La pintora Man Yu junto a una de sus obras de El traje humano. (Foto: cortesía de Man Yu)
El traje humano es una amplia exposición de 16 cuadros, de los que ahora se exhiben cuatro, más una instalación y un video que ya se puede ver bajo el nombre “Traje humano” en YouTube, en conjunto estos elementos reflexionan sobre la importancia de una mirada profunda, más allá de la piel.
La propuesta puede observarse en el Amon Solar (El sótano), en barrio Amón, en donde además de El traje humano hay una serie de cuadros de la autora en otros formatos distintos al óleo.
“A la gente le preocupa la ropa, lo que hay fuera y con la exposición lo que quiero es que se reflexione de que somos más que eso, somos más que piel: hay un ser interior que es el que nos define, pero muchas veces no conocemos ni siquiera nuestra propia identidad”, reflexiona Man Yu, una pintora autodidacta y que hace unos seis meses presentó la obra completa de El traje humano en el Museo Histórico Juan Santamaría, de Alajuela”.
Ella vino con su familia a los 9 años desde Hong Kong, fue la niña que no sabía hablar español y que, además, era de otro color. Ello significó que desde un principio sus compañeros la discriminaran y la acosaran, por lo que ella se refugió en el dibujo primero y después en la pintura.
De ahí que en su concepción, El traje humano tenga tres elementos: el espiritual, el emocional y el social, los cuales apelan a esa necesidad de que el ser humano ahonde y descubra en su interior lo más valioso de su existencia. “Transformar una sublime musa sin contaminar demasiado la esencia de ella, en un mundo físico, es casi imposible”, afirma.
Para Yu, una mirada o un abrazo son un lenguaje universal, mientras que en el idioma, por ejemplo, ya hay un algo artificioso que no pertenece necesariamente al ser.
Con base en su experiencia y a partir de su exposición, la artista considera que si a muchos jóvenes y niños que hoy sufren el acoso escolar, popularizado en nuestro medio con el término “bullying”, se les diera la oportunidad de tener una vía de escape por medio del arte, esta sería una excelente alternativa para ellos.
Una mujer que se quita la máscara de su piel, alguien que se quita su pie en vez de su zapato, otro que escoge sus orejas en vez de sus audífonos. El traje humano aspira a demostrar que el ser humano es mucho más que carne, hueso y piel, que es esencia en sí mismo y que el espíritu es el que define a cada una de las personas, resalta su autora.
“De mi juventud tengo muchos dibujos de indigentes que hice en San José. Me llamaban la atención porque eran discriminados y entonces, de alguna forma, me identificaba sin saberlo con ellos, porque yo había sufrido una discriminación como es el acoso escolar por ser de una piel diferente y por hablar un idioma distinto”, recordó.
Man Yu se hizo pintora en la escuela de la vida; aunque reconoce que tuvo mentores como Julio Escámez, la mayor enseñanza fue lo que observó y sintió a su alrededor, lo que le permitió desarrollar una visión profunda del ser humano, que va más allá de su piel.
A los 9 años hizo su primera obra, la cual anunciaba al traje humano que hoy presenta. En la instalación del Amon Solar hay una cuna, un gancho y el cuadro pintado por una niña que evocaba a la pintura de la madurez.
