Una joven abogada ramonense se convirtió en monarca nacional del deporte ciencia
Carolina Muñoz, la joven campeona nacional de ajedrez, se graduó de abogada en la Universidad de Costa Rica.
Apenas caían los primeros días del almanaque de 1980, solo veinte de sus hojas se habían desprendido, cuando el hogar de Luis Alberto Muñoz y Elizabeth Solís se vio engalanado por el nacimiento de Carolina.
Sin que nadie se diera cuenta, en una familia ramonense, la niña empezó a crecer y a deslumbrar a sus padres por su astucia, buena memoria e imaginación. Empezaba a forjarse la disciplinada personalidad de una mujer que 24 años después, se convertiría en la campeona nacional de ajedrez, título que conquistó a base de sacrificio, esfuerzo, temple, porque todo lo grande cuesta.
«Atender a mi novio, viajar en bus cada día de San Ramón a San José a competir, preparar mi tesis de abogacía, todo se me juntó y todo lo pude conseguir», expresó Carolina a UNIVERSIDAD, quien recuerda que fue su mamá la que la motivó a que se matriculara, cuando solo tenía diez años, en unos cursos de verano de ajedrez que se daban en San Ramón y a los que la chica asistió para enamorarse de esta disciplina y seguir con ella hasta coronarse soberana.
ESCALA AL ÉXITO
Muñoz Solís estudiaba la primaria en la escuela Jorge Washington y en vacaciones, se sentía más a gusto sentada frente al mágico tablero del ajedrez, entre peones, alfiles, caballos, torres reina y rey que en alguna playa del Pacífico.
No recuerda el nombre de su adversaria, cuando ganó su primera partida a una chica de su edad que igual estaba matriculada en los cursos del verano y desde ahí se acostumbró al triunfo.
«Competí en categoría cadetes a los 15 años, en juegos estudiantiles, defendí a San Ramón en Juegos Nacionales, entré al campeonato nacional Sub-20 y tuve mis primeros roces internacionales en competencias por equipos de los 18 a los 20 años.
«Jugar ajedrez me apasiona, me siento libre, concentrada, se me ejercita la mente, me entretiene y me encanta la lógica del juego», agrega Carolina, quien sobra decir tiene facilidades para la matemática. La práctica del deporte ciencia no pudo apartarla de su otra meta, convertirse en una profesional del Derecho, que hoy ejerce como litigante en su natal cantón.
La ahora reina del ajedrez costarricense perfiló sus virtudes en los torneos abiertos, que son de mayor calidad y con oponentes difíciles. Después de ganar varios «open», Carolina dio el gran salto al campeonato nacional femenino, al que llegó bien fogueada no solo por su trayectoria en torneos nacionales, sino porque sus triunfos le abrieron las puertas de la competencia internacional.
Así se presentó en torneos en Venezuela, Guatemala, Colombia, El Salvador, México y luego, la competencia máxima en 2002, la Olimpiada de Ajedrez en Estambul, Turquía, certamen en que Costa Rica participó con un equipo femenino que formaron Carolina, Karla Vega, Maylin Villegas y Karla Ramírez, quienes lograron sumar 6 puntos en 13 partidas, resultado muy satisfactorio.
«En estas semanas y próximos meses, he duplicado mis prácticas y entro con más fervor en competencia, pues espero representar de nuevo al ajedrez nacional en la siguiente Olimpiada que se celebrará en la isla de Palma de Mallorca en España», detalló.
AJEDREZ ES PRIORIDAD
Para la campeona, practicar, jugar y competir en esta disciplina es una prioridad e su vida.
«A veces las cosas se ponen cuesta arriba, estoy empezando en el bufete, debo trasladarme a jugar en San José -jugamos en el Comité Cantonal de Deportes en Plaza González Víquez-, y por dicha que mi novio -se llama Carlos Barrios-, es también ajedrecista e incluso entrena al equipo de Heredia, lo que me permite en estos ratos jugar al ajedrez», relató.
Atenta a las indicaciones de su entrenador, Bernal González, ex-campeón nacional de ajedrez, Carolina trata de repartir su tiempo y no caer a causa de la presión.
«Si el tiempo me lo permite, puedo practicar o leer literatura de ajedrez hasta cuatro horas al día, pero también hay días que ni toco el tablero porque lo pasé entero en mi oficina o viajando de un lugar a otro».
Aquí la interrumpimos, para preguntarle si estaría dispuesta como ajedrecista, a un sacrificio total de su profesión de abogada, incluso su noviazgo y renunciar a metas para dedicarse tiempo completo al ajedrez profesional, como lo hace el genio Alejandro Ramírez y respondió.
«Alejandro es un genio, es un fuera de serie; si yo tuviera su talento, quizá hubiera tomado, en su momento, una decisión similar. Eso no significa que hubiese renunciado a otras ilusiones de mi vida, pero, es algo muy personal. Él es joven, lo hizo, va a triunfar más por su dedicación e inteligencia, yo tendría que estar en una situación similar para decidirme. Pese a que el ajedrez es prioridad en mi vida, no me absorbe ni me limita para disfrutar de otras situaciones del diario vivir».
La bachiller del Colegio Patriarca San José, la hermana de Antonieta y Esteban, la abogada graduada de la UCR, va terminando su brillante historia.
Como no es futbolista, la prensa se fija poco en ella y hay miles de ellas y miles de ellos, ignorados por los medios de comunicación.
«Ahora nos dan un poco más de «pelota», por Alejandro, pero no importa, la meta sigue, los sueños continúan, quiero revalidar mi título de campeona, quiero ser mejor ajedrecista, quiero estar en Mallorca, quiero tiempo para lo que me gusta, mi novio, el cine, el ejercicio, mover la reina, la torre, el alfil y gritar…¡jaque mate!
