Los mercados de Costa Rica son sitios que guardan historias en sus paredes, que recrean arquitecturas y propician, sobre todo, espacios de encuentro en los tiempos en que la agitación y la prisa son la norma.
Seducido por observar lo que en realidad significa el mercado como un lugar privilegiado para conservar tradiciones y facilitar la comunicación, el artista Mariano Arias trabajó en una serie de 22 xilografías que procura atrapar elementos esenciales de los mercados del país.
La muestra, titulada Des urbano, se exhibe en la sala Dinorah Bolandi del Teatro Melico Salazar y permanecerá disponible, con entrada gratuita, hasta el 4 de octubre del presente año.
En tiempos de los “mall”, la mirada de Arias se centra en los mercados, donde trató de atrapar elementos que permitieran entender mejor estos lugares, algunos de los cuales fueron construidos a finales del siglo XIX.
“Al igual que los mall, los mercados son centros especializados en comercio; la diferencia radica en que los mercados centrales de cada cantón conservan muchas de las tradiciones regionales de cada sitio. La elección se debió al interés de visibilizarlos como puntos de encuentro y registros vivientes de la cultura”, expresó a UNIVERSIDAD Arias.
Arquitectura e interacción fueron dos de los elementos que consideró el artista para armar su exposición, la cual se basó en los mercados Central, Borbón (en San José), los de Cartago, Nicoya, Puntarenas, Alajuela, Upala y Palmares.
“La arquitectura es valiosa, porque muchos de estos sitios no solo guardan gran cantidad de años y, por tanto, técnicas y estilos constructivos que ya no se utilizan, como sucede en el mercado de Cartago, de estilo victoriano y construido en 1910; o el mercado Central josefino, de 1880. Ambos fueron declarados patrimonio arquitectónico y quizás en la parte técnica, al utilizar el grabado como forma de producción, se facilita mucho y adquieren las obras gran cantidad de detalles”.
Sin dejar de lado esa mirada de la arquitectura, lo que vuelve especiales a los mercados de Costa Rica es la interacción para el encuentro y la conversación que propician, lo que no sucede, por ejemplo, en los modernos y gigantescos mall que se han construido en Costa Rica en las últimas dos décadas.
“Es claro que lo más importante de las dos variables es esa interacción que se da en cada uno de estos sitios, muchas veces estigmatizados u olvidados, en los cuales el lenguaje, las tradiciones religiosas, medicinales, y demás, se presentan”.
Los mercados, además, conservan ese hálito de lo nuestro, de lo costarricense; por eso en ellos es posible, todavía, encontrar productos fabricados en el país. De ahí que esa relevancia comercial también es un ingrediente que motivó a Arias a decantarse por su proyecto.
“Los mercados no solo son sitios de encuentro entre las personas, sino también parte de una lucha feroz por un comercio justo y de apoyo al productor nacional, en contra de las grandes cadenas transnacionales”, comentó.
Arias es graduado de la Universidad de Costa Rica (UCR) con una especialidad en pintura. También estudió en la Casa del Artista.
Esta es su tercera exhibición independiente y ha participado en varias de carácter colectivo.
El lunes 17 de agosto, en Sala Dinorah Bolandi, se realizó un conversatorio con el artista, con el fin de ahondar en la temática que motivó la exposición.
Para Alma Fernández, directora del Museo de Arte Costarricense (MAC), Arias introduce al observador en “el laberinto que día a día teje engranajes de historias y negociaciones, las cuales dan sustento a cientos de personas, y capta gestos y particularidades propias del entorno local”.
De acuerdo con la directora, “la propuesta de Arias es arriesgada, tanto técnica como conceptualmente, pero bien lograda. El artista aporta en la muestra su visión analítica y fresca”.
Para Arias, el tema de los mercados, como espacio para la creación, no acaba con la actual muestra, dado que ya empezó las indagaciones en los de Heredia, de la Coca Cola y el de Pérez Zeledón.
Las historias que se entretejen en estos espacios, en los que tradición y modernidad se entrelazan son, además de ideales para la plástica, propicios para la crónica, porque la interacción que genera es única; no obstante, en esta oportunidad es la mirada del artista plástico la que se impone y recrea su propia narrativa de lugares en muchos casos emblemáticos, como el mercado Central o el Borbón.
0 comments