Brasilia, 5 oct (dpa) – La presidenta Dilma Rousseff dio hoy un paso importante hacia su reelección al ganar con un 41,55 por ciento de los votos válidos la primera vuelta de los comicios generales brasileños, pero tendrá que disputar el gobierno en una segunda vuelta el 26 de octubre, frente al senador socialdemócrata Aécio Neves.
Tras el recuento del 99,46 por ciento de las urnas, el representante del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), quien protagonizó un espectacular repunte en la última semana de la campaña, obtuvo 34,77 millones de votos (un 33,61 por ciento de los válidos), frente a los 42,98 millones alcanzados por la mandataria.
El futuro presidente de Brasil se definirá asimismo, una vez más, en un duelo entre PT y PSDB, que desde hace 20 años son los partidos hegemónicos en el gigante sudamericano.
La ambientalista Marina Silva, quien ingresó como un «tsunami» en la disputa electoral en agosto, tras la muerte en un accidente aéreo del candidato del Partido Socialista Brasileño (PSB), Eduardo Campos, y se presentaba como una candidata de la «tercera vía», sufrió un serio desgaste en la recta final.
La ex ministra de Medio Ambiente terminó la disputa con 22 millones de votos (un 21,29 por ciento de los válidos), poco más de lo que obtuvo en su primera candidatura presidencial, hace cuatro años.
Excluidos de la lucha por el gobierno, Silva y el PSB se convertirán a partir de ahora en la «novia codiciada» de los dos candidatos, que buscarán conquistar el apoyo de sus electores hacia la ronda decisiva. La ambientalista, tras confirmarse su derrota, se manifestó hoy dispuesta a entablar un «diálogo» con los candidatos a la segunda vuelta.
Pese a su amplia victoria, la ventaja de Rousseff sobre su rival fue más estrecha que lo que pronosticaban las encuestas.
Su desempeño fue además el peor registrado por el PT en elecciones presidenciales en los últimos 12 años. En 2002, el ex presidente Luiz Inacio Lula da Silva ganó la primera vuelta con un 46,4 por ciento de los votos, un índice que aumentó al 48,6 por ciento cuando disputó la reelección en 2006. Y la propia Rousseff obtuvo el 46,9 por ciento en la primera ronda de los comicios de 2010.
En su favor, la actual presidenta brasileña tiene los éxitos acumulados en el campo social por los gobiernos del PT, que a lo largo de los últimos 12 años lograron reducir en un 65 por ciento la miseria extrema y recortar a la mitad los índices de desnutrición, además de bajar la tasa de desocupación a un mínimo histórico del cinco por ciento.
Además, Rousseff puede sacar provecho al temor a que un gobernante de oposición abandone el popular programa Beca Familia, que actualmente otorga ayuda financiera a unos 56 millones de brasileños pobres: «No permitiremos que el país dé marcha atrás», afirmó, en un discurso después de que se confirmara su victoria.
Neves, a su vez, buscará aprovechar el descontento popular por los precarios servicios públicos de educación, salud y transporte urbano -que fue el origen de las multitudinarias protestas populares de junio y julio de 2013- y por la inflación en ascenso, que actualmente está cerca del 6,5 por ciento, el techo del límite del sistema de metas.
«Yo me siento extremadamente honrado por poder representar en la segunda vuelta el sentimiento de cambio de la población brasileña. Tenemos un proyecto de Estado para mejorar la vida de los brasileños y generar empleos para millones de personas», expresó Neves hoy, tras confirmarse que disputará la segunda ronda.
Se prevé además que el socialdemócrata insistirá en su estrategia de acusar al PT de ser responsable por varios escándalos de corrupción que estallaron en Brasil en los últimos años, el más reciente de los cuales -que está siendo investigado por la Justicia- involucra a la petrolera Petrobras, la empresa más valorada por los brasileños.
Unos 115 millones de brasileños (de los más de 142 millones habilitados a votar) acudieron a las elecciones de este domingo, destinadas a definir además a los gobernadores de los 26 estados y del distrito federal de Brasilia, renovar la totalidad de los 513 escaños de la Cámara Baja y elegir a un tercio de los 81 senadores.
En las elecciones provinciales, el PT salió adelante. De los 13 gobernadores que se definieron en la primera ronda, tres integran el partido gubernamental, entre ellos los de Minas Gerais -donde Fernando Pimentel rompió una hegemonía de 12 años del PSDB- y Bahía.
El PSDB de Neves, a su vez, mantuvo el comando del estado más rico del país, Sao Paulo -que gobierna desde hace dos décadas-, al conquistar la reelección de Geraldo Alckmin.
Según el presidente del Tribunal Superior Electoral (TSE), José Antonio Dias Toffoli, la jornada transcurrió en calma, sin que se registraran incidentes graves, pese a que 1.433 personas -entre ellas 71 candidatos- han sido detenidos a lo largo del día por violar la legislación electoral.
Asimismo, el presidente de la Corte Suprema, Ricardo Lewandowski, aseveró que este domingo fue «un día de fiesta para la democracia», y que pese a que la disputa fue «muy dura», la votación se desarrolló «en un ambiente de absoluta armonía y paz social».