«La política pronorteamericana de Aznar no solo nos ha hecho perder pie en Europa, sino también en Latinoamérica», dijo Josep Borrel, dirigente del Partido Socialista Obrero Español.
Josep Borrell ha estado en el primer plano de la política española durante casi dos décadas. De paso por Costa Rica, para participar en una actividad organizada por el Centro Democrático para América Latina (CEDAL), conversó con UNIVERSIDAD sobre el proceso electoral en España y las perspectivas del Partido Socialista (PSOE), del cual es miembro destacado.Borrell fue secretario de Estado de Hacienda entre 1983 y 1991 y luego Ministro de Obras Públicas, hasta 1996, con lo que se mantuvo los ocho años en el gobierno del PSOE que encabezó Felipe González.
Las perspectiva de los socialistas no es buena en las elecciones del próximo 14 de marzo. El día en que conversamos con Borrel, a menos de dos semanas del comicio, se publicó en Madrid una encuesta sobre la expectativa de votos. El Partido Popular (PP), de tendencia conservadora, tenía de 42,2 % a 44,5%, lo que le daba una representación parlamentaria de 174 a 177 diputados. En una cámara de 350 parlamentarios, la mayoría absoluta es de 176.
Los socialistas, en segundo lugar, tenían apenas la preferencia de 34,1 % a 37,2% del electorado, lo que les daría de 133 a 137 diputados. Los demás, entre ellos Izquierda Unida (6 a 7%) y los partidos regionales, catalanes y vascos, completan el escenario.
De ese modo, las perspectivas del socialismo de retornar al poder, después de ocho años de gobierno conservador, parecen difíciles. José Luis Rodríguez Zapatero, candidato del PSOE, no ha logrado despertar el entusiasmo de la ciudadanía, mientras Mariano Rajoy, exvicepresidente del gobierno de José María Aznar y líder del PP, pide a sus partidarios consolidar la ventaja que las encuestas le dan en vísperas de las elecciones.
Se le preguntó cuáles son esas diferencias con el PP, en un contexto en que el socialismo no se levanta de cara a estas elecciones, y no siempre están claras sus diferencias con los conservadores del PP, a lo cual Borrel respondió: «Las diferencias son enormes, en todos los ámbitos. Desde lo político hasta lo internacional, pasando por lo social o la estructura del Estado.
En política internacional el Partido Popular se ha desvinculado de Europa para seguir una política de entreguismo a los Estados Unidos, haciendo perder a España el papel central que venía desempeñando en la construcción europea.
«Aznar va a Washington y dice: Estoy con ustedes, no importa si es en detrimento de la relación con Europa, con Francia y Alemania. El PSOE dice lo contrario: Estamos en contra de la invasión de Irak y dice que quiere volver a Europa, restablecer la relación con Francia y Alemania y, si es necesario, en detrimento de la relación con Washington».
En política social, Borrel destacó que «el PP ha reducido el Estado social. El Partido Socialista quiere aumentarlo, extendiendo los derechos de la ciudadanía de la tercera edad. Igual que la escuela fue un derecho de la niñez, ahora la atención a las personas ancianas es un derecho».
«La prioridad básica de Zapatero es la educación, la formación de capital humano y el capital tecnológico». Eso se financiaría -añade- no bajando los impuestos, sino administrando más eficientemente los recursos.
MODELO ECONÓMICO
El desempeño económico del gobierno del PP es tema de debate en la campaña. El gobierno reivindica una reducción de la tasa de desempleo, que había subido hasta un 20% en los últimos años de Felipe González. «La tasa de paro se redujo a la mitad, ligeramente por debajo del 10%, pero también es cierto que han cambiado los métodos de medirlo», asegura.
«En el 96 toda la economía europea se reactivó. Eso nos benefició, recibimos más ayudas europeas (que siguieron hasta la ampliación de la Unión Europea, cuando habrá que repartir el pastel con otras 15 naciones). España se ha beneficiado de la transferencia de credibilidad que le hizo el euro (la nueva moneda europea), que la ha puesto al abrigo del ataque especulativo contra la peseta.
«El crecimiento del empleo se debe a una buena coyuntura económica internacional, pero basado en el crecimiento de la construcción, lo que no es sostenible. El español que está en el paro lo ve bien. Pero la responsabilidad de los políticos es explicar al país que eso es pan para hoy y hambre para mañana. El empleo se ha precarizado, es de peor calidad. Los empleos temporales han crecido, las personas jóvenes enfrentan condiciones laborales precarias, con sueldos bajos, jornadas largas y contratos de corto duración.
«El PP ha liderado una política económica basada en el auge de la construcción. Construimos más casas que Alemania y Francia juntas, 600 mil viviendas nuevas al año y tenemos el mayor número de inmuebles vacíos de toda Europa. Eso es insostenible», afirmó Borrell.
«España es un país muy ‘enladrillado’ y poco tecnificado. Rodríguez Zapatero propone un cambio de modelo económico, basado en el desarrollo tecnológico y no en una urbanización descontrolada. Proponemos dedicar mas atención a la industria. En ocho años se ha trasladado un millón de trabajadores a la construcción, pero la industria ha perdido competitividad, no ganó eficiencia».
NACIONALISMOS
«Otra gran diferencia entre nosotros y el PP es el modelo de Estado», añadió.
El tema es muy importante en España, donde resurgen los nacionalismos, sobre todo en Cataluña y en el país vasco. Borrell propone un «diálogo con las comunidades autónomas, para evitar un enfrentamiento entre el nacionalismo español y los nacionalismo periféricos, catalanes y vascos».
En esta materia, los conservadores heredan una política que desde el franquismo, ha insistido en un mayor centralismo, reduciendo los espacios de las comunidades autónomas. Una expresión extrema de ese conflicto es la lucha de ETA, cuyos atentados han terminado por unificar la política del PSOE y del PP contra el terrorismo.
«Rodríguez Zapatero ha insistido en mantener la lucha contra el terrorismo fuera del debate político electoral, que fuera una política estatal», destaca, pero esa propuesta no fue aceptada por su rival.
RELACIONES CON AMÉRICA LATINA
El dirigente escuchó reclamos por el estado actual de las relaciones de Europa con América Latina, durante la reunión en CEDAL, a la que asistieron también representantes del socialismo alemán. Existe la impresión de que esas relaciones se caracterizan ahora por la predominancia de inversiones de capital español en sectores económicos claves, como la banca, el turismo o las telecomunicaciones, donde se ha comprado gran parte de los activos públicos liquidados en la década pasada. Y esa política de privatizaciones provocaba enormes resistencias en todas partes.
«Había oportunidades para empresas de servicios eléctricos, bancarios, telecomunicaciones, turísticos que hubieran sido muy difíciles desaprovechar para las empresas españolas. Nuestras empresas acudieron a esas privatizaciones», dijo.
Pero ahora que las cosas no andan muy bien en algunos países, que Argentina ha decidido poner controles a las tarifas, las empresas reclaman y piden ayuda a sus gobiernos para que presionen a su favor; parecen no estar dispuestas a pagar el costo del riesgo asumido.
Borrell no comparte esta apreciación. «En buena medida ya lo pagaron», afirmó. «En España hay una sensación de que hemos apostado demasiado, en términos macroeconómicos, invirtiendo mucho en un continente que ha pasado por crisis que han hecho perder valor a esas inversiones. Compraron acciones a 30 euros y, en el caso de Telefónica, cayeron a ocho».
En el terreno político, «la política pronorteamericana de Aznar no solo nos ha hecho perder pie en Europa, sino también en Latinoamérica. La acogida a Aznar en México, durante la guerra, enviado por Bush para que los convenciese de que votara a favor de la invasión de Irak, muestra que hemos perdido pie en la apreciación política de muchos países de América Latina», estimó.
«El PSOE supo establecer lazos que iban más allá de los estrictamente económicos y creaban capacidad de diálogo geoestratégico. El TLC de Chile con la UE fue forjado durante el gobierno socialista», concluyó.