La discusión entre Roy Alfaro Vargas e Iván Molina, desarrollada en varias temporadas y en diferentes medios, nos deja ante todo un fuerte desgaste de las posiciones de Molina, pero también la caída de la posición dominante de la ultraderecha académica, con sus posiciones neoliberales y postmodernas (lo que Alfaro llama la nomocracia postmoderna).
En este marco, es claro que el incipiente fenómeno de la ciencia ficción costarricense ha nacido muerto, cuando Alfaro demuestra que no hay ciencia ficción en Costa Rica y que la hasta ese momento dominante perspectiva de Molina sobre tal fenómeno es totalmente errónea (“La ficción de Iván Molina Jiménez”, revista Letras). Asimismo, las posiciones de David Díaz y Carlos Villalobos han sido destrozadas por Alfaro (véase: academia.edu, donde se tiene acceso a algunas cartas enviadas por Alfaro a estos académicos). Estos dos académicos se unen a varios otros, en Hispanoamérica, que han sido criticados por Alfaro: Fair, Espinoza, Martínez, Llanos y el pseudo-marxismo de George I. García; así como Žižek, quien también ha sido desnudado por el marxista costarricense.
Leyendo la obra de Alfaro, es evidente que tales críticas no son accidentales, sino que sistemáticamente implican el esfuerzo constante, coherente y racional por destruir los cimientos de la derecha académica, tanto en Costa Rica, como en nuestro continente; a la vez que revitaliza el paradigma marxista (la economía política y la dialéctica) en un claro maridaje con el propio Marx y con Lefèbvre, en un rechazo absoluto del leninismo.
Asimismo, Alfaro ha introducido, en el ámbito de la lengua española, temáticas novedosas como el post-postmodernismo, la política de la abstracción y los nuevos estudios marxistas de la cultura y los medios, con artículos y traducciones del alemán, el inglés y el francés al español, sin olvidar el concepto de novum que ha impactado irreversiblemente la historia de la literatura costarricense. ¡Y hay que mencionar también su fuerte crítica contra el feminismo hembrista!
Pero, más allá de los alcances de la obra de Alfaro, en el ámbito intelectual y académico, la crítica alfariana plantea la diferencia substancial entre lo académico y lo intelectual, con una fuerte crítica de la academia costarricense, plagada en muchas áreas por vicios que han impedido hasta hoy su adecuado desarrollo (de ahí que Alfaro haya despedazado fácilmente las posiciones de Molina en historia y en ciencia ficción).
La inoperancia de la derecha académica y el intento de “sacar del aire” a Alfaro, con censura previa, represalias, insultos, etc., solo muestran que la derecha académica ha perdido el espacio hegemónico del cual había venido gozando y hoy se encuentra pisoteada y sin argumentos, ante un paradigma alfariano que se mueve en diferentes disciplinas (sociología, psicología, teoría literaria, filosofía, matemática, física, etc.), lo cual le dificulta a la derecha responder eficazmente.
Aquí uno se pregunta si el ataque de Alfaro contra Molina habría sido desde un inicio, entonces, algo premeditado, un juego del cual Alfaro habría calculado sacar todo el provecho, en detrimento de las posiciones de Molina y de la derecha académica. Me parece sin duda que sí, el contexto se ha manipulado con precisión para hacer reaparecer el enfoque marxista en la academia.
Tengo que decir que Alfaro ha resegmentado el mercado intelectual en Costa Rica, introduciendo un pensamiento “realmente” de izquierda en la academia y en la intelectualidad costarricense y más allá.
La discusión entre Molina y Alfaro nos deja, sin lugar a dudas, un pensamiento moliniano totalmente superado y una derecha académica derrotada.
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