“Trabajamos con los niños, los jóvenes y con los adultos. Todos hablaban de más color en el espacio público, más verde, más vegetación”, afirmó la estudiante de Arquitectura Alejandra Arce. (Foto Bolívar Rojas Vargas)
Jóvenes y adultos de la comunidad de Roble Sur de La Carpio, en la Uruca, pintaron durante el pasado semestre un mural acerca de lo que significa su comunidad.
Esta actividad forma parte del proceso de recuperación del espacio público en el que participan estudiantes del proyecto de Trabajo Comunal Universitario TC-568: “Promoción de una cultura de respeto y solidaridad en el contexto de las migraciones en Costa Rica”, a cargo de Laura Paniagua Arguedas.
“Lo que estamos haciendo es identificar nuestro sector como Roble Sur. Nos estamos empoderando de aquellas paredes que tal vez los chicos rayan con mensajes negativos, [estamos] cambiando la visión tanto a lo interno como a lo externo de la comunidad”, afirma con entusiasmo Northellen Jiménez, presidenta de la Asociación de Vecinos de la localidad.La creación del mural fue un trabajo conjunto entre estudiantes del TCU, la dirigencia comunal y vecinos y vecinas del sector de Roble Sur, más conocido como “La primera parada” en La Carpio.
“Llevamos ya unos meses trabajando con ellos, con el espacio público de la comunidad, buscando que se apropien un poco de su espacio”, mencionó Alejandra Arce, estudiante de Arquitectura y del TCU. “Hoy pintamos un mural e incluimos la temática que más pedían en los talleres que trabajamos, que era ver un poco más de color y verde en la comunidad”, agregó Arce.
El estudiante Julián Rodríguez, quien colaboró con Arce en la formulación del proyecto, opinó que la iniciativa se podría calificar como diseño participativo, “porque una de las cosas que se está tratando de cambiar dentro del ámbito de arquitectura es no imponer nuestra visión como arquitectos, sino tratar de involucrarse más con la gente”.
Sobre este proceso, Lorenzo Centeno, fiscal de la Asociación de Vecinos de Roble Sur, afirmó que “hace más de un año se está trabajando con el apoyo y el esfuerzo de los muchachos de la U y se han logrado cosas muy buenas e importantes”.
El proyecto incluye, además, pequeñas intervenciones del espacio público y una propuesta para que se construya un parque junto a la entrada a La Carpio, la cual debe ser gestionada por la Asociación y la comunidad frente a las autoridades municipales y del Gobierno.
“Hemos trabajado durante varios meses para mejorar algunas situaciones que hay en el barrio”, señaló Paniagua, quien además enfatizó la importancia del trabajo de la comunidad y sus principales necesidades, como falta de espacios recreativos, ausencia de zonas verdes y acumulación de desechos sólidos.
Por su parte, Northellen Jiménez, quien afirma sentirse orgullosa de residir en La Carpio, indicó que en la localidad “no tenemos espacios verdes, no hay parques, no hay plazas donde los niños puedan salir; entonces, esto es una forma en que ellos pueden manifestar este sentimiento”.
“Estos proyectos pequeños se enmarcan dentro de un enfoque de derecho a la ciudad. Nos interesa trabajar dentro del enfoque de derechos humanos”, manifestó Paniagua. Los objetivos del TC-568 incluyen el apoyo a los procesos organizativos por el derecho a la vivienda, al trabajo, a la educación y la salud en el marco del respeto a los derechos humanos de la población inmigrante y costarricense.
Para más información sobre el proyecto TC-568, puede contactar a la docente encargada, Laura Paniagua, al teléfono 2511-5336.