Libros de fotos hay muchos, pero hay pocos de fotografía aérea, por lo que Costa Rica Aérea: retratos de un país inédito, de los hermanos Sergio y Giancarlo Pucci, es de los pocos que se han producido en el país que impacta con la belleza de la naturaleza que plasma.
De acuerdo con Sergio Pucci, el tiempo que se dura en desarrollar un proyecto como este varía, pues son muchas horas de vuelo, en diferentes aeronaves, además de seleccionar las mejores fotos que al final formarán parte del libro.
En el caso de “CR aérea”, fueron 2 años de trabajo y paciencia, 70 horas de vuelo y la toma de alrededor de 10.000 fotos, de las cuales se escogieron 270 para el producto final.
En Costa Rica, la fotografía data desde 1848, cuando llegó la primera cámara al país. Desde entonces se pudieron capturar momentos únicos del quehacer diario de las personas, de los pueblos, de las celebraciones cívicas, de las tragedias y, por supuesto, del entorno y la naturaleza.
Hoy, el Foto Club de Costa Rica realiza anualmente exposiciones fotográficas y concursos en los que profesionales y empíricos participan con su pasión por la fotografía.
Sergio Pucci es graduado como fotógrafo y diseñador gráfico, lleva 14 años trabajando en fotografía, y con su libro “CR aérea” ya son cuatro los libros publicados, aparte de otros tres en los que colaboró con tomas suyas.
También ha ganado varios premios, entre ellos la de foto del año por el Foto Club de Costa Rica en 2002; ha participado en exposiciones fotográficas en varios países, como Guatemala, Luxemburgo y Alemania.
Uno de los libros en los que colaboró y que llama mucho la atención por sus fotos y textos que las acompañan es Costa Rica: Fronteras naturales, de Luciano Capelli, el cual trata sobre las principales aéreas de conservación en territorio nacional y contiene imágenes de la naturaleza desde el suelo y también desde el aire, o sea, fotos aéreas, acompañadas por un texto informativo.
Logística de una sesión aérea
Sergio Pucci explicó a UNIVERSIDAD las implicaciones logísticas de una sesión de fotografías aéreas.
“Lo primero es comprobar que el clima en la zona en la que se va a fotografiar es el idóneo, pues la luz es clave para la fotografía”, detalló.
Agregó que analizar el clima no es tan fácil cuando el fotógrafo no se encuentra en la locación en la que quiere tomar las fotos.
En este caso hay varios caminos para asegurarse de que las condiciones climáticas permitirán hacer buenas fotos: se revisan las imágenes satelitales, se contacta a la torre de control o a la estación meteorológica de la zona y, en caso de gran duda, se llama a un hotel que se sitúe cerca.
Según Pucci, a menudo ha tenido que cancelar vuelos estando en el aeropuerto, por situaciones climáticas. “Después de eso, lo único diferente a un vuelo comercial, es que quitamos las puertas de la aeronave, para poder tomar las fotos”, puntualizó.
Aun con toda esta planificación anterior al despegue, desafortunadamente pasa también que durante el viaje a la zona de interés el cielo puede nublarse y, sin condiciones óptimas, los obliga a devolverse sin fotos. Por esta razón, la elaboración de este tipo de libros dura mucho tiempo y requiere de mucha paciencia y recursos.
“A mí no me gusta volar, me da miedo, por lo que ese fue el mayor obstáculo; cada vez que me monto voy nervioso. Sin embargo, hicimos muchísimas horas de vuelo para el libro”, recordó al preguntársele cuál fue el mayor obstáculo al preparar este libro.
Pese a su temor, añadió que ir haciendo las fotos durante los vuelos lo distrae y así se puede relajar. Asimismo, contó que al volar todo es más rápido y muchas veces en fracciones de segundo se tiene que componer la foto y disparar.
No obstante, las mencionadas dificultades, las motivaciones que han impulsado a estos dos hermanos a hacer realidad este proyecto son fuertes y firmes, como mostrar Costa Rica desde una perspectiva nueva, y que estas fotografías ayuden a las personas a redescubrir y sorprenderse con lo que el país y su naturaleza ofrecen.
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