Así llama el pueblo palestino a la creación del Estado de Israel en 1948, Al-Nakba en árabe. Se cree que entre 500.000 y 1.000.000 de palestinos tuvieron que abandonar sus casas y sus aldeas para dar lugar al nuevo Estado, creado por la resolución 181 de la ONU y pasar de status de ciudadanos a refugiados en países vecinos, como Transjordania (Jordania hoy), Líbano, Egipto y en menor grado Siria e Irak. Y a Cisjordania y Gaza territorios que no fueron ocupados durante esa guerra por el Tsahal (ejército de Israel) y que fueron administrados posteriormente hasta 1967 por Jordania y Egipto.
Aldeas como Safed, lugar de nacimiento del actual presidente de la actual Autoridad Nacional Palestina, Mahmud Abbas, hoy son solo parte de la memoria colectiva del pueblo palestino y forma parte de las 418 que en total fueron arrasadas para dar lugar a los nuevos habitantes que venían de la Europa Oriental y Rusia, huyendo del holocausto judío al concluir la II Guerra Mundial, principalmente.La guerra hizo que el nuevo Estado de Israel se tomara un 23% más que le correspondía de acuerdo a la resolución de la ONU que solo le daba un 55% inicial; esto dejó al pueblo palestino con solo un 22% del total de la Palestina histórica, además de que a Jerusalén se le confería un status internacional por el valor que le daban las tres religiones monoteístas.
A consecuencia de “la nakba” se pelearon 3 guerras más entre los países árabes y el nuevo Estado de Israel, en los años de 1956, 1967 y 1973, donde los primeros perdieron territorios importantes ante el segundo, como la península del Sinaí en el 56, que fue devuelta con los acuerdos de paz de Camp David de 1978. Los Altos del Golán en el 67 por Siria, a manos de Israel (todavía no ha sido devuelta) y Cisjordania y Gaza, por Egipto y Jordania, y la ocupación total de la ciudad de Jerusalén en manos de esta última también.
Sesenta y seis años después del inicio de este conflicto, no se alcanza todavía una solución justa para el pueblo palestino. Ante la falta de un acuerdo de un Estado binacional en un territorio de aproximadamente 23.000 km2, desde el año de 1993 −con los acuerdos de Oslo− se ha dado a la búsqueda de una salida al conflicto, con la creación de un Estado palestino en las fronteras antiguas al conflicto armado de 1967, que conviva pacíficamente a la par de lo que es hoy Israel.
A pesar de los esfuerzos de la comunidad internacional y de que tres líderes firmantes del acuerdo Yitzak Rabin, Simón Peres y Yasser Arafat obtuvieron un nobel de la paz, la violencia entre ambos pueblos ha aumentado cada vez más y las soluciones pacíficas se alejan cada vez más.
La franja de Gaza aislada por tierra y aire, con un embargo económico que sobrepasa las capacidades mínimas humanas de sobrevivencia, Hamas −el grupo político y guerrillero que la gobierna− dispara cohetes que caen en los pueblos fronterizos que pertenecen a Israel. El Tsahal responde con un bombardeo aéreo que deja 1400 muertos −principalmente civiles−, contra solo 14 bajas israelíes −principalmente militares−, la mayor cantidad de fatalidades desde la guerra de 1967, en diciembre del 2008.
Por otro lado, en la misma Cisjordania −que se supone que será parte del Estado palestino y donde se asienta el gobierno de la autoridad palestina−, en la ciudad cercana a Jerusalén, Ramallah, el pueblo palestino está sujeto a una cantidad importante de controles militares, que hace su existencia muy miserable; además, los habitantes de Gaza y Cisjordania no pueden visitar sus comunidades recíprocamente.
A pesar de los recientes triunfos diplomáticos del pueblo palestino, como el ingreso en la UNESCO y como Estado observador similar al estatus del Vaticano, se hace necesario que la comunidad internacional redoble esfuerzos para que al menos el pueblo palestino se le reconozca como un Estado, partiendo de las fronteras antes de la guerra de los seis días de 1967.