Abrirle el camino a los casi 1.800 cubanos varados en la frontera norte de Costa Rica desde la semana anterior en su intención de alcanzar los Estados Unidos, es la nueva encrucijada en que se metió el país tras la negativa de Nicaragua de dejarlos cruzar su frontera.
Costa Rica metió la mano en un río de más de 13.000 cubanos que han pasado por nuestras fronteras este año impulsados por el temor y la incertidumbre de que el restablecimiento de relaciones entre Cuba y Estados Unidos vaya a cambiar las leyes que los benefician con un trámite de residencia al tocar suelo norteamericano.
Pero la intensión, según dice el Gobierno, de arrebatarle estos migrantes a las bandas de tráfico de personas que cobran entre $7.000 y $13.000 para llevarlos a su destino, terminó en una crisis humanitaria que se ha ido complicando, día con día.
A su llegada a Paso Canoas, los viajeros cubanos esperaban que, con toda normalidad, las autoridades migratorias les extendieran una citación para tramitar en San José su deportación por tratar de ingresar al país sin la visa requerida.
Casi nadie atiende esa cita, pues los migrantes y las bandas que los transportan, aprovechaban el documento como un “salvoconducto” para cruzar el país de frontera a frontera. Más o menos así van pasando por cada país desde Ecuador hasta llegar a los Estados Unidos.
El gobierno intentó no hacerse más de la vista gorda ante el paso de los cubanos para deportarlos. Pero las cosas se complicaron: Panamá no los quiso de vuelta y unos 350 llegaron hasta la Dirección General de Migración para que los deportaran a Nicaragua en autobús y tratar de seguir su camino.
El miércoles 11 se pudo enviar el último grupo de 85 cubanos que Nicaragua aceptó sin problemas. Otros 120 iban de camino a Peñas Blancas cuando el gobierno nicaragüense decidió no pasar a más deportados, mientras en Paso Canoas se seguían acumulando los migrantes hasta superar los 1.700.
El viernes el Consejo Nacional de Migración tomó la decisión de cambiar la estrategia y otorgar a los cubanos una visa de tránsito extraordinaria por siete días. Nicaragua había indicado que dejaría pasar a los cubanos si salían legalmente del país, pero eso no pasó.
Temporada de conflicto
Conforme fueron recibiendo sus visas, la mayoría de los cubanos buscó Peñas Blancas para seguir con sus planes: no esperaban tardar más de dos días en cruzar Costa Rica y aún quedaba casi toda Centroamérica y México por delante.
“No esperábamos que Costa Rica nos tratara así, se suponía que íbamos a pasar como hemos pasado en otros lugares, no entendemos por qué nos detienen aquí si lo que queremos es llegar a Nicaragua , dijo a UNIVERSIDAD Joraima González.
Pero en Peñas Blancas ya no había paso y el ejército de Nicaragua decidió impedir que los cubanos pasaran su frontera por decenas. Más de 700 estaban allá intentando seguir.
“El Gobierno de Costa Rica en una acción deliberada e irresponsable, lanzó y sigue lanzando sobre los Puestos Fronterizos del Sur de Nicaragua, a miles de ciudadanos cubanos que permanecían en su territorio”, dice el comunicado leído el domingo por la vocera del gobierno nicaragüense, Rosario Murillo.
De inmediato, el canciller costarricense, Manuel González, salió al paso de esa declaración para negar que Costa Rica haya lanzado a los cubanos a la siguiente frontera, al tiempo que criticó la violencia con que los migrantes fueron reprimidos y obligados a volver a Costa Rica.
“La reacción de Nicaragua es mandar el ejército, tirárselo encima a una población migrante en una situación, donde hay hombres, mujeres y niños. Esa es la manera en que ese país aborda ese tema. Nosotros hemos entendido el aspecto humanitario que debe prevalecer en una situación de estas”, criticó González.
Con el intercambio de declaraciones quedó abierta nuevamente la temporada de conflictos con Nicaragua, a pocos días de que el canciller González emitiera declaraciones en varios medios de comunicación sobre su expectativa de que pronto se tenga una sentencia en la Corte Internacional de Justicia (CIJ) sobre los casos de la invasión a isla Calero y el daño ambiental al río San Juan por la construcción de la trocha fronteriza.
“Ojalá tuviéramos una explicación oficial del Gobierno de Nicaragua. Recordemos que el comunicado se emitió en la tarde de ayer (domingo), cuando nos hacen acusaciones infundadas, nos califican de irresponsables y de incentivar que unas 800 personas se lancen a territorio nicaragüense”, dijo el lunes González tras una reunión con diputados de la Asamblea Legislativa.
Ahora los cubanos esperan en Peñas Blancas y en albergues que la Comisión Nacional de Emergencias y otras organizaciones comunitarias han habilitado para ellos en La Cruz, mientras se despejan los nublados en la frontera.
Las opciones ahora son pocas. Deportar a los cubanos por vía a aérea es demasiado caro y complicado, además que ninguno quiere regresar a Cuba y en Cuba tampoco parecen muy interesados en volverlos a recibir.
Panamá mantiene su posición de dejarlos pasar por su territorio, pero no los recibe de vuelta una vez que han pasado a Costa Rica; mientras que algún otro país tendría que declararse dispuesto a recibirlos para que sigan su ruta. Una opción sería un transporte marítimo, pero esto aún no está disponible.
0 comments