Una característica presente en toda institución pública es la aparición de gran cantidad de feudos, dominados por un señor o señora feudal. En los últimos años, es sorprendente cómo en esta Universidad han proliferado en gran cantidad y cualidad
En mi opinión, esto obedece a un proceso gradual que opera en todo ser humano, llamado “institucionalización”, el cual consiste en creerse dueño o apropiarse de objetos y lugares y hacerlos suyos literalmente hablando; se podría suponer que en este proceso no existe a primera vista ningún mecanismo perverso, por el contrario solamente un espíritu de “buena fe”.Sin embargo, a mi parecer esta conducta crea una paranoia o delirio de grandeza y poder patológico que entraba el buen funcionamiento y las buenas relaciones humanas, amputa ya de por sí los escasos espacios de salud mental y entretenimiento con que se cuenta en esta Universidad catalogada como humanista, que sin embargo tira a la calle a personas enfermas alcohólicas, o solicita a los inquisidores despidos fundamentados por leguleyos de turno por bicocas de material de desecho o por faltas menores, y premian a los señores feudales, que cuando cometen delitos cuantiosos estos son trasladados e incentivados con dedicación exclusiva y sobresueldos.
Lo más lamentable de esta triste verdad es que la mayoría de los siervos que tienen un poco de conciencia social hemos sido culpables y, como buenos esclavos, hemos aceptado lo que los señores feudales hayan querido hacer, mas aun cuando el mayor de los feudales asegura que para este año no hay reajuste salarial porque los siervos ganan mucho y viven muy bien.
Triste es ver que la realidad es otra en este “feudo humanista”. Duerme el sueño de los justos un centro vacacional, no hay carrera administrativa, se cumple a cabalidad con el dicho de la “maceta del corredor no pasa”, no hay espacios para la distracción y el sano esparcimiento, la desmotivación es constante, amenaza recurrente de privatizar servicios, maquillan la gestión de calidad la cual se asemeja a las maquilas transnacionales con la explotación del hombre por el hombre , aún se hacen contrataciones por destajo, se privatizaron los servicios de conserjería, una gran mayoría debemos hasta nuestra conciencia a los señores feudales, vamos y venimos como buenos bueyes mansos halando la carreta de la inequidad y la injusticia social, mientras una minoría se pasea por Europa hablando de las grandezas de sus feudos.
Como se nota, el panorama no es nada halagador, por suerte aún existe el derecho a la verborrea y los medios de comunicación que lo hacen público; sin duda, uno de los mejores métodos catárticos con los que cuentan los siervos que nos hemos salido del saco de este feudo humanista.