Wendy Acosta, volante de la Selección Nacional Femenina de Fútbol, es estudiantes de Educación Preescolar e instructora en el Programa Formación de Talentos en Fútbol de la UCR. (Foto: Tomada del Facebook de Wendy Acosta)
El papel histórico de la Selección Nacional Masculina en el Mundial de Brasil, la presencia de tres clubes nacionales en los cuartos de final de CONCACAF y la primera clasificación de una Selección Mayor Femenina a un Mundial son el producto del esfuerzo de una serie de personas que han trabajado por el deporte. Una de ellas es Wendy Acosta Salas, jugadora de la Selección Nacional y estudiante de la Universidad de Costa Rica (UCR).
Wendy es una joven de 24 años que está por concluir la carrera de Educación Preescolar en la UCR, trabaja como instructora en el Programa Formación de Talentos en Fútbol de esta institución y ha sido jugadora del equipo representativo de fútbol femenino UCR desde el 2008.
También juega en primera división con Moravia, es vecina de Curridabat y tiene dos hermanos. Ahora, además de todo esto, su nombre está escrito en la historia deportiva de Costa Rica por la clasificación al Mundial Femenino de Canadá 2015.
Acosta se inició en el deporte desde muy pequeña, el equipo UCR fue uno de los pasos en su carrera deportiva. “De todos mis años de estar en el equipo de la U sólo cosas buenas recuerdo: han sido éxitos tras éxitos y muchos aprendizajes. No recuerdo segundos lugares, solo éxitos en las Ligas Universitarias, los JUNCOS (Juegos Universitarios Costarricenses) y los JUDUCA (Juegos Deportivos Universitarios Centroamericanos)”, comentó.
En medio de tantos éxitos, Wendy recuerda con agradecimiento a su padre, quien la animó a jugar fútbol desde niña. “Siempre he estado detrás de un balón, pero fue a los 14 años que mi papá me metió a una escuela de fut (que en ese entonces no eran tan comunes). Mi papá era jugador y, posteriormente, dirigió un equipo. Él me impulsó y me acompaño, anduvo conmigo en todos los viajes y partidos”, recordó con nostalgia al recordar el gran legado que le dejó su padre, quien falleció hace tres años.
Perder a su padre, además del dolor sentimental, implicó muchos cambios en la vida de Wendy, incluso consideró alejarse del deporte. “En cuestión de una semana mi vida cambió. Con la muerte de mi papá, tuve que empezar a ganarme el dinero para estudiar, y fue una época muy difícil”; sin embargo, la ayuda e insistencia de muchos entrenadores le permitieron seguir hasta el día de hoy.
Agregó que fueron años duros, durante los cuales hizo muchos esfuerzos y sacrificios por sacar adelante una carrera universitaria, paralela a una deportiva. Asegura que al final valieron la pena. La cereza del pastel de logros de Wendy fue ante Trinidad y Tobago, en las semifinales del Campeonato Femenino de CONCACAF, el pasado 24 de octubre en Chester, Pensilvania, Estados Unidos, cuando la Sele femenina clasificó por primera vez a un Mundial.
Ante este logro, mencionó que ella y sus compañeras solo esperan una cosa del pueblo y la Federación: Apoyo. “Esperamos mucho apoyo. La verdad es que no tenemos suficiente infraestructura. Ocupamos fogueos de calidad y más preparación”.
La destacada jugadora hizo ver que “nosotras no vivimos del fútbol; nosotras trabajamos en otras actividades para comer y, además, somos deportistas. Muchas compañeras del equipo trabajan en call centers y tienen muchas dificultades para preparase deportivamente”. Además de estas situaciones, las selecciones femeninas no reciben premios económicos por clasificar a un Mundial, como sucede en el caso de las masculinas.
Wendy es una soñadora, pero sobre todo una luchadora. Los sueños están para cumplirse y para eso se necesita trabajo, como dice ella. “Nada cae del cielo por obra del Espíritu Santo. Hay que esforzarse”. Por ahora, Wendy y el equipo tienen muy claro lo que desean: “Queremos ir al Mundial a competir, no sólo a participar”.
En este momento, ella se prepara para los Juegos Centroamericanos y del Caribe Veracruz 2014 y agradece a toda la gente que le ha apoyado en este proceso. Recuerda que “hace 4 años no pasaban los partidos por televisión nacional y en el aeropuerto sólo la familia nos recibía. Ahora hay más apoyo. Nadie sabe cuánto significa para nosotras que las personas salieran a saludarnos cuando llegamos. Se ha visibilizado nuestro trabajo y nuestro amor por la camiseta”.
UN APORTE MÁS ALLÁ DE LAS CANCHAS
Más allá del ámbito deportivo, los logros de Wendy y de la Selección Femenina han venido a aportarle algo más que goles a Costa Rica: son un paso hacia una sociedad más equitativa, pues en los últimos años se ha validado el papel de la mujer en el ámbito social, público y específicamente en el deportivo.
Wendy destacó que la semana pasada, dando clases, las niñas celebraban los goles en el entrenamiento, como ella y sus compañeras del equipo nacional lo hacían en la eliminatoria. Se convirtieron en modelos a seguir. “Ya las niñas tienen figuras femeninas en el deporte a las que quieren seguir. Cuando era pequeña, quería ser como Rolando Fonseca, pero las niñas de ahora pueden tener a otra mujer como referente y eso significa mucho en temas de género”, dijo la seleccionada nacional.
Además, relató cómo en su infancia y adolescencia fue muy difícil lidiar con los estereotipos que limitaban el papel de la mujer y la juzgaban por jugar fútbol. “Eso ha cambiado mucho en los últimos años, y esperamos que siga cambiando, que nuestros logros ayuden a que se legitime y apoye el deporte femenino”, expresó.
