Dos cumpleañeros

En los próximos días se celebrará un año más de vida independiente en Costa Rica. Dejando de lado la discusión que se ha generando

En los próximos días se celebrará un año más de vida independiente en Costa Rica. Dejando de lado la discusión que se ha generando en los últimos tiempos por el proyecto de ley que pretende cambiar la verdadera fecha de la independencia de esta provincia centroamericana, y por lo tanto celebrar el 29 de octubre como la “verdadera fiesta de independencia”, vamos a decir que este 15 de Setiembre la Señora Patria cumplirá 191 años. Yo también cumpliré ese día, pero solo 24 años.

Tengo el privilegio de haber nacido el mismo día que nació la Señora Patria. Tal vez aspire a lograr cosas en mi vida como las que ha logrado esa gran Señora de 191 años. Ciertamente ha tenido una vida muy fructífera, ha alcanzado grandes logros en todos estos años; ha tenido grandes hijos; ha sabido sortear muchos malos momentos.

Pero, debo ser honesto, aun así no dejo de sentir un sentimiento extraño en todo ello. Me da la impresión de que a pesar de su edad parece que le ha costado mucho madurar a esta Señora. Generalmente comete errores que ha cometido en el pasado, sin que haya aprendido de ellos para no volver a repetirlos. Constantemente se cae en la misma piedra una y otra vez.

Su estampa es vieja, muestra signos de de deterior físico, mental, y a ratos, espiritual. Sus mejores hijos ya han  muerto, otros la han abandonado y los que le quedan ya no la respetan, ya no la quieren. Ya son 191 años, y estos no pasan en vano. Me pregunto: ¿Cuánto tiempo irá a vivir más? ¿Logrará llegar a los 200 años tal y como la conocemos hoy en día?

Si como dicen las comparaciones son odiosas, no profundizaré mas allá del hecho de decir que a mis 24 años parece que yo he madurado más que esta Señora Patria de 191 años; y si bien en mi celebración de cumpleaños nunca habido grandes pasacalles en todos los pueblos, ni colegialas danzando con las minifaldas al viento, alcohol o pólvora en las calles; ni se encuentran  presidentes (o presidentas), ministros o diputados a mi lado, ni mucho menos grandes multitudes de personas en los alrededores vitoreando y gritando mi nombre; por lo menos las pocas personas que celebran conmigo mi cumpleaños cada año si lo hacen de verdad y sin hipocresía.

Tal vez yo no voy a celebrar ningún aniversario de independencia este 15 de Setiembre, ni tampoco sé cuando podré celebrarla. Pero por lo menos si estoy consciente de ello y no me engaño a mí mismo, como ella lo ha hecho, creyendo que es independiente, festejando cada año que es independiente, cuando de alguna u otra manera nunca lo ha sido.

Traten de no decírselo en su día de cumpleaños para que no se sienta mal,  pero cada año la Señora Patria me provoca más pena ajena: tantos amigos que dice tener, tantas personas que le profesan su amor y la homenajean… y ninguno de ellos le ha dicho que nunca ha podido romper sus cadenas, que ya está muy vieja y que probablemente pronto la vamos a estar enterrando.

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