El título de esta nota es la traducción de «Handwriting Key to Learning», página en la Internet que conduce al sitio Web de la revista Newsweek, y que permite, a la vez, encontrar el artículo «The Writing On The Wall», escrito por Raina Kelley.
El artículo fue publicado, primeramente, en la versión impresa de la revista en noviembre 12 de 2007, hace apenas un par de años y pocos meses.
Kelley introduce su artículo indicando que «La buena caligrafía es algo más que una habilidad extraña», y destaca, además, que «Un nuevo estudio demuestra que [la caligrafía] es una parte clave del aprendizaje».
Antes de continuar con lo que en esta nota se plantea, «handwriting» se traduce al castellano como «escritura a mano», «caligrafía», «escritura», «letra de mano», «letra manuscrita». La palabra «script» se traduce como «letra cursiva». La palabra «penmanship» como «caligrafía».
En inglés, y de acuerdo con el Merriam-Webster’s Online Theasaurus, «handwriting», «script» y «penmanship» funcionan como sinónimos.
De vuelta al artículo de Kelly, se comparten algunos extractos de éste:
«La letra manuscrita es importante porque la investigación muestra que cuando a los niños se les enseña cómo hacerlo, también se les enseña cómo aprender y cómo expresarse. Un nuevo estudio del profesor Steve Graham, Universidad de Vanderbilt, y que será publicado este mes, indica que la mayoría de los maestros de escuela primaria creen que los estudiantes con letra manuscrita fluida produjeron trabajos escritos que fueron superiores en cantidad y calidad, con calificaciones más altas– además de ser más fáciles de leer».
«¿Cuánta instrucción necesitan los niños en la escritura cursiva?… Hoy en día el promedio es como 10 minutos, según «Handwriting Without Tears», cuyo plan de estudios en escritura cursiva se utiliza en 5.000 distritos escolares de todo el país… En la encuesta nacional de Zaner-Bloser (2005), la mayoría de los maestros de escuela primaria, dijo que utilizaba una hora o menos en la enseñanza de la letra manuscrita por semana. Y el estudio de Graham encontró que sólo el 12 por ciento de los profesores había tomado un curso sobre cómo enseñar letra manuscrita. Y, el profesor Graham dice, los educadores están notando un descenso significativo en la calidad de la escritura de los estudiantes y un aumento en la frecuencia de problemas relacionados con la inversión de letras».
«Todo esto importa, dicen los educadores, porque la evidencia, cada vez mayor, apunta a que la fluidez en la escritura manuscrita es un aspecto fundamental en el aprendizaje».
«Ahora, respaldados por la nueva investigación, los educadores están tratando de introducir la letra manuscrita de nuevo en el plan de estudios. Después de todo, nadie ha sugerido que la invención de la calculadora signifique que no se tenga que enseñar a los niños a sumar…».
En otro artículo publicado en la revista TIME, «Mourning the Death of Handwriting» (citado ampliamente en castellano como «Duelo por la muerte de la escritura a mano»), por Claire Suddath, en agosto 3 de 2009, hace escasos seis meses, su autora dice:
«Steve Graham, profesor de educación Especial y Alfabetización en la Universidad Vanderbilt, dice… El hecho simple es que los niños no han aprendido a escribir bien porque nadie les ha obligado a hacerlo. La escritura ya no es más parte de la agenda nacional».
«La letra cursiva comenzó a perder influencia de nuevo en la década de 1920, cuando los educadores teorizaban que como los niños aprendían a leer mirando libros… debían aprender a escribir de la misma manera. Hoy en día, los escolares suelen aprender letra de molde en el kinder, cursiva en el tercer grado. Pero no dominan ninguna».
«La letra manuscrita se está convirtiendo en un arte perdido»… ¿Por qué? La tecnología es sólo parte de la razón…La causa en la disminución de la escritura cursiva puede encontrarse no tanto en las computadoras como en las pruebas estandarizadas. El punto de referencia del Gobierno Federal, el informe de 1983, «Una Nación en Riesgo», acerca del pésimo estado de la educación pública, marcó el comienzo de una nueva era de evaluación estandarizada que se ha intensificado desde la aprobación, en 2002, de la ley «No Child Left Behind». «Hoy día en las escuelas, enseñan para pasar las pruebas», dice Tamara Thornton, profesora de la Universidad de Buffalo y autora de «American handwriting». «Si algo no está en una prueba, es visto como un lujo». En otras palabras, a las escuelas no les importa cómo un niño sostiene el lápiz, siempre y cuando pueda leer».
De lo leído en los artículos de las revistas Newsweek y TIME, más lo publicado en una noticia del 17 de febrero reciente, en Costa Rica, en el periódico La Nación, «Grafía manuscrita debe implementarse en tercer grado», es necesario preguntarse si los funcionarios del Ministerio de Educación Pública (MEP) conocen, han leído y entendido, al menos, las investigaciones del profesor Graham, que incluyen, además, “Language by Hand: A Synthesis of a Decade of Research in Handwriting,” “A Review of Handwriting Research,” “Is Handwriting Causally Related to Learning to Write?”.
En un programa radial matutino, fue entrevistada la actual viceministra de Educación Pública, y, en algún momento, se le escuchó decir que la medida estaba fundamentada en estudios internacionales… ¿Cuáles? Pero más importante aún, ¿cuál fue el estudio científico con que el MEP sustenta esta nueva medida, cuya situación en el país del norte ha demostrado ser más bien un fracaso? ¿O nos encontramos, una vez más, ante una medida arbitraria e infundada, un «copy and paste» –de lo que conviene al gusto personal de no se sabe quién o quiénes– de la «No Child Left Behind Act»?