Estreno de Danza Universitaria: Más allá de la manzana de Newton

Danza Universitaria estrena este jueves 25 de junio la coreografía Inercia, bajo la dirección general de Gustavo Vargas.

El concepto de la inercia es una metáfora de la vida. Pensar en cómo un cuerpo permanece en reposo sin ningún estímulo, mientras si es estimulado por un motor externo permanece en movimiento es una fuente de reflexión existencial.

Este es el punto de partida creativo de Gustavo Vargas, director general de la coreografía Inercia, puesta en escena con Danza Universitaria, en celebración del aniversario número 75 de la Universidad de Costa Rica.

La obra, apoyada por la Rectoría de la UCR, se estrena este jueves 25 de junio en el Teatro de la Danza, ubicado en el Centro Nacional de la Cultura (CENAC.

En el montaje también participan el artista visual Esteban Piedra, quien trabajó en la conceptualización con Vargas y asumió la asistencia de dirección, y el músico Alex Catona, autor de la banda sonora.

Este trío de creadores se unió en este proyecto con la agrupación dancística, porque con anterioridad se han conectado en procesos de investigación y experimentación artísticas; así que no es una coincidencia ni una imposición.

Según comentó Hazel González, directora de la compañía profesional, hace unos cuatro años que no se invita a artistas externos a trabajar con sus bailarines, por razones de presupuesto.

En este montaje, Vargas, Catona y Piedra proponen conceptualizar y experimentar con énfasis en el proceso de aprendizaje, en donde los bailarines son creadores conjuntos de la obra. Precisamente, ese el objetivo ulterior de Danza Universitaria.

Inercia, una metáfora

Con la participación del artista visual Esteban Piedra y la música original de Alex Catona, Inercia presenta  en escena las fuerzas de la física de los cuerpos. (Foto: Catalina Fernández)
Con la participación del artista visual Esteban Piedra y la música original de Alex Catona, Inercia presenta
en escena las fuerzas de la física de los cuerpos. (Foto: Catalina Fernández)

Inercia surge de ocho años de exploración por parte de Vargas sobre la manera en que los cuerpos se comportan en el espacio, a partir de las leyes de la física de Isaac Newton.

La fuerza de la gravedad, la inercia, la tensión dinámica y el uso de motores generadores de movimiento fueron el fundamento de sesiones de laboratorio, de dinámicas, en las cuales la actividad corporal y el desplazamiento se comportan como una acción generada desde afuera hacia adentro en el bailarín.

Vargas se ha dedicado a la búsqueda de una fuente clara de conocimiento, para la aplicación de un método de comprensión de estas leyes, que los bailarines han puesto en práctica mediante cuestionamientos de por qué y cómo moverse, cuáles son los motores y qué es una tensión dinámica.

Para el maestro Vargas, “Inercia es mi manera de comprender la danza, el movimiento, pero básicamente es una metáfora, porque dentro de ese mismo discurso físico y científico te das cuenta de que hay una gran cantidad de conexiones que no están desligadas de las emociones, del mundo de la abstracción humana”.

A partir de insumos dados tanto por Vargas como por Piedra y Catona, se condujo el trabajo que los bailarines construyeron y cuyo resultado decantó en una “reflexión existencial sobre el cuerpo, el espacio, nosotros”, expresó Vargas.

Tensiones sonoras

El autor de la música, Alex Catona, formó parte de las reuniones durante meses de preproducción con Vargas y Piedra, y luego se incorporó al proceso del montaje con una propuesta en la que utilizó el chelo en dos o tres pistas e incorporó sonoridades provenientes de los bailarines, entre otros elementos.

“En los primeros ensayos traje micrófonos al estudio y los grabé a ellos cayéndose al piso, haciendo dúos o tríos; de ahí rescaté pedacitos”, recordó el compositor.

También fue de mucha ayuda la colaboración de la bailarina Jimena Muñoz, música y cantante, a quien le pidió que en su calidad de intérprete le transmitiera las necesidades sonoras que sentía.

Catona indicó que él ha estado sobre el escenario y sabe que dentro de ese espacio hay otros requerimientos, por lo que no quería actuar como un compositor impositivo. “Para que el proceso fuera más inclusivo, le pregunté: ‘¿qué escuchás mientras bailás eso?, ¿cómo ves vos cuando bailás eso?’, y me mandó varias propuestas”.

“Traté de generar una tensión entre dos fuerzas, más que horizontal, vertical, relacionada con la gravedad; entonces, hay piezas que tienen sonidos muy agudos y muy bajos y nada en el medio; eso crea un vacío que se llena con la coreografía. Para mí la música y la coreografía son una”Alex Catona | Música

Como resultado, Catona compuso una banda sonora creada por el chelo, la computadora, la guitarra, el piano, una melódica y los sonidos de los bailarines. “Traté de generar una tensión entre dos fuerzas, más que horizontal, vertical, relacionada con la gravedad; entonces, hay piezas que tienen sonidos muy agudos y muy bajos y nada en el medio; eso crea un vacío que se llena con la coreografía. Para mí la música y la coreografía son una”, afirmó.

Danza con Newton

Qué: Inercia

Quién: Danza Universitaria

Dirección general: Gustavo Vargas.

Asistencia de dirección y escenografía: Esteban Piedra.

Música: Alex Catona, con colaboración de Jimena Muñoz.

Bailarines creadores: Gloriana Retana, Verónica Monestel, Elián López, Evelyn Ureña, Jimena Muñoz, Gustavo Hernández, Edward Guerra, Mainor Gutiérrez, Iván Saballos, José Pablo Miranda y José Alvarado (bailarín invitado de Danza Abierta).

Dónde: Teatro de la Danza, Centro Nacional de la Cultura (CENAC).

Cuándo: jueves 25, viernes 26 y sábado 27 de junio 8 p.m.; domingo 28, 6 p.m.

Precio de la entrada: ¢5.000 general, ¢2.500 estudiantes, persona adulta mayor y miembros de Anatradanza.

Para más información:
Sitio web: www.danzau.ucr.ac.cr.
Facebook: www.facebook.com/danzaUCR.
Correo electrónico: [email protected]

Espacio y movimiento

Esteban Piedra, artista visual y asistente de dirección de Inercia, entró a este juego creativo de las leyes de la física porque, según señaló, a Vargas le interesaba que hubiera un interlocutor proveniente de esa área, que abordara las temáticas y conceptos de un “lugar distinto y con ello propiciar una labor mucho más integral”.

Según Piedra, la idea era colocar sobre la mesa las nociones de gravedad, peso, tensión y la manera en que las fuerzas físicas actúan sobre el cuerpo, para empezar a experimentar sobre ellos y cómo se pueden representar o presentar.

Piedra se encargó del diseño espacial. “Nos interesan espacios muy concretos, minimalistas, donde las referencias espaciales se formulen en términos geométricos”, explicó.

En escena interesa, por lo tanto, que el movimiento de los bailarines sea entendido como la acción de todas esas fuerzas dinámicas, y no una retórica que la aleje de esa conceptualización.

“El escenario trata de ser muy neutro, para no generar ninguna narrativa específica que no sea la que está sucediendo en la acción”, puntualizó el artista visual.

Mientras tanto, el bailarín Gustavo Hernández considera que Inercia le ha permitido reencontrarse y reflexionar sobre principios básicos de la danza relacionados con la teoría newtoniana de la física.

“Ha sido un reto, porque Gustavo (Vargas) como coreógrafo nos ha pedido una investigación de movimiento que deconstruya estructuras aprendidas previamente o propuestas por nosotros, para elaborar una cualidad de movimiento que tiene que ver más con una fuerza o energía, y no con una forma”, agregó.

En su opinión, los bailarines dejan fluir las fuerzas primarias del movimiento. “No es de interés en esta obra formas más definidas o la búsqueda de unísonos muy exactos, grupales, porque importa más sentir esas energías que las tenemos todos en el cuerpo”, acotó.

 

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