Foro evidencia preparación médica deficiente

Universidades fallan en la formación de médicos generales

La formación especialistas médicos es uno de los factores para considerar en el problema de las listas de espera hospitalarias de la CCSS.

La formación especialistas médicos es uno de los factores para considerar en el problema de las listas de espera hospitalarias de la CCSS.

Al calor de la angustia vivida por miles de asegurados en listas de espera en clínicas y hospitales de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), la formación de los especialistas médicos se discutió durante un foro realizado la semana antepasada en el Colegio de Médicos y Cirujanos, donde de rebote salieron a relucir datos alarmantes sobre la baja preparación de los médicos que están graduando las universidades en Costa Rica.

Durante la actividad se discutió si hay faltante o no de especialistas en las diferentes ramas de la medicina, y si radica allí la causa de las listas de espera para citas y procedimientos médicos en la Caja.

En este sentido, el director nacional del programa de posgrado de especialidades médicas de la Universidad de Costa Rica (UCR), Luis Pastor, sostuvo que están formando suficientes especialistas.

A su parecer, el problema está más bien en la distribución de los especialistas y en que probablemente la CCSS no cuenta con los incentivos adecuados, por lo que los especialistas se van al sector privado, que les ofrece mejores condiciones. De hecho el 40% labora en la medicina privada.

Con un auditorio colmado por médicos y autoridades del sector, la discusión reunió el pasado 6 de mayo al presidente de ese gremio, Alexis Castillo; al ministro de Salud, Fernando Llorca; a la presidenta de la CCSS, María del Rocío Sáenz; al director del programa de posgrado de Especialidades Médicas de la UCR, Luis Pastor; a la directora del Centro de Desarrollo Estratégico e Información en Salud y Seguridad Social (Cendeisss), Sandra Rodríguez; y al representante de la Academia Nacional de Medicina (Acanamed), Manuel Soto. Fungió como moderador Carlos Arrea, presidente de dicha Academia.

Además de la distribución de las plazas de especialistas en los hospitales públicos y la fuga de profesionales hacia la medicina privada, se habló de los estudios para determinar la cantidad de profesionales que se requieren en cada especialidad, el examen de residencia para los aspirantes a cursar especialidades médicas en los hospitales de la CCSS y el interés de las universidades privadas en formar especialistas.

También se examinó, entre otros temas, el concepto del Médico Familiar, desarrollado en otros países, como una alternativa para cambiar el modelo de atención y bajar la saturación de pacientes en los centros médicos.

Actualmente, el médico que desee cursar una especialidad en el país debe realizar su formación en hospitales de la CCSS, con profesores de la UCR y bajo la coordinación del Cendeisss, y la selección de los candidatos al posgrado se hace mediante un examen en dos etapas.

Uno de los problemas ventilados en el foro es que la Caja no cuenta con un estudio integral que permita conocer los reales requerimientos de los profesionales.

La Contraloría General de la República, en un informe emitido en enero pasado (DFOE-SOC-IF-01-2015), analizó los procesos de formación y distribución de médicos especialistas en la CCSS, y encontró que en una década la entidad ha elaborado 31 estudios para determinar la necesidad de los profesionales en hospitales, pero han sido estudios no armonizados, con metodologías diferentes, y los resultados no coinciden.

Lo procedente sería tener estudios estandarizados que orienten mejor las decisiones, en cuanto a determinar las necesidades en la formación de especialistas, señaló.

La directora ejecutiva del Cendeisss, Sandra Rodríguez, dijo que los estudios hechos no es que no sean fiables, sino que tuvieron objetivos diferentes y con distintas metodologías; pero, en la institución hay conciencia de que debe existir una sola metodología para la determinación, no solo de especialistas médicos, sino de los recursos humanos en general de la institución.

“Hay que corregir situaciones que en el pasado se dieron y es que diferentes instancias institucionales hacían este tipo de estudios. Estamos trabajando ya para que una sola instancia lo haga y con una única metodología”, puntualizó.

En declaraciones a UNIVERSIDAD, el llamado cobrador de la Caja (ad honórem), Roberto Mora −quien denuncia públicamente a patronos que acumulan deudas con la entidad− criticó el incumplimiento del Cendeisss en este tema, al considerar que se fundó hace 40 años para que fuera el soporte en la formación de recurso humano y especialistas en la CCSS, pero los hechos actuales muestran que con todo el equipo de gente y el edificio que tiene no ha servido.

PROBLEMAS

Mientras tanto, Manuel Soto, miembro de la Acanamed, expuso que no conoce ningún estudio que muestre el estado verdadero de la función que deben ejercer los especialistas en el ámbito nacional.

Es un estudio que debería ser llevado por Cendeisss, que es la entidad formadora de los especialistas, y debería involucrar a las personas que ejercen en el posgrado médico, al Ministerio de Salud y a otras instituciones, como el Instituto Nacional de Seguros y la medicina privada, porque el sistema de salud no es solo la CCSS, aclaró.

Soto mencionó problemas en la organización del sistema y puso de ejemplo que muchas veces se insertan áreas quirúrgicas en lugares sin tomar en cuenta si hay anestesistas, si hay quién cuide a los pacientes en el proceso postoperatorio, si hay unidad de cuidados intensivos, todo lo cual debe valorarse para ver si las condiciones son las adecuadas.

El problema es que el sistema de salud no está bien organizado, los médicos están mal formados en las universidades y carecen de capacidad resolutiva, y a los que llegan a trabajar a la seguridad social no se les da seguimiento en programas de formación ni en su rendimiento, comentó.

Por otro lado, Soto no ve en este momento la necesidad de que una universidad privada ingrese como un ente más a formar especialistas, con el argumento de que la UCR no los está proporcionando. Primero habría que demostrar que la UCR no está cumpliendo con esta tarea; en ese caso sí se podría decir que hay cabida para que entren universidades privadas, agregó.

Luis Pastor, del posgrado de especialidades médicas de la UCR, tampoco cree que haga falta que las universidades privadas intervengan en la formación de médicos especialistas. Alegó que el 40% de los médicos costarricenses son especialistas y que esta es una cifra suficiente, por lo cual el problema está en la distribución.

Mencionó que del 2006 a la fecha han formado 1.747 especialistas, cantidad que estima suficiente para el país. Podrían formar más, pero hay una capacidad instalada de campos clínicos en la Caja que los limita, acotó.

Lo que sucede en la Caja es que los especialistas se van a la medicina privada, porque los incentivos son mucho mayores. Pero que no digan que la UCR no los ha formado, subrayó.

Ante ejemplos que Pastor mencionó −de especialidades en las que ellos tenían postulantes seleccionados pero la CCSS no les dio las plazas−, la Directora del Cendeisss replicó que es real la limitación de plazas en la institución para los médicos que cursan especialidades, pero también hay algunas en las que habiendo plazas suficientes no se logran llenar, y hay que ver ese aspecto también.

“En este momento se está determinando cuál es la capacidad instalada para la formación de especialistas a nivel institucional. Tenemos también las brechas determinadas. Entonces, si conociendo que existe una capacidad instalada para formar cierto número de especialistas en diferentes especialidades, la UCR no es capaz de formar ese número que se debería formar de acuerdo con nuestras estimaciones, podríamos perfectamente recurrir ya sea a becas al exterior o a algunos convenios con universidades privadas para satisfacer las necesidades de la institución», externó Rodríguez.

REALIDAD

Roberto Herrera, director médico del Hospital Metropolitano (privado), aseveró que el 30% de la población resuelve sus problemas de salud mediante la medicina privada. Es una realidad que hay que tomar en cuenta, porque al sistema de salud del país no lo representa solo el sistema estatal y cinco hospitales, sino también consultorios privados, farmacias, organizaciones e instituciones sin fines de lucro del sector salud, que están necesitando recursos humanos. ¿No deberían participar en la definición de necesidades de especialistas de este país? ¿No es introducir un sesgo al discutirlo solo de acuerdo con las necesidades de la CCSS? Mientras no se hagan estas diferenciaciones va a ser muy difícil encontrar respuestas, advirtió.

Por su parte, Luis Bernardo Villalobos, decano de la Facultad de Medicina de la UCR, compartió el criterio de que el problema no está en las especialidades médicas solamente, sino que hay que ir más allá y ver cómo se está formando a los médicos generales.

No ha habido una política de formación en salud, y pareciera que más bien la idea es que no haya política, lamentó Villalobos, quien lanzó la pregunta al ministro de Salud y a la presidenta de la Caja, en torno a qué mecanismo están planteando en el sector para tener una política en ese campo.

Entretanto, el presidente del Colegio de Médicos, Alexis Castillo, ve difícil la introducción de un examen de incorporación para controlar la calidad de los médicos que ejercen −como propuso Pastor−, dadas las fallas en la preparación por parte de las universidades (ver recuadro).

“Se nos pone al Colegio a hacer examen de incorporación y a decirles a los médicos, en una decisión final, que no pueden trabajar. Qué difícil, porque no ha sido posible que las universidades vean si los estudiantes salen buenos profesionales. Y se los digo porque en toda América Latina no hay ningún país que tenga examen de incorporación”, argumentó Castillo.

Añadió que “a la hora de inscribirlos (a los médicos), confiamos en lo que las universidades mandan y básicamente actuamos a ojos cerrados. Eso probablemente habrá que cambiarlo, pero primero está la responsabilidad de las universidades de formar gente que funcione, y si hay que dejarla que se le deje, pero hay que hacer algo en eso”.

En su intervención, la presidenta de la Caja, María del Rocío Sáenz, dejó claro que la formación de los profesionales no puede verse separada de la capacidad que tiene la institución y debe ser definida a partir de tres factores: la calidad del aprendizaje para el especialista, la dignidad de los pacientes y las necesidades de la población.

“A la Caja se le reclama que no sabe planificar; pero resulta que después de planificar y dedicar tres o cuatro años para la formación de los especialistas, el 50% se van y entonces ¿para quiénes están formando a esos profesionales? No se vale que al final, cuando no alcanzan para el sistema, la mala es solo la Caja”, se quejó.

Según Sáenz, en corrillos ha escuchado que universidades privadas quieren participar en la formación de especialistas, pero ninguna ha presentado una propuesta y nadie habla de asumir el costo y de pagarle a la Caja.

La institución –aseguró− avanza en la formulación de una política de recursos humanos que abarque la regulación, la formación, los incentivos, la retención de los diferentes recursos humanos en salud. Es una revisión que se hace con la Organización Panamericana de la Salud, por el peso que tiene esa formación que ha recaído en la institución y que al final se ve truncado el éxito en la prestación en sistema, por el cambio que ha habido en la composición del mercado laboral.

Para el ministro de Salud, Fernando Llorca, la ausencia de un diagnóstico nacional definitivo −que precise las necesidad de profesionales en medicina− repercute no solo sobre la CCSS y sus usuarios, sino en instituciones como el Instituto Nacional de Seguros (INS), hospitales y aseguradoras privadas.

Los factores que influyen en la satisfacción de esas necesidades tienen que ver con aspectos epidemiológicos, el envejecimiento de la población, entre otros, que son realidades con las que hay que lidiar y a eso hay que ajustar el modelo de atención en salud, añadió.

“Estamos en el proceso de pensar en el modelo de atención y decidir qué tipo de profesional queremos en ese modelo que realmente necesitamos. Lo que corresponde es replantear la formación de especialistas que tenemos”, instó.

Carlos Arrea, presidente de la Acanamed, dijo que las conclusiones del foro se van a analizar y publicar próximamente para ayudar a la toma de decisiones. Por lo pronto, quedó claro que el problema de las especialidades médicas es un problema nacional, y se esbozó que el gasto de la formación no lo debe hacer solo la Caja, sino que deben participar otras instituciones como el INS y algunas clínicas, señaló.

También quedó claro que la preparación de pregrado de los médicos no está a la altura de lo que debiera ser y en eso todas las universitarias son deficitarias.

En cuanto a los especialistas médicos, se considera que la UCR está en capacidad de preparar los que se necesitan, y no es necesaria la participación de universidades privadas. Aunque el ministro de Salud y la presidenta de la Caja dejaron ver que en algún momento podría necesitarse la participación de alguna privada, anotó Arrea.

 

    Luis Pastor, director del posgrado de especialidades médicas de la UCR.
Luis Pastor, director del posgrado de especialidades médicas de la UCR.

 

Bajo nivel

Luis Pastor, director del Programa de posgrado de especialidades médicas de la UCR, advirtió que el último examen de médicos para admisión en especialidades arrojó resultados “impresionantes”, que deben hacer pensar sobre la clase de profesionales que están graduando las universidades. Tanto el Colegio de Médicos como el Ministerio de Salud deberían tomar cartas en el asunto, para que se norme la calidad de los profesionales que ejercen, exhortó.

Precisó que de 2.000 personas que se presentaron al examen en mención, únicamente 13 sacaron nota por encima de 80, y del total solo una de cada cuatro (500) calificaron arriba de 62, que era la nota mínima este año para ganarlo.

De todos los graduados de la UCR que se presentaron pasó el 52%, y de la Ucimed un 48%, mientras que otras seis universidades tuvieron una promoción en torno al 30%.

No se está formando un profesional con capacidad para que los pequeños problemas de la medicina costarricense se resuelvan localmente y no tengan que ser enviados al centro, “porque −y en esto estamos metidos todas las universidades− hemos bajado los niveles del médico costarricense, y hemos hecho una presa en los hospitales nacionales, porque el médico no tiene poder resolutivo. Tenemos que cambiar eso, si no definitivamente el futuro de la medicina costarricense es realmente oscuro”, anticipó Pastor.

Hizo un llamado a crear alguna norma que regule la calidad de los médicos que van a ejercer, y defendió a la UCR en su papel formador de especialistas.

Argumentó que “para este año, en la especialidad de anestesiología en recuperación tenemos 38 candidatos y nos dieron (en la Caja) 20 plazas. En gastroenterología, con 31 candidatos, nos dieron 4 plazas; en medicina familiar comunitaria, que debería ser el futuro de la medicina en Costa Rica, para 17 nos dieron 8 plazas, y en pediatría para 53 candidatos nos dieron 8 plazas. La UCR sí tiene capacidad de formar, lo que pasa es que si no me dan plazas, no puedo meterlos a la fuerza”.

Estima que las universidades privadas no deben estar en la formación de especialistas como pretenden, porque si la UCR y la CCSS −que son instituciones del Estado para formar especialistas− han llegado al tope de la capacidad instalada, no hay razón para que a una universidad privada se le dé parte de los campos clínicos disponibles en la Caja, para que forme especialistas sin fines de lucro, dicho entre comillas, “porque ese sin fines de lucro no me lo trago de ninguna forma”.

Por otra parte, Pastor aseveró que el sistema de escogencia y el examen para el ingreso al posgrado es totalmente transparente y no hay preferencias. “La mayoría de los que somos médicos ahora venimos de la clase media, no venimos de la élite costarricense. Lástima que un representante de los trabajadores esté hablando contra los trabajadores, porque se le olvida que somos trabajadores de la institución”, reclamó en referencia a una afirmación del directivo de la Caja, Mario Devandas, quien en una entrevista la semana antepasada afirmó que la selección para cursar especialidades se ha vuelto elitista (UNIVERSIDAD, 19 de abril 2015).

 

Gremio médico

Médicos inscritos ante el Colegio de Médicos: 13.366 (60% generales, 40% especialistas).

Médicos activos: 10.260

Médicos inactivos: 1.117

Médicos pensionados: 1.194 (de los cuales 700 aún ejercen).

Nuevas incorporaciones: 550 médicos generales, 300 especialistas (en 2014), 590 médicos generales (en lo que va del 2015).

Distribución: El 75% de los médicos se ubican en áreas urbanas del Valle Central.

Con posibilidades de retiro en próximos 5 años: 165 médicos generales y 658 especialistas.

*Fuente: Colegio de Médicos de Costa Rica.

 

De 2.000 médicos que se presentaron para ingreso a posgrado, solo 500 sacaron nota por encima de 62, el mínimo para pasar el examen.

De los 3.366 inscritos, el 60% son médicos generales y el 40% especialistas.

El 75% de los médicos se ubican en áreas urbanas del Valle Central.

 

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