Dentro de la gran diversidad de informaciones que lo evidencian, al mismo tiempo que hacen notoria la existencia de todo un abanico de los más singulares hechos y procesos desplegados en nuestro entorno más inmediato, el universo de nuestra vida cultural no deja de presentar un enorme interés para todos nosotros y conviene insertar algunas reflexiones que arrojen luz sobre algunos aspectos concernientes al tema. A partir de todo lo señalado, sucede también que hemos podido captar en un primer plano ciertos hechos negativos en el ámbito cultural, como el fracaso del Festival Internacional de las Artes (FIA), celebrado en el mes de abril anterior o la lamentable oferta de programas en la televisión por cable que se nos ofrecen en Costa Rica, pero también cabe destacar la existencia de aspectos o dimensiones que pueden calificarse como positivos.
La difusión, por medio de la televisión digital por cable, del canal británico Film& Arts ha venido a llenar, en cierta medida, la sentida pérdida de las excelentes programaciones de canales como el Showcase Arts o Vitrina de las Artes, que continúan difundiendo por Internet los integrantes de un grupo o holding cultural que tiene su sede en California o que, como en el caso del grupo empresarial que difundía una década atrás, el canal People and Arts, auspiciado por empresarios brasileños, con una oferta no carente de atractivos para un público más exigente que se disolvió, dejándonos en una notoria orfandad, sobre todo en lo referente a las bellas artes.
En el caso de las programaciones de Film&Arts resulta indispensable hacer un esfuerzo por ambientarse a los acentos del inglés británico, idioma que junto con el castellano predomina en ellas; aunque la prevalencia del primero es abrumadora, se tiene acceso directo a los programas con los subtítulos en lengua ibérica en su presentación. Las series inglesas y españolas de mucho éxito, junto con una serie de programas especiales y reportajes conforman el grueso de la programación.
Nos encontramos, con alguna frecuencia, en la programación semanal de ese canal con la presentación de conciertos de música sinfónica, espectáculos de danza clásica, óperas y toda una serie de programas referidos al entorno que rodea a esas actividades, en especial los ensayos de las orquestas sinfónicas y grupos de danza. De esta manera, pudimos ver programas con la presencia de la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar de Venezuela, integrada por músicos muy jóvenes y dirigida por el maestro Gustavo Dudamel y con el acompañamiento del maestro José Antonio Abreu, mentor suyo y fundador de la Orquesta Sinfónica Juvenil de Venezuela e impulsor decisivo de su materialización, la que ya muestra impresionantes logros. Fue un gusto inefable ver al maestro Dudamel durante un ensayo de la orquesta en Salzburgo, ya hace unos años, hablando a la vez que bromeando, y dándoles instrucciones a los músicos, haciendo uso del inglés dentro de un programa que iba siendo vertido de inmediato al alemán, como expresión de un gran dinamismo ante el público televidente.
Las magníficas series de la televisión británica que apenas si hemos podido conocer, como es el caso de Downtown Abbey, que comenzó a aparecer en el 2010, constituye una muestra del ambiente cortesano, muy conservador conformado por las prejuiciosas gentes de una nobleza decadente y refractaria al cambio, rodeada por el círculo de sus servidores más inmediatos, unos y otros sumidos en sus pequeños dramas.
Resulta notable también la serie española denominada El Tiempo Entre Costuras, basada en una novela de la escritora española María Dueñas (2009); en ella se presenta una trama apasionante en que la vida de una costurera llamada Sira Quiroga se entremezcla con los trágicos episodios de la guerra civil española, el surgimiento de los regímenes fascistas de España y Portugal y las intrigas inglesas para sacar partido de su apoyo al brutal y reaccionario régimen de Francisco Franco, cuando la Segunda Guerra Mundial ya había comenzado.
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