El Teatro Nacional presenta el montaje «La isla de los cipreses», dirigido por el italiano Stefano Poda.
La magia del teatro, los movimientos clásicos del ballet y los sonidos barrocos de la ópera, se fusionan en «La isla de los cipreses», montaje que se presenta este mes.
El espectáculo está dirigido por el maestro italiano Stefano Poda y se realiza con motivo del 105 aniversario de la Fundación del Teatro Nacional.
«La isla de los cipreses» inició su temporada el pasado 6 de marzo y se extiende hasta el domingo 17 de marzo, en funciones de miércoles a domingo.
Durante una hora y quince minutos, se cuenta la historia de una joven quien luego de naufragar busca refugio en una isla desierta. Allí, la joven lucha por sobrevivir, y también debe enfrentarse con las grandes temáticas de la vida. La obra recalca el viaje interior que todas las personas realizan durante su existencia.
«Este montaje puede ser tomado como un instrumento óptico para que el público mire y escuche la historia de su propia alma, lejos del horror y del ruido de la moderna civilización contemporánea», explicó Poda.
UNA FUSIÓN ARTÍSTICA
«La isla …» es una producción elaborada y compleja, que cuenta con más de 100 personas sobre el escenario. Actores, músicos, bailarines y cantantes son los protagonistas de este espectáculo.
La acción dramática recae principalmente en 10 artistas costarricenses, entre los que destacan: la primera bailarina Mimí González, la soprano Raquel Ramírez y los actores Sebastián Méndez, Ana Istarú y Gerardo Arce.
Por otro lado, la dirección musical está a cargo del artista uruguayo Martin R. Jorge, quien compuso todas las piezas, mezclando melodías contemporáneas con obras de Mozart, Verdi y Strauss.
Esta parte es ejecutada por 20 instrumentistas, entre nacionales y extranjeros, además del apoyo del Coro de la Universidad Nacional.
El montaje también cuenta con un diseño cuidadoso de elementos complementarios, tales como la escenografía y el vestuario.
Ambos factores fueron diseñados por Poda, quien decidió que el escenario estuviera recubierto por una gran piscina y que los trajes utilizados reflejaran la época de los años 30 y 40.
Las funciones se realizan de miércoles a sábado, a las 8 p.m. y los domingos a las 5 p. m.
Las entradas tienen un costo variado: luneta y butaca ¢5.000, palcos ¢4.000, galería central y laterales ¢2.000.