Héctor Fernández. Director TSE. ¿“Es imposible que esto pase? No. Pasó, pero estas medidas tradicionalmente han funcionado. Por las características, en la primera ronda hubo conteo voto a voto, en esta segunda vuelta, auguro que será igual”.

La confirmación por parte del Tribunal Supremo de Elecciones  (TSE) de  la “sustracción” de papeletas electorales para la segunda ronda, sensibilizó la epidermis de sectores políticos nacionales, encendió la llama de las suspicacias y activó las sospechas de un eventual intento de fraude.

Héctor Fernández, Director del Registro Electoral del TSE, admitió  que este “fue un hecho delictivo aunque no de grandes proporciones” y descartó que por sí mismo signifique un intento de fraude.

Este “delito” no obstante logró superar el cinturón de seguridad aportado por 32 cámaras de video, -servicio adicional- y uno de los argumentos principales que, según Fernández,  sustentó la decisión de contratar por primera vez en más de cuarenta años, a una empresa privada y no a la Imprenta Nacional  para la impresión de las papeletas de votación. (Ver recuadro)

El representante del   TSE asegura que el hecho, por el cual ya se separó a un funcionario de la institución,  fue puesto  en manos del Ministerio Público y es objeto de una investigación interna.

La Fiscalía Adjunta de San José confirmó el inicio de la investigación y  señaló que se “extraerán los videos “y se analizarán como parte de la prueba.

La alerta de una posible “fuga” de material electoral la dio el medio de comunicación Extra TV el lunes 10 de marzo, quien mostró imágenes y anunció que “algunas papeletas que se usarían para la segunda ronda del 6 de abril se habrían fugado del TSE y estarían filtradas entre algunos ciudadanos”.

Sin embargo, una serie de respuestas del TSE no dejaron claro si se trataba de una fuga de material original, o reproducciones fotográficas.

Fernández, desmintió que tuviera al respecto criterios contradictorios.  “Queremos dejar claro   que al principio no sabíamos exactamente de qué se trataba y empezamos a indagar, pero esto en sí mismo no es un fraude, pues no hay alteración de la voluntad de los electores, tener papeletas en blanco  no significa eso, pues hay otros controles que garantizan la transparencia del proceso”, señaló.

“Tenemos una serie de controles, hemos sido muy estrictos, lamentablemente ese protocolo depende de las personas, una mejora que hicimos para este proceso fue poner cámaras de seguridad en todas las fases del proceso, algo que no teníamos con la Imprenta Nacional, fue justamente eso lo que nos permitió saber que hubo una falta y dónde”, agregó Fernández.

“NUNCA TUVIMOS UN PROBLEMA PARECIDO”

Jorge Luis Vargas, Director de la Imprenta Nacional, fue enfático en asegurar que la institución “respeta” la decisión que tomen los supremos poderes, y de la contratación del  TSE de la empresa transnacional  RR Donnelley para la impresión de los 3,8 millones de papeletas  para las 6.515 Juntas Receptoras de Votos del país, tanto para la primera como para la segunda ronda.

“Por 41 años lo han hecho acá, y nunca se había suscitado ningún problema parecido como el de ahora que está afectando la imagen de este país a nivel nacional e internacional.  No es justo porque esta es una democracia muy sólida y una de las razones es que tengamos un TSE que nunca ha sido cuestionado en ninguno de sus actos”, señaló Vargas.

“Si me parece que cuando ellos tomaron la decisión de irse a la empresa privada debieron de valorar algo muy importante, el civismo y la mística de nuestros funcionarios”, agregó.

EMPRESA COTIZÓ  MÁS BAJO

Héctor Fernández aseguró que fueron varias las razones por las que se tomó la decisión de contratar a RR Donnelley.

Un precio más bajo, oferta de más servicios, mejor equipo y la posición de los funcionarios de la Imprenta Nacional de contar con menos espacio por una reestructuración, fueron enumeradas por Fernández.

No obstante, Vargas rechazó estos argumentos aduciendo que la remodelación del espacio solicitada por la Contraloría General de la República fue un hecho posterior a la solicitud del TSE para cotizar la impresión del material electoral.

“Efectivamente cuando se planteó la primera licitación se planteó mal y elevó los costos, pero luego se revisó y la última propuesta estaba muy por debajo de lo que cotizó la empresa seleccionada”.

Por su parte, Albino Vargas, Secretario General de la Asociación Nacional de  Empleados Públicos (ANEP) señaló como “un error el privatizar la impresión de las papeletas para el proceso 2014.

“Hay una cortina de humo, esto nunca pasó en la Imprenta Nacional y las soluciones que da el TSE no son convincentes. Esto es un problema de confianza, hay una confusión reinante”, advirtió.

“Como ciudadano sí me ocupa el que se vea mancillada esta democracia por un descuido que no sé de quién es, pues no soy yo el organismo competente para determinarlo, manifestó por su parte Jorge Luis Vargas.

En este momento la gente no va a ir a votar con la misma tranquilidad con que lo hubiera hecho si no se hubiera dado esto”, advirtió Vargas.

Proceso electoral está intacto

El historiador y catedrático de la Universidad de  Costa Rica Iván Molina manifestó que la reciente sustracción de papeletas electorales en el proceso de impresión es un hecho “esporádico y de alcance limitado”, por lo que no se puede pensar en que el sistema electoral costarricense “esté comprometido”.

“Esto es una situación que puede presentarse en cualquier caso que haya custodia de valores aunque es importante determinar las razones por las cuales la persona lo hizo”, cuestionó Molina.

“Estas situaciones se prestan para las más variadas especulaciones, de las personas, los grupos y los medios. Aquí opera una lógica parecida a las situaciones de fraude electoral, sobre todo en el pasado, pero esta lógica es fregada porque afecta la credibilidad en el sistema con base en situaciones que pueden ser completamente involuntarias o marginales”, agregó.

Molina afirma que una creciente desconfianza de la población hacia el sistema político y las instituciones atizada por los “conocidos casos de corrupción” forman el terreno fértil  “para que este tipo de hechos sean fácilmente  magnificados y −en el marco de una contienda electoral que ha estado caracterizada por cuestionamientos sistemáticos al gobierno y al PLN− se empiecen a tejer teorías sobre conspiraciones”.

“Es ingenuo pensar que un sistema democrático por sí mismo está libre de pecado para que sea puro. Involucra una gran cantidad de personas, enorme proporción y puede aparecer de todo,  se debe tener una perspectiva crítica razonable”, concluyó.

Medidas de seguridad

El TSE asegura que los siguientes elementos “garantizarán” la transparencia del sufragio el próximo 6 de abril:

La firma al dorso de cada papeleta. Cada miembro debe firmarla cuando llega el elector a la mesa, no antes. Todos los miembros deben firmar.

Al cierre del proceso, todos los números deben coincidir. El número de boletas en blanco, de votos válidos y votos nulos debe ser exacto al número de electores inscritos en la Junta receptora de votos.

El primer conteo lo realizan los miembros de mesa y luego lo hacen los magistrados del TSE.

Presencia de fiscales en las mesas receptoras y ante el TSE.

Presencia de tramas o microtexto (un conjunto de letras minúsculas que al ser escaneadas o fotocopiadas “juntan” el texto para verificar si son verdaderas o falsas)

Un dispositivo de seguridad que instala la imprenta del Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) “que las hará fácilmente diferenciales para cualquier persona”.

Fuente: Tribunal Supremo de Elecciones