La tercera edición terminó con una gala de clausura en la que se premió a filmes nacionales e internacionales. Muchos de los premios quedaron en manos de jóvenes cineastas. (Foto: Katya Alvarado)
Con una ceremonia privada ante un público de unas 500 personas, concluyó el 15 de noviembre en el cine Magaly la tercera edición del Costa Rica Festival Internacional de Cine “Paz con la tierra” 2014, el cual además de películas mostró la necesidad de un marco legal para incentivar la producción audiovisual.
Uno de los avances más notables de este festival fue la organización del I Congreso Audiovisual “Hacia una ley de fomento cinematográfico audiovisual”, que tuvo lugar en la Universidad Veritas. Esta actividad pretendió ser un espacio de análisis hacia acciones que mejoren las condiciones para el sector audiovisual costarricense, en busca de una mejor calidad de producción.Alexandra Latishev obtuvo el premio del público por su documental Los volátiles, inspirado en un programa de radio conducido por personas con trastornos mentales. (Foto: Katya Alvarado)
“En las producciones nacionales, algunas han alcanzado un gran nivel y a otras les falta. Lo importante es entender que esto es en parte arte y otra artesanía, quiere decir que la única forma de mejorar es haciendo una vez, dos veces, tres veces, equivocándose y volviendo a hacer. La única forma de realmente trascender es buscar que los productos nacionales se generen de forma menos azarosa, por eso es necesario un marco regulatorio que fomente estos proyectos para que dejen de ser ‘quijotadas’, porque estamos poniendo a competir películas de $150.000 con otras que costaron $200 millones”, comentó Max Valverde, director del Centro de Producción Audiovisual.
La jurado Bárbara Diez coincide en cuanto a la necesidad de contar con un marco regulatorio que a la vez sirva de incentivo para mejores propuestas nacionales. “Lo que falta es más producción. A partir de tener más diversidad y más cantidad de obras, también hay más calidad. La nueva ley de cine podría apoyar a películas con mayor nivel de producción y dotar de más recursos, porque para tener mayor nivel se necesitan recursos”, indicó Diez.
Según comentó Valverde, las discusiones llevadas en el Congreso serán la base de un proyecto de ley que será presentado a la Asamblea Legislativa el primer semestre del 2015.
NOCHE DE PREMIOS Y DESIERTOS
En el acto de premiación, los jurados entregaron 36 premios y siete categorías fueron declaradas desiertas, entre ellas Mejor Actor de Largometraje Ficción Costarricense, Mejor Banda Sonora de Largometraje Costarricense y Mejor Dirección de Largometraje Documental Costarricense.
La película nacional Rosado Furia, dirigida por Nicolás Pacheco y rodada en Singapur, fue la gran ganadora de la noche. El filme obtuvo 6 reconocimientos entre los que destacan Mejor Director, Mejor Guión y Mejor Dirección de Fotografía de Largometraje de Ficción Costarricense.
Los volátiles, de Alexandra Latishev, obtuvo el premio a Mejor Largometraje Documental Costarricense y, además, compartió el premio que otorgaba el público con el documental El codo del Diablo, dirigido por los hermanos Antonio y Ernesto Jara.
El jurado para la competencia nacional de largometrajes estuvo integrado por Pepe Valle, Bárbara Diez y Laura Astorga.
Rosado Furia:
La gran ganadora
Desde Singapur se rodó una propuesta gestada por mentes nacionales. El tratamiento estético y narrativo de Rosado Furia la hicieron merecedora de seis premios en el pasado Costa Rica Festival Internacional de Cine “Paz con la Tierra” 2014, lo cual lo convirtió en el filme nacional con más reconocimientos.
La película cuenta la historia de Susan, una mujer de 30 años, quien luego de perder su trabajo se enfrenta a una crisis por verse sola, sin pareja ni realizaciones profesionales, atormentada por las presiones que le infundió su madre. Laura Ávila Tacsan, productora, y Nicolas Pacheco, director, conversaron con Semanario UNIVERSIDAD.
¿Por qué cree que la película obtuvo tantos reconocimientos?, ¿qué cree que vio el jurado en el proyecto?
Laura: Yo creo que están viendo que es un esfuerzo muy grande, porque para poder llegar a hacer esta película fueron muchos intentos, hay muchas horas esfuerzo de parte de todas las personas involucradas en la película.
Nicolás: También me parece que esta y muchas otras películas que se pasaron en el Festival tratan de explorar más al ser humano, lo que nos pasa como personas. Me parece que es un comienzo de algo que vienen en el cine costarricense muy interesante, de paso felicito a las otras propuestas, me parecieron muy interesantes.
Justamente la historia se enfoca en las crisis existenciales de jóvenes por cumplir con presiones sociales en cuanto a encontrar pareja y trabajo estable. ¿Qué los llevó a abordar este tema?
Laura: Vivirlo (ríe). La cuestión es que antes eso tal vez no era un tema para nuestros papás o incluso hermanos mayores, pero ahora para uno sí lo es, el cómo se ve uno, cómo se quiere ver uno y si lo logra o no.
Nicolás: Sí, vivirlo, pero en general hay un cuestionamiento de qué es la familia, cuál es nuestro rol en la sociedad, queremos tener hijos, trabajar, estudiar hasta cuándo, porque nosotros estuvimos estudiando casi hasta los 30 años, por ejemplo, cosa que la generación de nuestros papás no tuvo la oportunidad.
¿Qué viene ahora para la película?
Nicolás: Vamos a llevarla a otros festivales, pero antes vamos a tener un lanzamiento limitado 5, 6 y 7 de diciembre en la Sala Magaly, estamos buscando que más gente se acerque y lo comparta con nosotros.
Los volátiles enamoraron al público
Dentro de los 36 reconocimientos que otorgó el Festival Internacional de Cine “Paz con la tierra” 2014, dos de ellos correspondían al criterio del público. Las votaciones de los asistentes indicaron un empate entre los documentales El codo del diablo, de los hermanos Antonio y Ernesto Jara, y Los volátiles, de Alexandra Latishev, por lo que ambos compartieron el premio a Mejor Producción Costarricense. También se eligió a la película nicaragüense San Francisco en la Chureca, dirigido por Rossana Lacayo, como Mejor Largometraje Centroamericano.
Los volátiles cuenta la historia de Jorgito y otros integrantes del programa de radio Podemos Volar, que se transmite por Radio U desde el Hospital Psiquiátrico. El programa es totalmente conducido por personas con algún trastorno mental, quienes a través de los micrófonos inyectan optimismo y demuestran que esto no es sinónimo de discapacidad.
Conversamos con Alexandra Latishev, quien dirigió el documental.
¿Cómo nació la idea del documental y qué quería demostrar?
–En realidad, este documental no nació con la idea de hacer una película en sí, fue una investigación muy personal y muy artesanal, por la iniciativa de seguir a los personajes. Yo los conocí y me enamoré de ellos, me enamoré del proyecto y empecé a seguirlos por tres años.
Estos chicos, principalmente el personaje principal, no se creen realmente tanto el rollo de la discapacidad, yo lo siento más capacitado a él de hacer lo que le da gana que cientos de personas alrededor nuestro, incluso que nosotros mismos. Y eso me maravillaba de él porque no se cree eso a pesar de la discriminación de la que es víctima a diario.
¿Qué representa que justamente el documental ganó el premio del público? ¿Por qué cree que llamó tanto la atención el proyecto?
–De hecho vieras que fue súper emotivo el momento de la proyección, estaban los chicos y de alguna forma ellos interactuaban en paralelo a que se proyectaba la película y eso fue como muy gracioso. Es maravilloso porque en el fondo vos hacés películas para un público y de repente sentir que algo que estás comunicando tiene una buena recepción es súper gratificante. Para mí vale más que cualquier premio del jurado más selectivo o destacado. Al fin de cuentas es el público, para ellos hacés las películas.