El pasado, presente y futuro de Abangares están grabados en oro. Pese a las prohibiciones dictadas por el Ministerio de Ambiente y Energía (Minae), el oficio de extracción de la piedra preciosa seguirá siendo el motor económico del cantón guanacasteco.
La lucha por desarraigar la minería a pequeña escala al parecer está perdida; sin embargo, según lo dispuesto en las reformas al Código de Minería del 2010, y el reglamento para la actividad artesanal firmado en 2012, el oficio podrá continuar pero con cambios sustanciales que parecen ser prohibiciones tácitas.
Los mineros ahora tendrán que acostumbrarse a realizar la actividad sin usar químicos como el cianuro y el mercurio; además la maquinaria ubicada en muchas de las casas tendrá que alejarse de estas. Todo lo anterior con el afán de que el impacto ambiental y en la salud de los trabajadores sea el menor.
Estas nuevas reglas generan preocupación entre los cerca de 700 mineros artesanales o coligalleros, quienes se ven imposibilitados de acatar lo dispuesto por el Minae desde el 2010. Por lo tanto exigen al gobierno alternativas que no produzcan una parálisis económica en la comunidad, donde la vida gira alrededor de túneles construidos hace más de un siglo.
Desde la sierra de Abangares
“No vamos a permitir que paren la minería, sin ella no hay cantón de Abangares”, expuso Rigoberto Badilla, quien desde hace más de 20 años acude a la mina Piedra Verde, en busca del sustento para su familia. Badilla además es presidente de la Asociación de Mineros de Abangares.
El profesor de la sede de Guanacaste de la Universidad de Costa Rica Antonio Castillo comentó que “no se puede desarraigar la minería, ahí está su vida”.
FIEBRE DEL ORO
La actividad aurífera cobró relevancia a inicios del año 2000, con la subida del precio del oro en el mercado internacional, favoreciendo e incrementando el uso de equipo mecanizado y explosivos.
La Dirección de Geología y Minas del Minae realizó un censo en Abangares donde detectó la existencia de al menos 102 rastras, equipo necesario para el proceso de beneficiado, en el cual se desprende la piedra del oro.
La maquinaria ubicada principalmente en los patios de las casas debe reubicarse, según el nuevo reglamento de la actividad. No obstante, no todos los dueños de rastras tienen la cantidad de tierra necesaria para alejar el equipo de sus hogares. La nueva norma está en vigencia desde inicios del presente mes. Esta prohibición es catalogada como una declaratoria de “guerra”, por parte de los mineros.
“No nos vamos a quedar de brazos cruzados, porque ¿quién nos va a llevar el plato de comida a la casa?”, dice Minor Villegas de la mina Tres Hermanos y con 17 años en la actividad.
MÁS CAMBIOS
En 2010, se aprueba también una reforma al Código Minero que imposibilita ahora la utilización de técnicas de lixiviación que vayan acompañadas con químicos como cianuro y mercurio. A los mineros artesanales la ley les dispuso ocho años para migrar de método.
A casi cuatro años de aprobada la nueva legislación, ahora se corre para encontrar una alternativa. Según la viceministra de gestión ambiental, María Guzmán, el desarrollo de una técnica gravimétrica, en la cual un proceso físico separa el oro de la piedra, podría ser una opción, pero que aún se mira lejana de concretarse.
Según el Atlas de Desarrollo Humano Cantonal 2011, elaborado por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), Abangares se ubica entre los cantones con logros “medio bajos” en cuanto a avances en materia de bienestar material, esperanza de vida, conocimiento y desarrollo humano.
La reforma al Código Minero también dispuso la necesidad de desligar la dependencia a la extracción aurífera, por lo que el 17 y el 18 de agosto pasados, el Minae presentó el “Plan Estratégico para Abangares”.
Dicha herramienta propone encadenar más actividades productivas a la minería artesanal. Se procura así eliminar a los intermediarios que compran el oro, y alejan las ganancias de los abangareños; en cambio serán los mismos lugareños quienes, luego de capacitarse con instituciones como el INA, generarán productos que conviertan a Abangares en el primer cantón minero.
“Somos buenos sacando el oro pero cuando ya tenemos la materia prima no sabemos qué hacer con ella, por lo que el valor agregado se queda en otras partes del país, por la gente que viene a pagar lo que quiera”, explicó el minero Rigoberto Badilla.
A lo que Minor Villegas agregó: “Los intermediarios son los que no se vienen a dar buena vida”.
Por gramo de oro, los mineros ganan cerca de once mil colones. Según los cálculos hechos por ellos mismos, con dos gramos diarios es suficiente para llevar una vida digna. Vida que se combina con los riesgos de un oficio en el cual no se puede tener miedo, un oficio para hombres y mujeres valientes, como dice Rigoberto Badilla.
La labor en las minas no se paraliza, y tan solo se detendrá el día en que coligalleros bajen de la Sierra para protestar en contra de las normas aprobadas en San José, y que consideran les afectan, por lo que Badilla concluye: “Nunca hemos pedido nada al Gobierno pero sí ocupamos instrumentos jurídicos que nos dejen trabajar”.
El oro que sostiene Abangares
En Abangares los mineros en gran cantidad trabajan por cuenta propia, a pesar de la existencia de cooperativas como la Autogestionaria de Producción Minera, la Asociación de Desarrollo Específica para la Orfebrería y Minería Artesanal, la Cooperativa de Productos de Oro y Servicios Múltiples, y la Asociación Nacional de Mineros. Pero al menos 65% de los trabajadores no se ha afiliado a ninguna.
El trabajo se desarrolla sin control alguno, no hay seguro social, horario o salario fijo. Pero, a pesar de esto, la calidad de vida es mucho mejor que cuando en la zona la actividad era controlada por empresas extranjeras como la canadiense Valiente Áscari.
El Ministro de Ambiente, René Castro, exhortó a los mineros a cooperativizarse: “Nosotros no vemos ninguna posibilidad para gente fuera del sector cooperativo o del sector privado, por ley todos los que quieran estar en la actividad tienen que cooperativizarse”, recalcó Castro.
Con la organización y las nuevas reglas se busca que la actividad sea más amigable con el ambiente. El Minae propone un Plan Estratégico para generar un encadenamiento productivo ligado a la extracción del oro en las minas de Abangares, y con ello evitar la fluctuación de los precios del metal precioso. No obstante para consolidar la propuesta aún se deben sortear varios obstáculos que limitan el accionar de las autoridades ambientales.
El cambio de técnica extractiva, la inseguridad jurídica de las tierras donde se asientan las minas, son parte de los procesos previos para inducir a cambios que mejoren la calidad de vida de los habitantes del cantón. En los Tribunales aún se discute con empresarios que reclaman la tierra de donde proviene el oro, y hasta que estos procesos concluyan el Minae podrán resolver el futuro de los coligalleros.
René Castro. Ministro de Ambiente y Energía.
“Siempre habrá dependencia al oro”
Las reformas a la ley daban un año para mejorar las condiciones de trabajo, situación que no se ha materializado por lo que ahora existe un temor a la prohibición de la actividad. ¿Habrá cierres de minas?
-Los mineros en esta zona están operando en mínimos e informalidad.
¿Pero, continuarán así?
-Hacemos un gran esfuerzo para no agravar el impacto social que ya tienen, pero tampoco es indefinido. Ellos saben que estamos contrarreloj porque la ley dio plazos. Así que ellos mismos están acelerando los procesos.
¿El Minae cuánto ha apresurado el acompañamiento?
-En el último año hemos trabajado mucho más cerca.
La propuesta del Minae es generar un encadenamiento de actividades pero siempre ligadas y dependientes a la minería. ¿Significa eso seguir alimentando un espejismo?
-Se debe apostar a mucho más, por ejemplo a aprovechar las bellezas del cantón para la atracción de turismo, ya que esta es un área poco aprovechada. Pero nos va a llevar al menos una década para definir la identidad de este cantón.
¿Siempre habrá dependencia del oro?
-Sin duda, según lo estableció la ley, pero la actividad será dentro del sector cooperativo.