Washington, Estados Unidos | viernes 17/04/2015
Los países afectados por el ébola tomaron la tarima este viernes para pedir ayuda en las reuniones del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM), también abiertas a discutir las «lecciones» de América Latina para acomodarse a un ritmo económico muy moderado.
Los mandatarios de Liberia, Guinea y Sierra Leona, los tres países que cargaron con la mayoría de las 10.000 muertes provocadas por la enfermedad, se dieron cita en Washington, que acoge las asambleas de primavera del FMI y el BM, para clamar por la urgencia de más fondos.
«Necesitamos estos fondos inmediatamente, no queremos esperar hasta julio», señaló el presidente guineano, Alpha Conde, en referencia a la próxima conferencia de Naciones Unidas de donantes.
Los tres países solicitan a la comunidad internacional desarrollar un «Plan Marshall» por $8.000 millones, que incluye dinero ya comprometido y destinado por los organismos financieros y de ayuda.
«El Plan Marshall fue la consecuencia de una guerra. Ébola fue como una guerra para nuestros países», dijo Conde, en una conferencia junto a los líderes de Naciones Unidas, el Banco Mundial y el FMI.
Según la presidente de Liberia, Ellen Johnson Sirleaf, el monto llevará a los tres países, que con Costa de Marfil conforman la Unión del Río Mano, a un nivel más sostenible de crecimiento, y a construir sistemas de salud que pudieran prevenir una epidemia similar.
«¿Es pedir demasiado? Decimos que no, porque la Unión del Río Mano puede ser una fuerza formidable para la recuperación de la subregión», dijo Johnson Sirleaf.
En la reunión, el presidente del Banco Mundial, Jim Yong Kim, anunció una ayuda por $650 millones en los próximos 12 a 18 meses para Liberia, Guinea y Sierra Leona, un monto adicional a los $1.000 millones ya comprometidos por el organismo para combatir la epidemia.
REFORMAS IMPOSTERGABLES
Las reuniones también continuaban las discusiones sobre las «lecciones» que América Latina pudo aprender con el cierre del ciclo de alta de las commodities y el retorno a una fase de crecimiento muy moderado.
Para Alonso Segura, ministro de Economía de Perú -país que hilvana 16 años continuados de crecimiento, con promedio anual de 6% en la última década-, tal vez la lección más importante ha sido la necesidad de las reformas.
«Creo que la lección clave es que para avanzar es necesario ceder en algo. Eso, o continuamos con las reformas para cubrir las diferencias creadas por el crecimiento acelerado, o crecemos menos», dijo Segura.
La mayoría de los países de la región «ha tenido un viento de cola muy fuerte, y obviamente ya no es el caso», señaló el responsable.
Para hacer avanzar las reformas, los países de la región deben tener paciencia para alcanzar «consensos políticos o sociales, pero creo que es el único camino hacia adelante», comentó.
El panel, que incluía a los representantes del Banco Mundial para la región, discutía un informe de la organización publicado este viernes, en el que insistía a los países latinoamericanos no seguir buscando impulsos al crecimiento en factores externos.
«Mientras el boom de los commodities se desinfla y las autoridades estadounidenses asoman una posible alza de las tasas de interés, los países latinoamericanos y caribeños pueden prestar atención a los motores internos para mantener el crecimiento», señaló el informe.
Cada país debe estudiar qué «combinación de reformas» le conviene para mantener el crecimiento y reducir la pobreza, y adicionalmente mantener el equilibrio fiscal, concluyó el documento.
La región acumula cuatro años de desaceleración económica, y según el Fondo Monetario Internacional registrará un ínfimo 0,9% en 2015, antes de rebotar levemente a 2,0% en el 2016.