Sobre el artículo del Semanario UNIVERSIDAD del 17 de junio titulado “Techo con goteras en Letras a la espera de reparación”, en el que se habla del problema del techo del edificio y de algunos problemas en los baños, como Decana de la Facultad he de aclarar algunos puntos importantes.
En la Facultad de Letras apreciamos la libertad de expresión y la verdad. Lamentablemente, hemos visto que el Semanario UNIVERSIDAD ha incurrido en dos errores graves al referirse a la Facultad que desmerece su compromiso con la verdad. En primer lugar, el Semanario informó sobre el estado del techo del edificio. A este respecto, he de aclarar que los trámites sobre el arreglo y el cambio del techo han sido prioridad para nuestra administración y para la Oficina de Servicios Generales, que ha hecho lo mejor posible con los escasos recursos asignados para reparaciones. Sin embargo, en este momento, el cambio del techo es un proyecto cuyo presupuesto acaba de ser enviado a nuestra oficina, y es tan elevado que estoy gestionando el apoyo institucional de manera urgente.
En segundo lugar, quiero referirme a una afirmación falsa sobre los baños del edificio, que transcribo literalmente de la misma nota: “[…] el Decanato manda a las unidades académicas a decidir sobre la situación de los baños, resolviendo muchas veces cerrarlos, lo que obliga al estudiantado a recibir clases en condiciones insalubres.” Al respecto, es necesario aclarar que este Decanato nunca ha trasladado la responsabilidad de la toma de decisiones sobre la administración de la infraestructura de la Facultad a las unidades académicas; antes bien, en mi administración nunca he mandado cerrar ninguno de los baños, aun cuando no haya agua, en cuyo caso se recoge por cisterna o manguera. Además, un edificio que recibe el doble o el triple de visitantes de los que su capacidad puede sostener, prácticamente desde los inicios de su funcionamiento, ocasiona que haya dificultades en las tuberías y rebasamientos de agua. Estos se han tratado de reparar con toda celeridad; no obstante, los problemas persistirán si las áreas de los baños no se remodelan a un corto plazo, lo cual no es posible de momento por razones presupuestarias.
Por último, reitero que el Decanato de la Facultad de Letras apoya la libertad de expresión, pero considero que una libertad que no está articulada con la verdad, carece de fundamento moral y político y deja de ser información para convertirse en pretexto para otros propósitos, lo cual puede ser sumamente peligroso.
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