A raíz de la quema de azufre, se levantan llamas de color azul-violeta de hasta 10 metros de altura en el cráter del Poás.
La desgasificación y la presencia de azufre en combustión en el cráter y el lago del volcán Poás concentra la atención de los especialistas de la Universidad de Costa Rica (UCR), quienes aseguran que ha aumentado la actividad de este volcán.
El último cambio observado en el comportamiento del Poás fue una columna de humo de cerca de un kilómetro de alto sobre el cráter, parecida a una erupción, y que se logró ver desde diversos sectores de la capital.
De acuerdo con el geólogo Raúl Mora, del Centro de Investigaciones en Ciencias Geológicas de la UCR, dicha columna de humo es producto de la desgasificación del domo del volcán, una estructura que se formó en el fondo del cráter, durante la actividad eruptiva en 1953, y que desde entonces libera gases a la atmósfera.
“Esta situación es relativamente normal en el Poás; sin embargo, desde junio de este año se nota un aumento en su actividad”, aseguró Mora, quien se ha dedicado en los últimos años al estudio de este volcán.
El geólogo explicó que llama la atención de los científicos el aumento constante en la temperatura de las fumarolas del domo, la cual pasó de poco más de 100º C, a cerca de 400º C.
Asimismo, el lago ácido del cráter presenta una temperatura por encima de 50º C. Este último presenta la particularidad de que posee las aguas más ácidas del planeta.
En setiembre se reportó por última vez una erupción freática, lo cual provocó que cierta cantidad de ceniza y lodo llegara hasta el mirador de los turistas.
Mora explicó que en este tipo de erupción no intervienen magma ni lava, sino que se trata de una explosión de agua y sedimentos causada por el aumento en la temperatura del lago. Algunos materiales de estas erupciones son transportados por los vientos y percibidos por las poblaciones cercanas al volcán.
FENÓMENO POCO FRECUENTE
La combustión de azufre en el Poás es poco común en otros volcanes activos del país y del mundo, aseguró Mora.
De los 1.500 volcanes activos del planeta, se ha reportado azufre en combustión apenas en una docena de ellos, lo que representa cerca del 1 por ciento del total.
En el caso del Poás, este hecho no se registraba desde 1994, cuando el lago ácido se encontraba casi seco y se producían erupciones freáticas frecuentes.
Mora aseguró que a raíz de la quema de azufre, se levantan llamas de color azul-violeta de hasta 10 metros de altura, que son liberadas desde una grieta localizada en la pared norte del domo.
Según el especialista, esto ocurre cuando hay suficiente azufre sólido o fundido y se alcanzan temperaturas superiores a los 248 grados Celsius.
En los últimos meses, en el sitio se han registrado temperaturas de hasta 368 grados Celsius, casi el triple de lo usual.
También llama la atención de los vulcanólogos la presencia de azufre fundido que flota en el lago ácido y de azufre líquido en pequeñas piscinas o “pailas”, en donde ésta sustancia alcanza temperaturas muy altas y, como resultado, adquiere un color carmesí.
Algunos volcanes que en el pasado han mostrado fenómenos similares al del Poás son el Medvezhia, en Rusia; el Vulcano, en Italia; el Galeras, en Colombia; el Tokachi, en Japón; el Pichincha, en Ecuador y el Ijen, en Indonesia.
Las condiciones para que esto suceda se encuentran en estudio, detalló Mora. “Se puede decir que es importante contar con un reservorio de azufre y un aumento en la temperatura del sistema hidrotermal del volcán”, comentó.
Su recomendación es que se debe continuar con la vigilancia y con la realización de mediciones regulares.
Además, manifestó que la desgasificación del domo y del lago podría provocar molestias a los visitantes que llegan a apreciar al coloso.