Médicos demandan innovación total en enseñanza de la medicina

Programas de estudio desactualizados, falta de auditoría académica y carencias en la formación del internado universitario son parte de las falencias.

La deficiente preparación de los médicos generales que gradúan las universidades encendió las alarmas en el gremio, donde se propone un cambio de paradigmas en el concepto de la atención de la salud y la formación de los profesionales del ramo, cambio de los currículos, acreditación obligatoria de las carreras universitarias y evaluación de los profesores.

Tales fueron algunas de las recomendaciones lanzadas por los panelistas en un foro sobre la educación de los galenos, realizado el pasado 22 de julio en el Colegio de Médicos y Cirujanos de Costa Rica, organizado por la Academia Nacional de Medicina (Acanamed).

En el foro participaron los médicos Carlos Arrea, Osvaldo Gutiérrez y Judith Jiménez, de Acanamed; Alexis Castillo, presidente del Colegio de Médicos y Cirujanos; Jorge Cortés, del hospital privado Clínica Bíblica, y la doctora Dominique Guillén, del Centro de Desarrollo Estratégico e Información en Salud y Seguridad Social (Cendeisss).

Y es que las alarmas sobre la calidad de la enseñanza médica se dispararon tras los pobres resultados obtenidos este año en el examen para el ingreso al posgrado de especialidades médicas en la Universidad de Costa Rica (UCR), y el examen para ocupar los campos de internado para formación en los centros hospitalarios de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS).

Las pruebas se aplicaron a los médicos generales, graduados en las universidades pública y privadas.

Este año, 2.045 médicos graduados de las universidades realizaron el examen de primera etapa para ingresar al sistema de posgrado de la UCR, pero solo aprobaron el 27,65%, lo que significa que apenas tres de cada diez superaron el primer paso para el ingreso al proceso de las especialidades médicas, según cifras de Cendeisss.

Aun peor, en el examen de internado en el 2014 para ocupar los campos clínicos de formación en los centros hospitalarios de la CCSS solo dos de cada diez lograron pasarlo.

Por indicación de las autoridades de la Caja, se hizo una curva en la evaluación, lo que permitió que los estudiantes ingresaran al internado en el 2015, según confirmó en el foro la representante de Cendeisss, organismo que coordina la distribución de los campos clínicos para formación de los médicos en los centros de la CCSS.

Judith Jiménez, secretaria de Acanamed, apuntó a las falencias que hay en la enseñanza en el país, donde ha habido resistencia a que la educación sea sometida al análisis científico y cuesta integrar las diferentes tecnologías con las que cuenta la medicina hoy.

También señaló las carencias de los servicios en la Caja donde el estudiante realiza el internado universitario para completar su formación.

Puso como ejemplo uno de los hospitales clasificado como de “clase A”, donde solo hay asignado un promedio de 3,7 camas paciente para cada interno universitario, cuando lo que se recomienda en los foros es que sean de 7 a 8 camas.

Otro dato es que los internos solo hacen un promedio de 3,3 partos, mientras que antes, dijo la expositora refiriéndose a sus colegas contemporáneos, asistían entre 75 y 80 partos durante ese período de formación.

La pregunta que salta es qué van a hacer estos jóvenes cuando tengan que hacerse cargo de un parto, cuestionó Jiménez, para concluir que “nos estamos quedando cortos respecto a lo que ellos puedan obtener de parte de esta dinámica, y está claro que existe un conflicto en este proceso de formación entre la parte docente y la institucional”.

Apuntó que los mismos estudiantes admiten que reciben muy poca atención, y cuando se les pregunta si se sienten capacitados con las destrezas que han obtenido “la respuesta es un no rotundo”.

A la vez, son muy laxos los mecanismos de incorporación de los nuevos médicos, los cuales llegan graduados de una diversidad de universidades nacionales y del extranjero, sin que exista un mecanismo de evaluación y acreditación obligatoria para controlar la calidad de las instituciones y de los profesores.

En criterio de la profesora, debe haber rendición de cuentas de los entes formadores de los profesionales; la acreditación de las carreras debe ser obligatoria, y tampoco debe quedar separada la responsabilidad que recae en la familia para ver dónde va a estudiar el hijo y si va lo hará solo para tener un título o para servir al país.

El médico Carlos Arrea propuso cambiar a “una receta completamente diferente en la enseñanza de la medicina”. Para ello, repasó las recomendaciones dadas en un seminario realizado recientemente en el Colegio de Médicos, con la presencia de distinguidos profesores extranjeros y representantes de la Organización Panamericana de la Salud.

La opinión unánime fue que los sistemas de salud debían estar basados en la atención primaria de la salud y no en especialistas.

La diferencia está en que los especialistas son individuos que cada día saben más del campo que a ellos les toca, y donde lo más importante para ellos es la enfermedad. En cambio para el médico que hace la atención primaria lo más importante es la promoción de la salud y que la persona esté sana, por lo que es relevante en ese modelo el concepto familiar, social y la comunidad, explicó Arrea.

Desde esa perspectiva, no se puede pretender que la salud sea solo un asunto del médico para curar la enfermedad, sino que se trata de prevención y promoción de salud, aunque también de tratamiento y rehabilitación. Para eso se requiere educar a los estudiantes de medicina para que sepan curar en el nivel primario las enfermedades comunes en la población, y no enfocarse en las enfermedades que les enseñan en los hospitales y que son más raras.

Para lograrlo, las escuelas de medicina deben poner un énfasis especial en la tecnología de la información, porque por medio de ella el estudiante puede acceder a clases excelentes, aunque no tenga la mejor clase en la universidad.

Además deben aprender a trabajar en equipo, porque la medicina se ha hecho muy compleja como para que una persona pretenda hacerlo todo.

El estudiante también debe aprender a investigar, porque si no lo hace nunca va a tener una evaluación de su trabajo ni conocer sus resultados, y es fundamental conocerlos.

Se propone entonces que las escuelas de medicina dediquen el 80% de la enseñanza a la atención primaria y que por lo menos el 70% de ellas estén acreditadas, para tener seguridad de que tienen el personal adecuado para enseñar. “Esto implica un cambio de paradigma, porque vamos a cambiar los hospitales por la comunidad”, anotó Arrea.

Y es que precisamente uno de los problemas que tiene el sistema de salud costarricense es que los médicos generales no tienen capacidad para resolver en la atención primaria, en el ebáis (equipo básico de atención integral de salud), por lo que envían a los pacientes al especialista contribuyendo a las largas listas de espera que saturan los servicios de la CCSS, mencionó el expositor.

 DETERMINANTES

Osvaldo Gutiérrez, profesor en la Facultad de Medicina de la UCR y en la universidad privada Ucimed, señaló como uno de los factores determinantes en la calidad de profesionales graduados en las universidades, las limitaciones en herramientas de aprendizaje que los jóvenes traen desde la enseñanza secundaria, donde cada vez se fomenta menos el razonamiento lógico matemático, y se apuesta por la repetición memorística.

La universidad debe ser capaz de saldar de alguna manera esa deuda y enseñar nuevos métodos de aprendizaje.

Otro factor son los inadecuados procesos de admisión, pues son asimétricos o no existen del todo; programas obsoletos o incompletos, muchos de los cuales tienen una o dos décadas de antigüedad, cuando deberían estar actualizados conforme a lo que debe enseñarse en nuestros días.

Por otro lado, el internado universitario no es el de hace 20 años, en que el interno tenía mucho trabajo y tenía que hacer mucha guardia, y cuando terminaba sentía que había aprendido, mientras que ahora, cuando se les pregunta a los estudiantes al final del internado cómo sienten su preparación para ir al ebáis, ellos mismos dicen sentirse con muchas falencias, mencionó Gutiérrez.

El académico sugiere mejorar los programas de admisión a la carrera, introducir una enseñanza de la profesión que demande un elevado nivel de toma de decisión con aplicación práctica de conceptos de abstracción, deducción y conclusión.

Los profesores deben ser evaluados y debe existir una entidad que audite académicamente la formación de los médicos, y se debe lograr que los hospitales sean calificados como universitarios, para tener prácticas protocolizadas, liderazgos académicos, investigación clínica y auditoría médica.

Y es que cuando un hospital no es universitario es difícil educar sistemáticamente a un estudiante, y los profesores también tienen dificultades para enseñar y para autoperfeccionarse, advirtió Gutiérrez.

El médico Jorge Cortés, de la Clínica Bíblica, coincidió en que el cambio del modelo asistencial a preventivo y promocional es uno de los imperativos del sistema de salud.

“Hay nuevas necesidades en nuestra población, la violencia familiar, la adicción (a drogas), tantas cosas nuevas que antes no representaban para nosotros una problemática importante, y lo vemos cada día más en los pacientes que atendemos”.

Por ello, debe haber una innovación absoluta y total en la enseñanza y dentro de eso debe haber una evaluación total pensando en lo que viene, porque la medicina va a ser muy diferente a la que existe hoy, y eso incluye los currículos universitarios que han sido bien pensados pero son parte de una medicina que ya pasó, opinó.

Cortés abogó por que se aprenda también de las buenas prácticas de la medicina en el sector privado, que ha tenido un gran crecimiento, ha obtenido logros y experiencias que son reproducibles en otros centros de salud, por lo que no se explica que se siga tomando en cuenta solo el sector público, cuando se podría aprovechar lo que se ha hecho bien en ambas partes.

De acuerdo con varias encuestas, el 33% de la Gran Área Metropolitana tiene acceso a servicios privados de salud. “Esto nos da una población sumamente grande que no podemos invisibilizar y separar del contexto de la salud nacional”, afirmó.

 

Alexis Castillo, presidente del Colegio de Médicos
Alexis Castillo, presidente del Colegio de Médicos

Avalancha de médicos

El presidente del Colegio de Médicos, Alexis Castillo, dijo que la entidad se ha planteado si debería ponerse a definir un perfil de incorporación de médicos de acuerdo con las necesidades del país, y si debe restringirse el número de médicos que gradúa cada universidad, teniendo en cuenta que hay una desproporción de graduados por institución.

Mientras tanto, el Colegio está recibiendo “una avalancha” de colegas para juramentación (una media de 500 por año), y lo primero para tomar en cuenta es que son médicos que llegan con sus títulos referidos por las universidades autorizadas, y no hay otra medida más que incorporarlos si ya pasaron ese filtro.

Se ha hablado de otras medidas como crear un examen de incorporación. “Eso trae situaciones (complicaciones), siempre lo manifiesto: desde México hasta Argentina no existe el examen de incorporación al Colegio de Médicos. Se practica en Estados Unidos, Canadá y Europa; nada más les digo eso”, apuntó Castillo.

No obstante, refirió que aunque no es un examen de admisión propiamente dicho, en la modificación de la ley del Colegio de Médicos que se tramita actualmente en la Asamblea Legislativa, se incorpora que la institución debe velar por la excelencia académica de los médicos, lo cual “nos abre la puerta para ver si en un futuro se puede aplicar eso, desde el punto de vista de incorporación al Colegio de Médicos.”

 

Lo médicos en cifras

El Colegio de Médicos cuenta con 10.260, y se incluyen 1.194 pensionados de los cuales 1.117 siguen activos.

El 63% de los profesionales trabajan en el sector público, 26% en el sector privado, 2% laboran en otras áreas y 9% están desempleados, lo que corresponde a unos 900.

La Fiscalía del Colegio recibió 119 denuncias contra médicos en el 2010, 172 en el 2011, 318 en el 2012, 440 en el 2013 y 15 en el 2014. Esta baja se atribuye a una labor preventiva de charlas y divulgación de un equipo de la Fiscalía que se desplaza por todo el país, lo que ha motivado que disminuyan las denuncias.

El 30% de las denuncias corresponde a médicos con menos de cinco años de incorporación. La mayoría de las quejas son por competencia desleal, y no ha habido un aumento significativo por mala práctica médica.

*Fuente: Alexis Castillo, presidente del Colegió de Médicos y Cirujanos.

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