La Carpio: Una espiral virtuosa de luz

Alicia Avilés y Maris Stella Fernández son las dos columnas fundamentales del SIFAIS. (Foto: Ana Beatriz Fernández)Alicia Avilés Avilés, nicaragüense con 20 años de

Alicia Avilés y Maris Stella Fernández son las dos columnas fundamentales del SIFAIS. (Foto: Ana Beatriz Fernández)

Alicia Avilés Avilés, nicaragüense con 20 años de vivir en La Carpio, es una mujer todo terreno que deja sin aliento hasta al mejor entrenado. Su mirada dulce y sonrisa generosa delatan las buenas intenciones, así como la voluntad y acción imperiosa con las que puso a funcionar, primero, un equipo de fútbol y, luego, una orquesta sinfónica en el lugar más temido y estigmatizado del asentamiento en donde habita: La Cueva del Sapo.

Alicia es de las personas que no aceptan un “no” o, más bien, que saben construir un “sí”. Por eso, su iniciativa ha llegado donde ha llegado, es decir, al punto en que el proyecto que impulsa desde hace casi 4 años –después conocido como el Sistema Integral de Formación Artística para la Inclusión Social (SIFAIS)–, inaugura en marzo del 2015 el edificio que albergará una gran parte de sus operaciones culturales y una oficina de la Dirección de Migración y Extranjería, para ayudar a gestionar la regularización de los indocumentados del precario.

El Centro de Integración Cultural del SIFAIS empieza a crecer hacia el cielo como un hermoso y potente árbol. En un terreno de 210 metros cuadrados está enraizado un inmueble de 15 metros de altura, constituido por dos naves de cuatro niveles que miden 400 metros cuadrados cada una, y cuyo material es madera laminada proveniente de plantaciones sostenibles y certificadas.

Es un edificio que al bajar la cuesta de la Cueva del Sapo sobresale entre los techos de zinc herrumbrados y las antenas de señal para celular y televisión. Las columnas de madera lisa y fina sobresalen del entorno desvencijado de una comunidad que brega cada día por salir de la marginación y la exclusión.

Alicia dice que su objetivo fundamental es ayudar a sacar de la crisis y las vulnerabilidades social y económica a su gente, que al pasar del tiempo ha visto quebrantados todos sus derechos humanos. Es contundente su análisis del contexto donde vive, su visión del pasado, el presente y el futuro: “El capitalismo adormece a los jóvenes, produce una conducta de no querer trabajar ni estudiar, pero sí tener todo a la mano”.

Ella no conjura en el caldero de la política electorera, aunque le haya tocado recibir de visita varias campañas con promesas que duermen el sueño de los justos, así como lidiar con administraciones municipales y presidencias ejecutivas que literalmente temen entrar no solo a La Carpio, sino –sobretodo– a la Cueva del Sapo.

Fundar en el sector –bautizado por ella misma como “Pequeña gran ciudad”– una legión de pobladores de todas las edades que saben tocar violín, coser un uniforme, tomar fotografías, hacer periodismo, manualidades, judo, karate; que aprenden desde mandarín hasta portugués, que pueden producir un audiovisual, que bailan break dance y folclor, esa ha sido su tarea, incansable y tenaz.

ABRIR LAS PUERTAS

Alicia solicitó ayuda al gobierno y a la empresa privada, pero le fue negada por ambos hasta que se topó con otra mujer con su mismo temple. “Trabajaba en una casa como empleada doméstica y un día le abrí la puerta a Maris Stella Fernández”. Eso bastó para generar una cadena de acontecimientos no inesperados que, poco a poco y en alianza con sociedades anónimas y el Estado, han cosechado frutos.

Primero, Alicia le pidió a Maris Stella unos uniformes para el equipo de fútbol de tercera división de la comunidad; luego, unos balones. “Un día me dijo que le ayudara a formar una orquesta sinfónica, nada menos que en la Cueva del Sapo”, recuerda aún con sorpresa Maris Stella, presidenta de la Fundación SIFAIS y directora de Eureka Comunicaciones, principal gestor del proyecto.

De esta manera aparentemente fortuita –dirían algunos sincrónica–, ambas se convirtieron en los pilares fundamentales del SIFAIS y, ahora, del nuevo Centro de Integración Cultural en construcción.

Alicia y Maris Stella se tomaron de las manos y de su voluntad férrea para parir hace tres años, en un terreno de 450 metros cuadrados (cedido por una iglesia evangélica) con un sótano sin luz ni ventilación –una cueva–, un espacio cultural que recibe a niños y niñas, jóvenes, adultos y ancianos; sinónimo de oportunidades, de desarrollo, de crecimiento.

Es imposible no conmoverse y contagiarse, hacer de este proyecto una iniciativa viral (al decir de Maris Stella), como ha sido el caso de los 300 voluntarios que donan horas de trabajo en las distintas disciplinas que conforman el SIFAIS.

“Están dando sabiduría que en el tejido social vale mucho y que se va pasando, para no tener muchachos ni-ni, es decir, que no estudian ni trabajan”, afirma Alicia, quien concluye que es un equipo que ha venido con mucho valor espiritual para facilitar otro nivel de vida, por lo cual ella se siente muy agradecida.

En la actualidad, aproximadamente 450 personas se forman en 106 talleres artísticos, deportivos, educativos, de comunicación y emprendedurismo. Un ejemplo es el taller de textiles que, a partir de diciembre, imparte el Instituto Nacional de Aprendizaje (INA) a un grupo de mujeres, con el objetivo de que crear una cooperativa dedicada a la confección de uniformes, entre otras indumentarias.

“Es la primera vez que el INA (que está ubicado a un kilómetro de La Carpio) entra al asentamiento a dar un taller”, revela Maris Stella. La tenacidad y capacidad de gestión de estas dos mujeres han movido la sensibilidad y la solidaridad no solo del Estado, sino sobretodo de la empresa privada, para apoyar el proyecto que una vez parecía una utopía.

Otra muestra es la creación de la Casa de los Niños y el Aula Nido, que bajo el sistema Montessori atiende y educa a 36 niños de entre 18 meses a 3 años, y que el INA y el Instituto Mixto de Ayuda Social (IMAS) asumieron para convertirlo en un punto de la red de cuido.

Aproximadamente, $1 millón han invertido los convocados por el coraje de Alicia y Maris Stella para cimentar y desarrollar el SIFAIS. A esto se suma la invaluable colaboración de cientos de personas que día a día concretan el lema que los guía: “Servir y aprender para ser feliz”. De acuerdo con Maris Stella, esa frase genera una espiral virtuosa.


De la Cueva del Sapo a la Cueva de Luz

Febrero 2011: Nace la iniciativa conocida luego como SIFAIS. Llegan los primeros instrumentos de percusión, flautas y una guitarra.

Julio 2011: La comunidad recibe los primeros violines.

Mayo 2012: Se hace la escritura de fundación del SIFAIS.

Agosto 2012: Primera presentación de violines y guitarras en el Teatro Popular Melico Salazar.

Noviembre 2012: La iglesia evangélica donde se asienta el SIFAIS le cede el terreno de 450 metros.

El SIFAIS negocia con los asentados otros 450 metros más para el proyecto.

Julio 2013: Inscripción en el Ministerio de Hacienda de la Fundación SIFAIS. Inicia la campaña de donaciones para el edificio.

Agosto 2013: IMAS autoriza el comodato sobre los terrenos del SIFAIS, que incluye la huella para el edificio nuevo.

Junio 2014: Se coloca la primera piedra del edificio

Setiembre 2014: Se coloca la primera columna del edificio


Cueva de luz

Según información suministrada por Sebastián Orozco, director de Infraestructura del SIFAIS, el Centro de Integración Cultural es el único edificio en Costa Rica y Centroamérica de 15 metros de altura cuyas bases estructurales son de madera laminada –con cimientos de concreto y metal– que proviene de plantaciones sostenibles certificadas para la construcción y que absorbe 12 toneladas de carbono. Estas características hacen que el impacto ecológico del inmueble sea aproximadamente 15 veces menor que el de sistemas de metal y concreto.

Ubicación: Sector “Pequeña gran ciudad”, asentamiento La Carpio, distrito La Uruca, San José

Área del terreno: 210 metros cuadrados

Área de construcción: 900 metros cuadrados, en dos naves de cuatro niveles cada una

Diseño y construcción: Entre Nos Atelier (diseño arquitectónico) y Grupo Xilo (diseño estructural y construcción), a partir del concepto original de la arquitecta Jacqueline Gillet.

Materiales de construcción: Madera, metal, cristal y malla.

Costo: $500.000 sin amueblar

Entrada en operaciones: 1 de marzo del 2015


Donar luz

El edificio del Centro de Integración Cultural del SIFAIS aún necesita ser financiado en un 30% ($170.000) para poder ser concluido. A continuación, las formas de donar al proyecto:

  1. Por plataforma electrónica: Ingresar a las páginas web del BAC, Banco Nacional y Davivienda, buscar opción «PAGOS» y luego «DONACIONES». Allí encontrará SIFAIS.
  2. Por tarjeta de crédito (plataformas crowdfunding): Ingresar a www.treesed.org o a www.indiegogo.com. En cada sitio, buscar la opción “SIFAIS”. En Treeseed se duplicará cada aporte.
  3. Por cheque/mensajero: Confecciona tu cheque. Llama al 2290-5690 y pide un mensajero para recoger tu donación y entregarte un recibo. El aporte se descuenta como gasto para efecto de impuesto sobre la renta. Enviar datos a [email protected] para la confección del recibo.
  4. Por transferencia Bancaria: Banco Nacional, BAC y Davivienda a la Fundación Sifais (Sistema integral de formación artística para la inclusión Social), Cédula jurídica:  3-006-660 203.

Información de contacto: Tel.: 2290-5690, Facebook: www.facebook.com/sifais.org

Sede: “Pequeña gran ciudad” de la Carpio, Uruca. San José. Administración: Eureka Comunicación, 75 al Oeste, Casa Oscar Arias. Boulevard Rohrmoser. Presidente: Maris Stella Fernández, correo electrónico: [email protected]


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