Cuando Kathryn Butuceanu, novia de 49 años externó en facebook su deseo de procrear, pero tenía impedimento por la edad, caímos en cuenta sobre los polos tensionales a que está sometida la ciencia, la ética, el mercado, los negocios etc., en cuestiones de la vida humana y la seguridad social, tan arrinconada últimamente en las naciones latinoamericanas. Butuceanu, sin querer, nos recordó la contradictoria Conferencia de Pekín sobre la mujer de la ONU, en 1995, cuando se abogó para que el aborto fuera una realidad para el 2015 entre los miembros de Naciones Unidas.
La Federación Internacional Paternidad Responsable, introducida en el organismo mundial con voto preferente y vinculante en materia poblacionales desde 1952, había ganado y la Corona británica lograba, de cierta forma, legitimar las hambrunas en India, su antigua colonia, donde ésas eran “naturales” y “necesarias” para mermar la ayuda financiera a los necesitados hindúes (ver: Enrique Vargas Soto; La Nación 16/7/14), ratificando además el principio aquel de que en la vida sobreviven los más fuertes y poderosos, en un mundo todo distorsionado y relativizado por los mercados y los negocios .La ética, por tanto, en cuanto a la vida humana, no queda al margen, a pesar que nuestra Sala Constitucional, como pocas en América Latina, ha desarrollado con claridad meridiana a partir de cuándo entendemos hay vida humana y la misma es inviolable como máximo bien jurídico. Mas, sin embargo, la pregunta de fondo respecto sobre la fecundación in vitro (ver: http://www.reproduccionasistida.org/el-proceso-de-la-fecundacion-in-vitro/#) emana en relación con el derecho innegable de las parejas de tener una familia y el deslindar este derecho de otros derechos surtidos de las fuerzas del comercio, del conocimiento, las necesidades financieras, los negocios y los efectos que tendrían en la seguridad social de cualquier país que concibe esta técnica indiscriminadamente y conceptualizada dicha seguridad social como un interés jurídico colectivo por encima del particular. En los momentos actuales hay que decir que el turismo médico alrededor del mundo cumple un rol importante para las personas que añoran hijos bajando los precios de la fecundación en los países del llamado tercer mundo, respecto a los cobros que se hacen en naciones como Estados Unidos, España, Francia, etc.
En España “el coste de una FIV en un centro privado, va según el número de intentos, siendo cada intento alrededor de 12.000 euros (al 20 de julio de 2011), incluyendo exámenes, procedimientos y medicamentos.
En la seguridad social no tiene costo”. (Ver más: http://capsulas.informativas.over-blog.es/article-definicion-precios-fecundacion-vitro-espana-85809325.html. En Estados Unidos los honorarios para un solo ciclo de FIV abarcan costos de medicamentos, cirugía, anestesia, ecografías, exámenes de sangre, procesamiento de óvulos y espermatozoides, almacenamiento y transferencia de embriones. El costo total exacto de un solo ciclo de FIV varía, pero puede equivaler a más de $ 12,000 a $ 17,000”. ( http://www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish/ency/article/007279.htm, consulta del 16-7-14) Actualmente para abaratar costos algunos especialistas utilizan supuestas donaciones de óvulos en países pobres como Rumania y una vez fertilizados son llevados de vuelta a los EEUU, reduciendo gastos sustancialmente, lo cual incluye suficientes óvulos fertilizados para varios intentos.
El asunto es prometedor para esta “industria” si consideramos que la gran mayoría de americanos que son infértiles buscan ayuda cerca de su hogar. Un pequeño número, sin embargo nadie lleva un registro oficial, está buscando ayuda en lugares como Sud África, Israel, Italia, Alemania y Canadá donde los costos son muchos más bajos.
Están transformando el turismo médico en turistas de fertilidad por el mismo precio de un ciclo de FIV en USA, pues el paciente puede hacerse el tratamiento en Ciudad del Cabo, tener unas hermosas vacaciones al mismo tiempo y aun así llevar dinero de regreso. La pregunta es: ¿está en capacidad la seguridad social de cualquiera de estas naciones de enfrentar el negocio? ¿Qué controles reales existen para que el interés privado no desplace el interés colectivo de los asegurados dentro de la seguridad social por el interés particular y los jugosos honorarios? Se omite, por el momento la otra, discusión de fondo, relacionada con la técnica del FIV, respecto a la vida humana, los depósitos de células madres y el tráfico de tejidos. Lo cierto de momento es que Kathryn Butuceanu ya fue mamá después, eso sí, de pagar $ 72 mil.