Religión gana terreno en la política y se demora avance hacia un Estado laico

Partidos cristianos logran mantener agenda conservadora en la Asamblea Legislativa.

Partidos cristianos logran mantener agenda conservadora en la Asamblea Legislativa.

Quienes pretenden que Costa Rica deje de ser uno de lo pocos países confesionales en el mundo, donde el Estado tiene religión oficial, han observado un continuo retroceso en sus aspiraciones, debido a la creciente influencia de sectores religiosos que lograron instalarse en cargos de decisión política, desde donde frenan cualquier avance hacia la declaración del estado laico.

Además de la influencia que tradicionalmente ha ejercido la Iglesia Católica en las decisiones políticas del país, valiéndose del privilegio que los constituyentes de 1949 le cedieron consagrándola como la fe oficial del Estado, ahora representantes de denominaciones cristianas han escalado hacia puestos de poder político.

A pesar de que la misma Constitución proscribe la propaganda y el proselitismo político apelando al sentimiento religioso de las personas, –e incluso veda la participación del clero católico en puestos de elección popular– pastores y dirigentes de iglesias cristianas evangélicas han concretado sus aspiraciones de ser elegidos como diputados de la Asamblea Legislativa, apelando a la creencia religiosa para captar votos entre los feligreses.

Los denominados “partidos cristianos” lograron elegir a cuatro diputados en el último proceso electoral, el doble de los que tenían en el periodo anterior, con un evidente incremento de su influencia en el poder Legislativo, donde impiden el avance de proyectos como la autorización de la fecundación in vitro (FIV) y otros que tienen que ver con derechos humanos y que chocan con sus convicciones.

Los partidos minoritarios son esenciales en cualquier sistema democrático, pues responden a intereses no atendidos a menudo por los representantes de las mayorías y que tienen que ver con necesidades personales y sociales que deben garantizarse y aplicarse para todos por igual, en el marco de la Constitución Política.

Sin embargo, algunos sectores se muestran preocupados por el peligro de que las instituciones democráticas sean penetradas por el fundamentalismo religioso.

Desde esa perspectiva, la presencia de partidos autodefinidos como religiosos en el primer poder de la República es vista como un contrasentido, habida cuenta de que la democracia es el resultado de una larga lucha política en contra de las aspiraciones de las jerarquías religiosas por retener el poder que han ejercido de manera directa o en connivencia con otros sistemas políticos.

De ahí que para evitar las dolorosas experiencias dejadas por la connivencia del poder político y el poder espiritual los países han optado en su mayoría por tener un Estado laico -recomendado incluso por líderes como el Papa Francisco- de manera que se respete a quienes profesan cualquier religión o no profesan ninguna, y se evite la intromisión de la religión en las estructuras de poder político.

En Costa Rica, algunos sectores han hablado de una reforma a la Constitución para eliminar la confesionalidad religiosa del Estado, propuesta que ha apoyado incluso el actual mandatario, Luis Guillermo Solís.

Al respecto, el diputado Fabricio Alvarado, de Restauración Nacional, uno de los tres partidos cristianos representados en la Asamblea Legislativa, dijo que ese es un tema discutible, pero prefirió no pronunciarse. No obstante, afirmó que detrás de muchos de los grupos que promueven la iniciativa del Estado laico está la intención de eliminar a Dios de todo.

Por otra parte, sostuvo que quien diga que un cristiano no debería estar en la política, ya está haciendo una discriminación (ver nota aparte).

INJERENCIA

Una muestra de la creciente convivencia del poder político y religioso se vio en febrero del 2010 cuando el obispo de Cartago, Francisco Ulloa, bautizó a la entonces presidenta de la República electa, Laura Chinchilla, con el título de “hija predilecta de la Virgen María”, y en un acto sin precedentes, altos cargos del gobierno firmaron un compromiso de fe ante las autoridades eclesiásticas. Por otra parte, 300 pastores evangélicos le manifestaron apoyo a la mandataria en un acto público.

En la pasada campaña electoral del 2014 junto a los partidos cristianos los candidatos de otras agrupaciones políticas tradicionales echaron mano de lenguaje religioso en el proselitismo que hicieron en torno a temas polémicos como el aborto, la FIV o las uniones civiles de parejas del mismo sexo.

Los candidatos presidenciales Rolando Araya, Otto Guevara, Rodolfo Piza y Luis Guillermo Solís acudieron a un acto donde oraron con pastores evangélicos que los bendijeron con una “imposición de manos”.

Más recientemente, el pasado 15 de junio, los cuatro diputados del bloque cristiano evangélico acudieron al Centro Evangelístico en Zapote, San José, donde rindieron cuentas a los pastores de la Federación Alianza Evangélica Costarricense sobre su gestión en la Asamblea Legislativa.

Mario Redondo, de Alianza Demócrata Cristiana; Fabricio Alvarado, de Restauración Nacional; Abelino Esquivel y Gonzalo Ramírez, de Renovación Costarricense, acudieron al encuentro, donde los pastores mostraron su preocupación principalmente por el proyecto de ley que legalizaría la fecundación in vitro en el país, así como por el estado actual de un proyecto de ley sobre libertad religiosa y de culto que regularía el funcionamiento de las iglesias no católicas.

La intención es que, una vez por mes, los cuatro diputados informen a los pastores sobre su quehacer legislativo, según declaraciones de prensa dadas luego por Gonzalo Ramírez. Además, prevén tener próximamente una reunión con la Conferencia Episcopal de la Iglesia Católica.

El presbítero y teólogo católico Miguel Picado sostiene que los partidos cristianos se entienden políticamente como un acuerdo político religioso con la derecha política y neoliberal.

Son votos seguros para la derecha, sin ellos, por ejemplo, no se habría aprobado el tratado de libre comercio con Estados Unidos, afirmó.

“Sin la alcahuetería del Tribunal Supremo de Elecciones esos partidos no existirían, porque un tribunal que no estuviera jugando hubiera dicho que los partidos confesionales no se admiten, ya que hacen propaganda religiosa y se dirigen directamente al voto cautivo que tienen en las iglesias”, comentó Picado.

En su opinión, son partidos que representan a la gente más conservadora, que se oponen a todo, y que funcionan como una antítesis de los activistas de diversidad sexual, lo que se aúna a la exposición extraordinaria que tienen en los medios de comunicación.

José Mario Méndez, director de la Escuela Ecuménica de Ciencias de la Religión de la Universidad Nacional, puntualizó que en todas las religiones hay fuerzas fundamentalistas que tratan de apegarse a las tradiciones y son hostiles hacia los cambios culturales.

La política es cada vez más utilizada a nivel legislativo por fuerzas religiosas conservadoras y fundamentalistas, católicas y evangélicas, pero esa búsqueda de ganar espacios político religiosos es vista con desconfianza por la población, señaló Méndez, refiriéndose a lo que han reflejado recientes encuestas.

Particularmente citó una investigación realizada por su colega Laura Céspedes, sobre los partidos y las creencias religiosas en Costa Rica, donde se ve que la gente rechaza esa articulación entre política y religión, y más bien cree que debe haber separación entre política y religión.

AGENDA

El politólogo Gustavo Araya observó que los partidos del bloque cristiano han logrado mantener una agenda conservadora en la Asamblea Legislativa, en temas relacionados con derechos humanos como el aborto, la FIV y el reconocimiento de parejas del mismo sexo, en los que la sociedad tiene cada vez más apertura, y entonces pareciera que esas fuerzas van un poco en contra de lo que está pasando en la sociedad.

Sin embargo, es una dinámica que no ocurre en solitario, sino en términos de acuerdos políticos, y han sido los grupos conservadores a lo interno de los propios partidos tradicionales los que les han dado oxígeno a esos partidos, para que sus posturas tengan eco.

Así se entiende que se haya dado lo que parecía impensable imaginar en términos democráticos, que justo Orozco –el anterior diputado de Renovación Costarricense– resultara elegido como presidente de la Comisión de Derechos Humanos en la Asamblea Legislativa.

Eso ocurrió como producto de una negociación que ya tenía antecedentes, apuntó Araya, tras repasar ejemplos de acuerdo político religioso entre políticos y eclesiásticos, que se han venido evidenciando en los últimos años.

En el caso de los llamados partidos cristianos, se trata de partidos que argumentan a base de principios de fe, y en cuya práctica en la mayoría de los casos los procesos de diálogo en términos democráticos para lograr consensos son disfuncionales.

Son grupos que se aferran a textos básicos de la Biblia y a lo de que la interpretación de ella que se haga para regir su comportamiento, y en esa perspectiva el diálogo político queda prácticamente inerte, consideró Araya.

Durante los últimos dos períodos legislativos, los diputados cristianos han bloqueado en el Congreso la aprobación de una ley para autorizar la técnica de fecundación in vitro. Eso ha impedido cumplir una sentencia de la Corte Interamericana de Justicia que en el 2012 ordenó al país legislar sobre la materia, y el incumplimiento expone al país a una sanción de la comunidad internacional.

Otro politólogo, Sergio Araya, estudioso de los procesos políticos y electorales en el país, apuntó que lo que hizo Justo Orozco, al crear el primer partido cristiano hace dos décadas, fue trasmitirle a un sector de los cristianos evangélicos la idea de que los partidos que existían no representaban los intereses de este sector de la sociedad, que tiene como común denominador profesar esa denominación religiosa.

Convirtió ese sector en su público electoral cautivo, lo cual le dio réditos porque desde la creación del partido ha tenido presencia en la Asamblea Legislativa, donde ahora hay más partidos de corte religioso.

Aunque formalmente no se constituyen como partidos confesionales en la práctica sí lo son, y su agenda incluye una serie de temas que hace 20 años no se discutían, pero en la actualidad se están discutiendo en el país y de alguna forma han servido como plataforma para darles identidad.

Al dirigirse en primera instancia a un segmento de población que profesa la espiritualidad desde una dimensión cristiano evangélica, ellos encontraron en estos temas que son sensibles a esas comunidades un elemento programático para darles identidad.

Y de conformidad con los grupos que representan, no van a tener jamás posturas favorables a tesis que contravienen los principios y los valores que comparten los miembros de esas feligresías que son su voto duro.

Para el politólogo, el problema no es que los partidos tengan posturas claras en determinados temas y los defiendan, el problema es que esa oposición provoque que el sistema como un todo colapse.

“Lo grave no es que haya partidos que tengan sus agendas muy claras, lo grave es que el marco en el que juegan permita que esas agendas contrapuestas terminen obstaculizando y paralizando todo el funcionamiento de la Asamblea Legislativa”.

Y es que en la coyuntura actual, donde hay una Asamblea Legislativa tan diversa, en la que ningún grupo alcanza mayoría y la fracción oficialista no logra consolidar una fuerza que le permita darles fluidez a los proyectos del Ejecutivo, el reglamento legislativo –ideado para otros tiempos en donde dominaban dos fuerzas hegemónicas que podían negociar– constituye un lastre que provoca que una sola bancada o un diputado pueda sepultar un proyecto, pese a que tal vez una mayoría esté de acuerdo con él. Ese es el tema de fondo, apuntó Sergio Araya.

Hay intención de sacar a Dios

P 92 evangelicos Fabricio

Fabricio Alvarado, diputado de Restauración Nacional, uno de los partidos cristianos representados en la Asamblea Legislativa, no tiene problema en admitir que estas agrupaciones confesionales representan al sector cristiano, pero niega que acudan a argumentos bíblicos para defender las tesis que sostienen en el poder Legislativo.

Sobre las propuestas de reformar la Constitución para eliminar la religión oficial del Estado y avanzar hacia un Estado laico, comenta que es un tema discutible y prefiere no pronunciarse, aunque sostiene que detrás de muchos de los grupos que promueven la iniciativa del Estado laico está la intención de eliminar a Dios de todo.

¿Qué dice ante la afirmación de que el bloque de partidos cristianos representa a los sectores más conservadores y mantienen una actitud fundamentalista de defender tesis con argumentos religiosos y bloquear la discusión de temas que ellos adversan, como la fecundación in vitro y otros temas relacionados con los derechos humanos?

Su respuesta es que si cuatro diputados de ideología cristiana llegaron al parlamento es porque tuvieron los votos suficientes para estar ahí. Y quien diga que un cristiano no debería estar en la política, ya está haciendo una aseveración discriminatoria.

“Es como si nosotros dijéramos que nadie que defienda a los homosexuales debería estar en la política. Es mentira. Me parece excelente que haya gente que defienda a los homosexuales, a los cristianos, a los sindicatos, a los empresarios, esa es la pluralidad en la que vivimos actualmente.”

Añade que el hecho de que haya nueve fracciones legislativas es la mejor muestra de que hay muchos sectores que quieren ser representados. Uno de ellos es el sector cristiano, que votó de manera que ya no sean dos diputados como fue en la legislatura pasada sino cuatro en la actual.

¿Defienden sus tesis basados en argumentos religiosos?

-Nosotros no hemos usado argumentos religiosos para defender nuestras tesis, hemos defendido la vida, la familia, el matrimonio entre hombre y mujer y los argumentos han sido jurídicos y científicos como se puede comprobar en las actas.

Somos partidos que representamos a un sector cristiano, pero el hecho de representar a un sector cristiano no quiere decir que vamos a venir aquí a sacar textos bíblicos.

¿Pero sí son un partido confesional?

-Partido confesional sí somos, pero hemos usado argumentos serios, hemos aportado proyectos de ley de interés nacional, que tienen que ver con temas que afectan a todos los costarricenses. Hemos hecho control político serio y quizá eso no lo toleran algunos que pensaban que vendríamos a centrarnos solamente en temas bíblicos y de familia.

Hemos demostrado que como cristianos y como ciudadanos tenemos mucho que aportar. Así que decir que no deberíamos tener representación en la Asamblea Legislativa no es otra cosa que discriminación por parte de ciertos grupos, que lo que quieren es sacarnos de aquí, y sacar a Dios de la Constitución, de la educación y de todo lado.

¿Ustedes se oponen a la creación del Estado Laico en Costa Rica?

-Ese no es nuestro tema. Nosotros impulsamos una ley de libertad religiosa y de culto. Aquí se habla de que se discrimina a ciertos grupos, pero no se visualiza lo que está ocurriendo con muchas iglesias que están siendo cerradas en muchos lugares, eso es persecución.

Creo que en medio de los grupos que quieren el Estado laico hay muchos que no saben siquiera lo que es un estado laico, y lo que quieren es un estado ateo.

Hay gente en las redes sociales que dicen Estado laico ya, y lo que quieren es sacar a Dios de todo, que los cristianos no podamos aspirar a puestos, eso no es un estado laico, es un estado ateo.

Lo que algunos pretenden, e incluso el presidente lo ha dicho, es reformar un artículo de la Constitución para tener un estado aconfesional. Eso es otra cosa, que la iglesia Católica no sea la religión oficial del Estado. Es un tema de amplia discusión y nosotros preferimos no emitir criterio.

Creemos que hay la intención de sacar a Dios de todo, hay todo un movimiento para provocar incluso, lo que ya está pasando en otros países, y es que a un pastor lo encarcelen por predicar en contra de la homosexualidad, por ejemplo. A eso quieren llevar algunos grupos que defienden supuestos derechos humanos.

Manipulación

P92-Evangelicos-VargasEn criterio de Gerardo Vargas, jefe de bancada del Frente Amplio – que antagoniza en posiciones con el bloque cristiano- lo que se ha venido dando en Costa Rica es una manipulación del sentimiento religioso por parte de algunos partidos “seudocristianos”, en el sentido de que en las elecciones ellos se presenta ante la ciudadanía como defensores de la vida y con ese discurso le dicen a la gente que quieren tener diputados en la Asamblea Legislativa.

Una vez que llegan a la Asamblea desarrollan una campaña de oposición a todos los proyectos que tienen que ver con derechos humanos. Entonces lo que están haciendo esos partidos es utilizar el evangelio para oponerse a todo el tema de los derechos humanos y que Costa Rica no avance en los derechos humanos.

“Me parece que eso es una manipulación de los valores esenciales del evangelio, porque cuando uno lee el evangelio integralmente, Jesús fue una persona que siempre abogó por la defensa de los derechos humanos. Hay una contradicción en esos partidos porque el trabajo de ellos es en contra de los derechos humanos y el trabajo de Jesús fue a favor de los derechos humanos”, consideró Vargas, quien anteriormente ejerció como sacerdote católico.

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