa compleja y crítica de la vida que llaman adulto mayor, cuando uno se jubila del trabajo formal y surge una serie de problemas como quiebre de rutinas básicas, falta de “sentido general” del quehacer cotidiano y “unidad” de diferentes actividades específicas. Dicho sea de paso, esto suele ser más traumático para los hombres en esta “sociedad machista”, donde los de género masculino nos desenvolvemos en la punta de los procesos organizacionales y familiares en general, tomando las decisiones, centrales más tensas, mientras nuestras compañeras del género femenino realizan funciones menos irregulares y tareas más permanentes o estables.  En segundo lugar, sufrí un “colapso hormonal”, es decir, decaída de los flujos que sostienen y ordenan el desenvolvimiento físico, químico y orgánico del ser humano, los cuales  afectan todas las relaciones internas, así como las conexiones externas de la biología general. Y, en síntesis, lo que me ha estado ocurriendo es lo siguiente:

Se me corrió un mes entero en la secuencia de acontecimientos de mi vida. Al despertar en el curso de una noche reciente, de repente estaba seguro que era el 11 de julio. Y recordé que tenía una cita en el Hospital de Geriatría y Gerontología Blanco Cervantes el día siguiente, en la sección de Cardiología. Como mi esposa lleva el control de mis citas médicas, fui a verificar con ella, llevándome la sorpresa de que ella me dijo, con toda seguridad, que esa cita era para dentro de un mes, ya que estábamos apenas a 9 de junio.  “No, Linda”, le dije con igual convicción, “es para mañana (10) de julio; veamos, que la tengo apuntada en mi agenda”.

Entonces, fuimos a hacer el chequeo juntos, pero ella tenía razón: la fecha era 9 junio, y yo  mismo tenía apuntada la cita para el 10 de julio; es decir, en mi mente o según mis cuentas,  era el 9 de julio, exactamente un mes antes. ¿Cómo fue que se me corrió el calendario un mes entero? Resulta que se hizo una confusión entre la fecha de inicio del campeonato mundial de futbol (12 de junio), la de la cita médica (1O  de julio) y la del matrimonio de un joven querido amigo de la familia (12 de julio): futbol, cita de examen de cardiología, fecha de matrimonio, etcétera. ¡Tantos compromisos y desarticulaciones concomitantes de  las dimensiones de espacio y tiempo de mi mundo, como viejo de 70 años!

En  momentos, me sentía como un “zombie” haitiano, de los descritos por Wade Davis en La serpiente y el arco iris (Harvard University, 1985), un  estar –y, a la vez, no estar− en el mismo lugar del espacio y tiempo. Si te sientes así algunas veces, estimado lector, estimada lectora, no te preocupes más de la cuenta: tal vez nos podemos ayudar con mi libro publicado por la Universidad Estatal a Distancia.

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