Tras seis meses de haber alcanzado la presidencia de la Asamblea Legislativa en medio de una polémica elección en la que se le cuestionó por su pasado, el diputado Víctor Emilio Granados asegura que las heridas de ese proceso se han cerrado, no solo en lo personal, sino también con las fracciones legislativas que dejó atrás tras la ruptura de la Alianza Por Costa Rica.
Granados aseguró en entrevista con UNIVERSIDAD que su gestión se ha destacado por la conformación de mesas de diálogo, para sacar adelante temas que confrontan a diversos sectores, lo que en su criterio hace que ningún tema se convierta en un “tapón” para la agenda legislativa.
Pese a haber alcanzado la presidencia con los votos del Partido Liberación Nacional, Granados asegura que los términos del acuerdo son muy claros, y su Partido Accesibilidad Sin Exclusión (PASE) no apoyará al Gobierno en temas como el proyecto de ley de contingencia eléctrica.
¿Qué balance hace de estos seis meses al frente del Primer Poder de la República?
-Muy positivo, creo que los resultados hablan de la gestión y hablan bien de todos los diputados. Nosotros nos veíamos como un puente donde podríamos cruzar las ideas que están encontradas y buscar un punto de equilibrio; creo que ese papel lo hemos hecho bien. Hemos tratado de que haya equilibrios en las propuestas que hemos estado tratando, que incluya las visiones de todos, y hemos demostrado que es posible en temas álgidos.
Estamos aplicando algo que esperamos que sigan teniendo efecto positivo y son las mesas de diálogo. Esas mesas de diálogo suponen a mi juicio la inclusión de las organizaciones sociales, de las organizaciones gremiales, de las universidades, en la construcción de proyectos de ley que requieren de niveles técnicos, de niveles sociales, científicos, académicos y para que de alguna manera esa inclusión real de esas expectativas se plasme en proyectos de ley y facilite acuerdos políticos.
¿En qué se diferencia esta gestión suya hasta el momento con la que lideró la Alianza, de la cual el PASE también formaba parte?
-Creo que al hecho de que nosotros seamos un grupo político que corresponde a un centro natural. Cualquier político le dice a usted que es de centro, pero nosotros hemos dado muestras de ser de un centro natural. En una sola sesión recuerdo que votamos determinado tema con la oposición, con la Alianza; e inmediatamente en otro tema, votamos con Liberación Nacional. No tenemos un marcado dogma ideológico.
Creo que cuando la Alianza tomó el parlamento creó una gran ilusión y expectativa; el problema es que delimitó dos bloques legislativos muy fuertes: 31 diputados de la alianza parlamentaria versus 24 de gobierno y dos compañeros cristianos. Esa delimitación nos metió en una camisa de fuerza. Para tomar decisiones había que tomarlas con ese grupo de 31 diputados. Al romper la alianza nosotros, se pone en evidencia que no existía en términos reales, porque la alianza ya se reunía muy poco, y las diferencias entre líderes de distintas fracciones eran cada vez mayores. Al romperse la alianza, nos liberamos de la atadura de tomar acuerdos los 31 diputados, y se da la posibilidad de que el diálogo fluya más. El control político, pero eso nos sigue uniendo de manera natural, de oponerse a lo que sucede en el país, de manejo de las finanzas públicas, de la situación social.
¿Esa unión es una muestra de que las heridas que generó la elección el 1 de mayo están sanando?
-Yo diría que sanaron muy pronto. Aquí tendemos a satanizar los acuerdos, y se pensó que probablemente este acuerdo respondía a que nosotros, unidos a la fracción de gobierno, íbamos a pasar la aplanadora encima de los derechos de los compañeros, e imponer proyectos y eso no ha sido así, ha sido todo lo contrario.
¿Se siente amarrado a los votos del PLN que lo pusieron en esta silla?
-Me siento agradecido. Imagínese la confianza que depositaron en mí diputados y diputadas que tenían menos motivos para hacerlo que otros de oposición. Porque yo como opositor fui muy fuerte también.
Cuando Liberación y el PASE se unen para tomar el directorio, entre las cosas que se dijeron es que lo hacían con ustedes porque son manipulables. Esto de ser de “centro” en algunos sectores se califica como una posición acomodada. ¿Es esto así?
-Yo puedo confirmarle que no estamos aquí ni estamos allá. Si me pregunta por la reforma procesal laboral, estábamos con la Reforma Procesal Laboral; porque creemos en su contenido y creemos que había que dar el paso. Si me pregunta por contingencia eléctrica -y el Gobierno lo sabe-, pues no estoy con eso. El no estar aquí o allá me permite tomar una decisión más objetiva. Bueno sí, está bien, esa posición es acomodada, pero ¿a quién beneficia? Creo que a mí personalmente no me beneficia, sino que beneficia al país. Me acomodo a lo que siento que permite que avance una agenda con la que pienso que hago bien al país.
Usted menciona el tema de contingencia eléctrica y otros en los que no está de acuerdo con la fracción de gobierno. ¿Qué va a pasar cuando el oficialismo le recuerde quién lo puso en su actual cargo?
-Bueno, por dicha no hemos llegado a ese momento. Creo que tuvimos la suficiente claridad en el acuerdo para que se establecieran las reglas del juego. A la fecha le cumplimos todo al Gobierno y creo que más allá. En la sencillez del acuerdo está la clave. Si usted revisa el acuerdo de la Alianza Por Costa Rica, es un acuerdo que deja sombras, porque cuando se habla de ejes temáticos, se establecieron ejes que crean fricciones entre las fracciones legislativas. Nosotros tenemos un acuerdo muy sencillo, donde dice que en lo que no estamos de acuerdo no vamos, pero en el tema de contingencia fui más allá de lo que está en el acuerdo. Siempre le dije viendo a los ojos a la señora Presidenta y al ministro de la Presidencia y a Fabio Molina (diputado), que en el tema eléctrico nosotros no vamos.
Creemos en un modelo de protección de la generación eléctrica en Costa Rica, y hemos apoyado el proyecto de las cooperativas porque creemos que puede ser la solución. Nosotros creemos en el modelo del ICE, queremos que se fortalezca, creemos en lo que hacen las cooperativas, y sentimos que no debe variarse el modelo. Eso no es óbice a que si desde nuestra posición nos piden una mesa de diálogo para solucionar el aparente problema que existe de generación a futuro, lo podríamos sacar adelante.
¿Qué otros temas cree que le puedan complicar la agenda?
-Creo que hasta el momento hemos hecho un trabajo bastante bueno. Identificar un tapón que suponga va a complicar la agenda es difícil. Probablemente un tema que yo quisiera resolver -pero que por 100 años no se ha resuelto-, es el de los cantones de la península de Nicoya. Yo creo en el plebiscito, creo que debería dárseles la oportunidad democrática a los habitantes de esa región, que tengan la posibilidad de decidir. Pero a nivel legislativo no he encontrado la posibilidad de entablar un diálogo abierto entre diputados de Guanacaste y Puntarenas.
¿Qué piensa del juicio que enfrenta Costa Rica por el tema de fecundación in vitro, que fue un tema que esta Asamblea Legislativa no quiso resolver?
-En lo personal me preocupa la dimensión social de la fertilización in vitro. Si la CIDH ordena aplicar la técnica, debe aplicarse para todas y para todos. Me preocupa por la situación de la CCSS y por lo caro que puede resultar la técnica. Habrá que esperar el fallo de la Corte y habrá que acatarlo.
Me preocupa también una discusión que desgraciadamente se evadió a nivel legislativo, sobre cuándo empieza la vida y el uso que se pueda hacer o no de los embriones. Es un tema que necesita una discusión sana en el país. Pero lo que resuelva la CIDH debe acatarse.
¿Cuánto puede afectar al desarrollo de la Asamblea Legislativa el inicio prematuro de las precampañas electorales?
-Bastante. Es el famoso ciclo electoral que se ha entronizado muy pronto. Uno lo esperaba tal vez para marzo del otro año, y evidentemente puede afectar la producción legislativa y los acuerdos en torno a una serie de acuerdos. Creo que todavía hay espacio para alcanzar acuerdos que nos interesan a todos, y ese espacio a lo mejor nos permite llegar a mayo del otro año logrando acuerdos, tomando en cuenta que se han sacado grandes “pegas” legislativas.