Los fallecimientos por accidentes de tránsito representan en Costa Rica la primera causa de muerte violenta; ninguno de los otros cuatro tipos de muertes violentas (homicidio doloso, culposo, suicida y accidental) registran o han registrado históricamente una cifra igual o superior a las contabilizadas en las carreteras del territorio nacional: autos, buses, tráileres, bicicletas, motos, trenes (Sección estadística. Poder Judicial). Pero los transeúntes víctima se invisibilizan en las estadísticas. Muchos de ellos son ojos maniatados a las autopistas de la información, por donde corren llamadas, correos, avisos, imágenes, servicios on line, cobros, fotos de viejas y viejos chingos (algunos de trascendencia política y otras… a las que el barullo de la fama ha dejado en el camino). El mundo embutido en ese aparato llamado celular.
Tal la ansiedad mundial, que incluso, la burda caída de un Iphone 6 en Australia, donde amanece más temprano, el 19 de setiembre 2014, día de su salida al mercado, se convirtió en noticia mundial; las pantallas del mundo entero fueron testigo de la torpeza. Al primer comprador, nervioso por enseñarlo a una periodista (también había pasado la noche en vela para pescar la primicia) se le fue al suelo, le temblaban las manos, copioso el sudor. Las emociones a merced de la tecnología.
Dentro de las innovaciones tecnológicas, los medios muestran también la gran variedad de robots, simpáticos, antipáticos, funcionales, decorativos, que hacen esto y lo otro y nos asombran (diseños guerra de las galaxias, sensuales, compañeros posibles de aventuras eróticas, los que rascan, los que soban, y los que van a dar a las empresas, acrisolando las fuentes del desempleo).
Pero si la tecnología es capaz de generar robots (sustitutos del ser humano), también ha sido capaz de convertir en robot al generador. No más dese un recreo de media hora por la calle, aguce la mirada y entenderá al mono. Sin dejar de reconocer, claro está, su funcionalidad en la vida moderna, la versatilidad para estar en todo, las distancias que se derrumban, los controles exhaustivos, el ojo que nos delata, y… y… y…