Desde este año, se permite llevar hasta 24 personas de pie, en vez del máximo de 12 que la CITU permitía en años anteriores. (Foto: Mila Navarro)
“La mayor parte de mi dinero se va en buses. Gasto ¢10 000 de los ¢15 000 que tengo para la semana, y a veces a la mitad ya no me queda dinero para otras necesidades”, lamentó la estudiante Diana Castellón.
Como ella, muchos están insatisfechos con las nuevas tarifas que comenzaron a regir el 26 de marzo y que constituyen la tercera alza consecutiva en los autobuses desde el primer semestre del 2013.
En promedio, los buses subieron un 8,8% desde marzo del 2013, pero con grandes diferencias entre rutas. Las que aumentaron más fueron Heredia –con un 15,9%– y Alajuelita –con 15,8%–. Otras subieron mucho menos, como un 3,4% en Grecia.
Pese a ser la ruta que se encareció más, “Heredia es la que recibe más quejas formales”, confirmó Ericka Rodríguez, secretaria de la Comisión Institucional de Transporte Universitario, (CITU).
Varios estudiantes de esta ruta concuerdan con esta afirmación. Fabricio Ramírez se quejó del asiento en el que viajó en la carrera de las 8 p.m.: “No tiene las patas de adelante, voy muy incómodo. Si chocamos sería peligroso”.
Esteban Esquivel denunció que “los buses siempre van cargadísimos. El chofer se enoja porque la gente no se acomoda, pero vamos tantos de pie que no se puede”. Otros estudiantes expresaron incomodidades similares, como que las ventanas no cierran bien cuando llueve, o que los asientos rotos provocan que los estudiantes tengan que ir incómodos o en condiciones de poca seguridad.
Otra carencia del transporte universitario es que no acata la ley 7600 de accesibilidad, al no haber accesos y dispositivos para personas con discapacidad.
José Villalobos, administrador de Travisa Herediana, alegó que son los mismos estudiantes quienes dañan las unidades. “Me llegó un asiento al que le habían pasado una cuchilla en la carrera de las 10 p.m.”, alegó.
Aceptó que los buses de Heredia no son lujosos, pero defendió el servicio, pues afirma que es la última compañía que no ha sido comprada por gigantes autobuseras, que cuentan con mucho dinero.
“Si yo pudiera comprar más buses y tan bonitos como los de San Ramón los compraría. Pero tenemos que comprar buses de segunda”, afirmó Villalobos. Agregó que aún está pagando un crédito que sacó en 1999, para comprar tres nuevos buses que se estrenaron ese año.
Andrés Domián, representante de la Federación de Estudiantes (FEUCR) en CITU, detalló que “las unidades que están operando ya están aprobadas en el convenio; entonces, hay que esperar a que expire para plantear cambios rotundos”. El plazo de vencimiento de los contratos es el 31 de diciembre del 2015.
Por el contrario, usuarios de otras rutas no están descontentos con el servicio. Sofía Espinal, por ejemplo, utiliza el autobús de Pavas y dijo estar satisfecha con la calidad y el confort del vehículo. Las rutas de Escazú, Santa Ana y Desamparados son las que reciben menos quejas, según informes de la CITU.
SIN CONTROL DE CALIDAD
Sólo en el 2013 se atendieron 100 quejas de usuarios, una denuncia ante la Defensoría de los Habitantes (la cual fue archivada a favor de la Universidad) y una denuncia que actualmente está siendo tramitada por el Organismo de Investigación Judicial (OIJ).
Esta última se originó en la ruta de Paracito, Moravia, que fue cerrada este año luego de que la Comisión se enterara de que la empresa que daba el servicio había vendido los permisos a otra, violentando los términos del convenio que firmó con la UCR.
“Si no fuera por una denuncia que interpuso una estudiante que sufrió maltrato por parte del chofer, no nos hubiéramos dado cuenta. Nos pusimos a investigar y la situación nos tomó por sorpresa. Por eso cerramos esa ruta”, recordó Rodríguez.
La CITU no cuenta con un presupuesto ni recurso humano para verificar las quejas, ni revisar la calidad del servicio de los buses. “Si los estudiantes no denuncian los problemas que ven, no tenemos cómo saberlos. Además, muchas veces las quejas son difíciles de verificar. Tienen más peso si incluyen una foto, la fecha y la hora”, explicó Rodríguez.
La FEUCR está trabajando para fiscalizar el servicio de autobuses mediante un proyecto que pretende ejercer un mayor control sobre la calidad del servicio que reciben los estudiantes, cobrará vigencia a partir de junio. Se realizarán revisiones sorpresa a las diferentes rutas, para detectar posibles irregularidades.
“Estamos elaborando un formulario que estipule algunos puntos básicos para valorar el estado de los buses”, puntualizó Domián.
Además, se colocarán calcomanías en todos los automotores, con el número de placa de la unidad para facilitar a los estudiantes la formulación de quejas e inquietudes.
MÉTODO IMPRECISO
Domián reveló que los ajustes tarifarios se deciden empíricamente, pues la fórmula de la Autoridad Reguladora de Servicios Públicos (Aresep) tiene un error de cálculo que imposibilita su uso para regular las tarifas.
Para los ajustes se toman en cuenta el tipo de cambio del dólar, la inflación y el costo del combustible. De igual manera, la comisión se asegura de que el costo del autobús universitario sea siempre menor al costo de las rutas externas, con excepción del tren urbano, que es más barato, pero cuenta con pocos horarios.
A abril del presente año, la inflación nacional está calculada en 3,68%, según el Instituto Nacional de Estadística y Censos. A mayo del 2014, el diesel vale ¢677 por litro, lo que representa un alza de 6,11% en los últimos 12 meses, según la Refinadora Costarricense de Petróleo.
Ericka Rodríguez añadió que también se tomó en cuenta que este año las becas aumentaron un 5%. “Siempre pensamos en el impacto que las tarifas tienen en el bolsillo de los estudiantes”, aseveró Rodríguez.
La FEUCR busca estudiantes avanzados de economía, matemática e ingeniería industrial para formular una nueva ecuación que determine cuánto y cuándo deben cambiar las tarifas de buses. Los interesados pueden contactar a Andrés Domián, al correo [email protected]
Si alguien tiene quejas o comentarios sobre el servicio, debe incluir su nombre, cédula y número de carné en un mensaje en un correo electrónico que puede enviar a [email protected]
Conozca sus derechos
Algunas de las reglas de calidad estipuladas en los convenios con los autobuseros son:
– El personal, incluidos los choferes, debe ser respetuoso y cortés.
– Los conductores nunca deben manejar de forma temeraria, ni bajo los efectos de drogas o alcohol.
– Todas las paradas deben respetarse.
– Los buses deben salir y llegar a tiempo.
– Los asientos deben estar en buenas condiciones y ser cómodos.
– Los timbres, el basurero, el botiquín y el extintor de incendios deben estar en óptimas condiciones y en lugares visibles.
– Los adultos mayores que lleven algún curso en la UCR viajan gratis.