El retorno de Hermann Hesse

Herman Hesse es objeto de múltiples homenajes al cumplirse 125 años de su natalicio y 40 de su desaparición. El 9 de agosto se

Herman Hesse es objeto de múltiples homenajes al cumplirse 125 años de su natalicio y 40 de su desaparición.

El 9 de agosto se cumplieron 40 años de la muerte del poeta y novelista alemán Hermann Hesse y 125 de su natalicio. Por tal motivo, en Alemania se realizan diversas actividades conmemorativas de uno de sus autores del siglo XX más leídos.

Hesse nació en Calw (Selva Negra) el 2 de Julio de 1877, murió en Montagnola (Suiza) el 9 de agosto de 1962.

Escritor con profunda influencia del pensamiento oriental, donde buscó respuesta a muchas inquietudes de corte existencialista. Su vida está con mucho plasmada en su obra. Hesse es uno de los autores más atractivos para el lector adolescente y para aquellos que gustan de reflexionar acerca del sentido humanista de la existencia.

Como un hombre del cambio de siglo, le tocó ver las grandes transformaciones de la sociedad moderna. El paso del siglo XIX al XX marcó las directrices de la organización social contemporánea y, para la generación que vivió ese cambio, la preocupación por el valor humano fue muy grande. Posiblemente de esa condición de transitoriedad provenga una de las expresiones más citadas de esta autor, proveniente de su novela Demián: “el que quiere nacer tiene que romper un mundo.”

En sus obras se puede descubrir la presencia de Nietzche mezclada con la visión de Jung y el romanticismo alemán.

El tema central de su obra es la inquietud del hombre en busca de su destino y tono autobiográfico de sus textos es evidente. Sin ser exactamente un hombre de acción, mantuvo un fuerte discurso antibelicista, que posiblemente haya sido lo que impulso la obtención del premio Nobel de Literatura en 1946.


Hijo de un pastor protestante, ingresó en 1891 en el seminario de Maulbronn, que abandonó al año siguiente; trabajó primero como mecánico y luego de librero y optó por buscar su propia educación en la lectura. Este vagabundeo de oficio y búsqueda inquieta del sentido trascendental de la existencia humana, están manifiestos en su primera novela, publicada cuando contaba con 27 años, “Peter Camenzind”. Diez años después apareció “Bajo la rueda” que es una crítica directa a los sistemas de adaptación tanto educativos como de reconocimiento social que, según su propuesta, atentan contra el libre albedrío.

La imagen de ese hombre joven que descubre el mundo, y a la vez sus propias inquietudes interiores, es el centro de toda su obra y uno de los motivos más apreciados por sus seguidores, quienes encuentran en sus obras preguntas y estados muy similares a los propios. Debatirse entre enfrentar un destino o mantenerse en la busca de lo auténtico y trascendental, es una constante en sus novelas. Desde sus estudios tempranos del pensamiento oriental, la inquietud por la cultura de esos países capta su interés personal. En 1911 viaja a la India, experiencia que será la base de la novela que publicó 11 años después, Siddharta, considerada por muchos su mejor novela, y la menos alemana. Otra de las grandes preocupaciones de Hesse es el debate, en términos trascendentales, entre el hombre común y el artista. La vida social incluso conyugal, enfrentada a la supuesta necesidad de soledad y aislamiento o de libertad y búsqueda.

Muy impresionado por los acontecimientos de la Primera Guerra Mundial, Hesse exige un sentido más humano y profundo, que aparte a la sociedad de la barbarie de la guerra. Sus escritos en ese sentido son fuertes denuncias y reclamos contra la que se considera una de las guerras más brutales e inhumanas que registre la historia. Desde 1923 se nacionalizó suizo, tras haber vivido en Berna desde 1919 y finalmente en Montagnola, falleció a los 85 años. Otro de los rasgos importantes en la obra de Hesse es la presencia del psicoanálisis, desde la perspectiva de C.G. Jung. La novela Demian aparecida en 1919, fue la primera de sus obras traducida al español en 1930 y lo hizo Luis López Ballesteros, famoso y reconocido por la traducción de las obras de Freud. La dualidad, la escisión, la ambigüedad, los juegos de espejos y espejismos, alcanzan un gran desarrollo en su novela El lobo estepario, publicada en 1927.

Muy joven y luego de un intento de suicidio, Hesse fue recluido en un instituto para enfermos mentales, de ahí que su preocupación por el tema de la locura aparece a veces con ironía y a veces con alguna especie de tributo en sus narraciones.

El personaje de Harry Haller, es un evidente alter ego del mismo Hesse, con el que se deja llevar a un mundo que el escritor no se permitió, donde los valores están trastocados y la salida corresponde a la instrospección y no al entorno. La obtención del premio Nobel en 1946, correspondió a un Hermann Hesse ya mayor, escritor maduro, hacía apenas tres años había publicado su última novela Juego de Abalorios, en la que se pretende un estado de superación espiritual. Es precisamente en los últimos años de su vida cuando alcanza la mayor fama mundial, y él, un renegado del éxito, huye a su propia vida interior de reflexión y  contemplación.

El haber sido un autor de pluma fluida, de lenguaje preciso y claro, con una gran facilidad para las imágenes y las emociones humanas, lo llevaron convertirse en autor de culto poco después de su muerte y en las agitadas décadas de 60 y 70 del siglo pasado la juventud lo adora con devoción. Hesse conjuga todos los elementos para llamar la atención a la juventud de esos años, sus temas, su rebeldía y su exagerada preocupación por las inquietudes de orden psicológico, la que recuerda mucho a quien quizás es la influencia mayor en los jóvenes narradores de principios del siglo XX: Dostoievsky.

El sentido humanista, siempre en contradicción, luchando por una identidad propia, se contrapone a toda la otra inquietud de tipo social que también destaca en la literatura del siglo pasado y que tuvo tanto proliferación en Latinoamérica. En estas latitudes, Hesse no logró la importancia que tuvo en Europa o Estados Unidos, sino hasta una década después. Aunque muchos de los autores jóvenes lo tiene claramente referido, para muchos otros apenas es conocido y los más jóvenes ya no son alcanzados por su influencia. Sin duda una obra de gran envergadura y un buen momento para recordar tanto al autor como a los buenos ratos que nos hizo pasar.

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