El Melico Salazar requiere de millonaria inversión para renovarse

La vida del Teatro Popular Melico Salazar ha estado marcada por los desastres, el abandono, la reconstrucción y tres inauguraciones.  Pero ahora el tiempo

Para reemplazar el sistema eléctrico y de audio se necesita $1 millón.

La vida del Teatro Popular Melico Salazar ha estado marcada por los desastres, el abandono, la reconstrucción y tres inauguraciones.  Pero ahora el tiempo le pasa nuevamente la factura a esta antigua estructura que necesita una operación urgente para enfrentar el deterioro.

Según Lina Barrantes Castegnaro, directora del teatro, el monto de las reparaciones supera el millón de dólares, solo para sustituir los vetustos sistemas eléctricos y otra inversión menor para cambiar el de audio.
En un recorrido realizado el pasado 1 de abril, Barrantes explicó a UNIVERSIDAD que la edificación demanda una altísima inversión para ponerlo a funcionar como uno de los mejores teatros del país.
Aunque tiene una agenda de espectáculos muy apretada, los empresarios contratantes deben traer su propio equipo de audio porque el que está disponible en el teatro es deficiente.  Igualmente, las luces no responden a los requerimientos técnicos de cualquier escenario moderno, ya que fueron colocadas hace casi 30 años, cuando ni siquiera se pensaba en que la tecnología se convertiría un punto medular en las artes escénicas, explicó.
El financiamiento provendrá de una partida de los ingresos generados por las actividades del teatro, un monto cercano a los ¢250 millones, y el resto aún no está definido de dónde se tomará.  Ante los recortes de fondos en las instituciones estatales se decidió economizar en lo operativo, de manera que los proyectos prioritarios se ejecutarán normalmente, dijo Barrantes.
El estudio sobre el sistema eléctrico tuvo un costo de $100.000, y reveló que el teatro está en situación de riesgo.  De hecho, la iluminación externa que se inauguró días antes de concluir la administración de Guido Sáenz, colapsó días después y todavía no funciona.  El embellecimiento externo incluyó la restauración de las paredes y con la iluminación se destacaban los elementos arquitectónicos. 
Barrantes Castegnaro indicó que la iluminación del exterior se hizo sin evaluar si el sistema eléctrico tenía capacidad para alimentar todos los bombillos, que además consumen mucha electricidad.
 “Todo esto fue porque a algunos les gusta inaugurar obras que se vean”, sentenció la jerarca.  No todo está inservible, pero cuando se coloque un nuevo sistema eléctrico se retomará lo que esté en buenas condiciones, lástima porque fue una donación que incluyó muchos recursos”, acotó.

DAÑOS POR HUMEDAD

En el recorrido por el teatro, se evidencia que la pared que colinda con la calle central está totalmente dañada por las filtraciones de agua, tanto que en las esquinas crece musgo.  Otro de los aspectos preocupantes es que, pese a que el inmueble tiene cuatro niveles para albergar a los espectadores, carece de señalización de emergencia para evacuarlo en caso de siniestro.
UNIVERSIDAD consultó a la directora sobre estos daños, a lo cual respondió que solo el estudio para determinar el conjunto de señales adecuadas cuesta $10.000. Considera que es más urgente cambiar el sistema eléctrico ante riesgo de que una sobrecarga provoque un incendio, más que arreglar las señales y las paredes húmedas”.
Aunque no desestimó la necesidad de solventar todos los daños del edificio, la funcionaria aseguró que con recursos tan escasos, es difícil gestionar todas las reparaciones.
Reconoció que los camerinos son deficientes, están despintados, hay humedad, malos olores y carecen de luces adecuadas.  Pero aseguró que dentro de poco se acondicionarán y se colocarán luces frías.
Las mejoras urgentes de la edificación incluyen resolver el hacinamiento en el cual labora el personal. Para ello pronto harán el traslado de las oficinas del Festival de las Artes al Teatro Nacional.  Otras carencias relativas a la tecnología, equipo de oficina y espacios sanos desde el punto de vista de salud ocupacional, tardarán aún en llegar.

UN EDIFICIO HISTORICO

El edificio que ocupa el Teatro Popular Melico Salazar fue diseñado por el arquitecto José Fabio Garnier Ugalde, y se inauguró el 7 de octubre de 1928, con una obra de la Compañía de Operetas de Esperanza Iris. 
El empresario español José Raventós soñó con que en ese sitio se presentarían zarzuelas y operetas.  Pero en 1960 se le instaló una pantalla para proyectar películas, hasta que en 1967, el 23 de abril, un incendio acabó con el inmueble.
Durante el gobierno de Rodrigo Carazo (1978-1982), siendo ministro de cultura Guido Sáenz, se compró el terreno, se reconstruyó y se reinauguró con la obra sin terminar en 1981.  Poco después se cerró y se reinauguró nuevamente el 6 de  marzo de 1985 y ese mismo año toma su nombre actual.
El Teatro Melico Popular es una institución cultural que coordina el trabajo de la Compañía Nacional de Danza, Taller Nacional de Danza, Compañía Nacional de Teatro, Taller Nacional de Teatro y el fondo PROARTES.

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