Una nueva carretera, proveniente de Managua, atraviesa ya todo el Departamento o provincia nicaragüense de Río San Juan, bordeando la ribera oriental del gran lago, para culminar en el puente Santa Fe; terminará por cambiar radicalmente las cosas. La misma localidad portuaria de San Carlos, cabecera departamental, empezará a sufrir un cambio drástico con el flujo de camiones y mercancías que inevitablemente pasarán por el puente entre los dos países, si bien Costa Rica está atrasada en la construcción y habilitación de las instalaciones aduaneras. Se trata de que buena parte del flujo comercial de Nicaragua hacia el Caribe, seguirá su curso hacia el puerto de Moín por esa nueva ruta, por donde, según informaciones de El Nuevo Diario de Managua(sábado 30 de agosto 2014, página 4A), saldrían $150 millones, con lo que el 25% del flujo migratorio y de transporte de carga nicaragüense que actualmente circula por Peñas Blancas, lo hará por este puente hacia el puesto fronterizo de Las Tablitas, del lado de Costa Rica y la carretera hacia Limón y Moín.
La pintoresca San Carlos de Nicaragua, con sus colinas y su entrevero de calles adoquinadas, con sus pequeños comercios y otras atracciones, lacustres y fluviales, pasará a mejor vida con la entrada del llamado progreso, léase supermarkets propiedad en toda la América Central de la transnacional Wallmart; las pulperías y negocitos de toda clase pasarán a ser un recuerdo de los viajeros de otrora, entre los que me incluyo. Ni qué decir de los proyectos canaleros que impulsa el gobierno de Nicaragua, con el apoyo de buena parte del empresariado de otros países del istmo, los que tendrán un gigantesco e imprevisible impacto ambiental sobre la maravillosa cuenca río San Juan-Lago Cocibolca, con sus increíbles paisajes, especies endémicas y otros recursos naturales, los que también habrán llegado a su hora postrera.
Una invitación para recorrer esa región antes de que afloren de manera inevitable tan dramáticos cambios, como son los que se anuncian con el puente Santa Fe, ya ha sido lanzada de manera implícita en estas líneas, donde solo queda esperar que sea recogida, y así muchos costarricenses del centro del país se animen a tomar el bote en Los Chiles, a navegar por el río Frío hasta San Carlos de Nicaragu, y después de conocer esa bella localidad, desplazarse hacia el archipiélago de Solentiname, donde el granadino poeta, escritor y monje trapense Ernesto Cardenal(1925) intentó desplegar su propuesta utópica durante los últimos años de la década de los 60 y buena parte de los 70, poco antes de que la lucha armada contra la tiranía somocista se hiciera sentir con fuerza en esa región. En la isla grande de Mancarrón y en la isla Venada podrán conocer a los artesanos y pintores primitivistas (naif), un grupo dentro del que las mujeres forman una porción muy destacada, tanto por la calidad de sus trabajos como por su dedicación. El hotel de la isla Mancarrón y sus pobladores, al igual que los de la isla Fernanda y la ya mencionada Venada, sabrán brindarle una agradable e imborrable experiencia a los viajeros que se aventuren por esas aguas de ensueño del gran lago Cocibolca o de Nicaragua.