Los procesos de la Selección Nacional por lo general son muy complejos. Primero porque hay que escoger en lo fundamental al entrenador y ya ahí empieza el forcejeo, porque la FEDEFUTBOL le quiere imponer las reglas de cómo debe jugarse, quienes le acompañarán en el cuerpo técnico, y como es lógico el entrenador desea poner su propio cuerpo técnico.
Otro problema con que se encuentran los entrenadores, es que no ha habido un proceso contínuo desde ligas menores, quiero decir, la Sub-17, Sub-20, y que de esos grupos se pueda conjuntar una base sólida para la Selección Mayor.La experiencia enseña que de diez técnicos nacionales desde 1958 hasta 2010, solo triunfó uno, Marvin Rodríguez, de cara a Italia ’90, y sin que se diera ninguna explicación a la sociedad costarricense, lo pusieron a un lado e impusieron al señor Bora Milutinovic. Otro fue un brasileño nacionalizado costarricense, me refiero al señor Alexander Guimaraes, quien fue el técnico en los procesos 2002-2006.
El balance enseña que el proceso eliminatorio total solo lo ha ganado uno, este es, Jorge Luis Pinto Afanador. Y seamos más concretos, de veintiseis técnicos, entre nacionales y extranjeros, solo dos han logrado trabajar todo el proceso y llegar al Mundial, Alexander Guimaraes (brasileño-tico) y el colombiano Pinto Afanador. Vale decir, veinticuatro han quedado fuera desde el año 1958 hasta el 2014.
Las intrigas, triquiñuelas, bajadas de piso, en muchos casos han sido la constante, y es entendible que con esos procedimientos no se puede llegar a la meta.
Si hurgamos en la experiencia nos encontraremos con muchos hechos deleznables. Preguntémonos ¿por qué Bora Milutinovic, se llevó la Selección Nacional un mes antes del Mundial Italia ’90 a fogueos por Europa?. Sencillamente porque se dio cuenta que quedarse aquí, hacer la pretemporada aquí era un infierno.
Y ¿Por qué cayó contra Checoslovaquia 4-1, cuando el equipo podía ganar ese partido y pasar a cuartos de final? Porque ya el equipo no daba, el camerino no tenía un líder de verdad, y, prefirieron perder en el segundo tiempo, para regresarse a Costa Rica al día siguiente. O sea, Bora no pudo imprimir una disciplina para lograr pasar a cuartos de final. No obstante, aquello para los/as costarricenses fue una fiesta nacional.
Los Mundiales 2002 y 2006 sus resultados no fueron los más felices.
Ahora bien, de cara al mundial 2014 la situación era muy diferente, había una cantidad de jugadores que ya tenían la experiencia de jugar en ligas de alto nivel en Europa y Estados Unidos. Eso daba un plus considerable, pero no bastaba con ello, había que formar el equipo tricolor, y eso no se forma con actitudes blandengues, ni con alcahueterías. Solo hay una receta, disciplina, les guste o no les guste a los jugadores y al cuerpo técnico.
A pesar de que hubo momentos en el proceso en que no nos gustaba el desempeño de la Sele, tanto en partidos de fogueo como de eliminatoria, lo cierto es que se clasificó en el segundo lugar.
Ya clasificados al mundial, era necesario todavía imprimir más disciplina, en todo el conjunto, jugadores y cuerpo técnico, quizás hubo una que otra actitud del señor Pinto en que su carácter se extralimitó, pero lo cierto es que sobre sus hombros estaba la responsabilidad de un trabajo decoroso, que fuera ejemplar.
“Al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios”, el gran timonel junto a todos entregaron lo mejor de sí.
Pinto se puso la roja junto a cuatro millones de costarricenses y ahí están los resultados, lo demás es infamia, envidia y celos.
