Desde 1970, el Instituto Clodomiro Picado se encarga de la investigación científica sobre las serpientesy sus venenos. Además, es responsable del Programa de Sueros Antiofídicos.
Ha pasado casi un siglo desde que el Dr. Clodomiro Picado inició sus investigaciones pioneras en el estudio de las serpientes y sus venenos.
El interés del Benemérito de la Patria en la situación de campesinos afectados por las mordeduras de serpientes tiene aún eco en el país: en Dulce Nombre de Coronado, San José, se ubica el instituto que desde 1970 lleva su nombre y que hoy es el principal ente de investigación sobre serpientes y sus venenos; además, es el responsable del Programa de Sueros Antiofídicos (productos utilizados para el tratamiento de mordeduras venenosas de serpientes).
Por más de 40 años, el este instituto –administrado por la Universidad de Costa Rica (UCR)− se situó en un terreno del Ministerio de Salud. Se trata de un espacio de 70 218 metros cuadrados, el equivalente a diez veces el área de la cancha de fútbol del Estadio Nacional de Costa Rica.
La propiedad fue donada el pasado 2 de julio, tras cuatro décadas de que la administración de la entidad pasara del Ministerio de Salud a la Universidad de Costa Rica.
Miguel Guzmán, asesor de la Rectoría y coordinador del proceso de donación, explicó que las solicitudes de traspaso fueron siempre difíciles de concretar.
“Por diversos procesos se solicitó al Ministerio la donación de los terrenos, pero todos ellos fracasaron. Algunas personas en el Ministerio consideraban que esos terrenos no debían pasarse, otros pensaban que debía ser por medio de un pago”, recordó.
Hubo también intentos para que los terrenos se cambiaran por productos al costo para el Ministerio de Salud, como una manera de compensarlo por el traspaso.
José María Gutiérrez, subdirector del Instituto, resaltó el trabajo de la Rectoría para la donación del terreno. “Contando con la voluntad política de la exministra de Salud −Daisy Corrales−, se logró un documento de donación; luego, pasó a la Procuraduría e, incluso, se tramitó un proyecto de ley que autorizaba al Gobierno a hacer donaciones a entidades autónomas o instituciones públicas. Después de que se alinearon todos los astros, se logró efectuar la donación”, puntualizó.
La firma de la donación, realizada el pasado 2 de julio en la Procuraduría General de la República, contó con la participación del rector de la UCR, Henning Jensen, y la Procuradora General Adjunta, Magda Inés Rojas.
IMPORTANTE DONACIÓN
Para el subdirector del Instituto, la donación viene a borrar la incertidumbre que han sentido los miembros del proyecto por ubicarse en terrenos del Ministerio de Salud. Comentó que en administraciones anteriores se planteó hacer construcciones en potreros del Instituto y “siempre percibíamos una sensación de incertidumbre, que era casi absurda, pues el proyecto es muy consolidado (…) Con esto (el traspaso) se elimina completamente este grado de incertidumbre que sentíamos. Este era un asunto que se debió haber resuelto hace mucho tiempo”, agregó.
Miguel Guzmán destacó dos beneficios inmediatos para la Universidad. Uno de ellos es la facilidad para la ejecución de obras en el Clodomiro, ya que antes debía solicitarse permiso al Ministerio de Salud para cualquier construcción o arreglo.
“El otro aspecto, y quizás el más importante que brinda esta donación, es la seguridad de que el terreno es de la Universidad de Costa Rica (…) En algún momento, el Ministerio de Salud solicitó que se devolviera el terreno. Incluso solicitó un proceso de desahucio”, acotó.
Según Gutiérrez, la donación constituye un estímulo para los proyectos que buscan desarrollar en el mediano plazo, tales como exportar sueros antiofídicos al sur del continente y elaborar nuevos productos derivados de la sangre humana, entre otros planes de investigación y acción social.
“El hecho de que estos terrenos ya pertenezcan a la Universidad es un acicate para nosotros, para que podamos seguir trabajando en estos objetivos”, añadió.