“En el triunfo también se aprende”

Tras la partida de José Giacone al equipo Saprissa, el colombiano Omar Royero Gutiérrez fue nombrado como nuevo director técnico del Club de Fútbol

Tras la partida de José Giacone al equipo Saprissa, el colombiano Omar Royero Gutiérrez fue nombrado como nuevo director técnico del Club de Fútbol de la Universidad de Costa Rica. Anteriormente fungía como asistente del entrenador saliente.

Royero se retiró como futbolista en el equipo universitario y de inmediato asumió como asistente de Giacone. Por ahora, seguirá también al mando del equipo celeste que compite para los Juegos Universitarios Costarricenses (Juncos) y los Juegos Deportivos Universitarios Centroamericanos y del Caribe (ODUCC).

A continuación, se ofrece la entrevista a Royero con UNIVERSIDAD.

En estos pocos días de trabajo, ¿cómo ha sido la dinámica con el equipo?

−Ha sido una dinámica normal: planificando la pretemporada y poniendo en claro lo que es la nómina de jugadores con la que vamos a enfrentar el Torneo de Invierno.

Su predecesor, José Giacone, dijo en una entrevista previa a su partida que soñaba con ser campeón de alguno de los torneos y estar en la Liga de Campeones de Concacaf. ¿Cuáles son los objetivos planteados por usted?

−Ese sueño lo viví con él, entonces, así sea en la lejanía, trataré de cumplirle el sueño al profe.

¿Cuáles serían los principales sentimientos, en caso de enfrentarlo, para los partidos UCR-Saprissa?

−Los sentimientos son claros, de agradecimiento, tenemos una amistad… Él es un tipo ganador, él me conoce y sabe cómo me manejo y cómo siento el fútbol. Tenemos un sentimiento que llega a la pasión. Si los dos jugamos en contra, ambos vamos “a matar”.

El pasado semestre el equipo quedó en una posición para nada deseada, en comparación con lo que se venía dando desde su última era. ¿Cuáles son las principales lecciones por extraer y las medidas correctivas por tomar?

−Siempre aprendes, inclusive en el triunfo. La victoria a veces suele esconder errores; entonces, independientemente de que el Torneo haya sido irregular o bueno, nosotros hemos tenido lecciones. Las correcciones que se deben tomar es prevenir cualquier tipo de confort. Lo digo porque el equipo es agradable visualmente por las instalaciones que tiene; entonces, es un punto siempre a trabajar aun en el triunfo.

Aparte del equipo de Primera División y del equipo universitario de otros torneos, usted tiene a cargo las Ligas Menores y el Programa de Formación de Talentos. ¿Cómo hace para balancear adecuadamente su tiempo?

−Había dejado la coordinación de las Ligas Menores y el Programa de Formación de Talentos (porque), por el tiempo, ya había que manejarlo mejor, darle calidad a las cosas y siempre se dificulta si estás en muchas cosas; por eso tomé esa decisión para el bien de todas las partes y para que haya un mejor trabajo. Ahora se dio la dirección técnica del equipo de primera división y hay algo que tenemos que hablar, pero con la ayuda de mucha gente vamos a poder ayudar a marcar una sola línea de identidad, tanto de las divisiones menores como con del Programa de Formación de Talentos.

¿Qué hay de seguir a cargo del equipo universitario de los Juncos y los ODUCC? ¿Sigue todavía este interés?

−Es un tema por hablar todavía. Ambas partes tienen que hablar. Saben que en primera instancia voy a dirigir el primer equipo; estoy anuente a colaborar para que siempre haya un acercamiento entre la Universidad de Costa Rica y el primer equipo, y sí necesitaría mucho apoyo para poder seguir ayudando al programa de equipos universitarios.

¿Cómo manejar un eventual choque de horarios entre el primer equipo y el de competencias universitarias? ¿A cuál asistiría y en cuál le delegaría el otro?

−Este es un tema indudablemente por tratar. Esta es la pregunta que resalta fácilmente. Saben que la responsabilidad que tengo con el equipo de la Primera División es grande. Eso lo saben todos. Por eso te digo, con la anterior respuesta, que necesitaría mucha ayuda para poder seguir con el equipo que va a los Juncos.

Aunque su carrera como entrenador se forjó en el país, recibió algunos seminarios con entrenadores holandeses y suramericanos, entre ellos, José Pekerman, el actual seleccionador de Colombia. ¿Qué aprendió de ellos?

−Bastante. Cuando uno va a estas capacitaciones y pretende ejercer la función de director técnico, se aprende demasiado. Son personas inteligentes, con conocimientos, que lo motivan a uno, y eso me pasó con ellos.

¿Cuáles elementos de la escuela colombiana se implementarán en su era?

−Siempre hay un trabajo en grupo que es muy ordenado; ese es el principal elemento que vamos a profesar acá, tomando en cuenta nuestra identidad.

¿Y de la escuela alemana, donde se formó Jimena (Rojas, asistente técnica)?

−Tiene un potencial enorme, su metodología es trabajo. Se necesita mucha disciplina, va en la cultura de ellos, pero hay elementos importantes como la preparación física, la idea de juego; estas son cosas que le sirven al entrenador para ampliar sus conocimientos, aunque luego el entrenador debe adaptar estos conocimientos a una idiosincrasia, a un lugar, y saber qué no se puede adaptar.

¿Cuáles son esos elementos no se pueden adaptar y cuáles sí?

−Tiene que ver con las personalidades: el alemán es frío, concentrado, enfocado; el latinoamericano es más folclórico, le gusta distraerse. Como te dije, tiene que ver con el modo de vivir de esos países.

¿Cómo manejar las distracciones de modo que no atenten contra el rendimiento grupal?

−Hay que saber qué no adaptar, pero hay avances en el fútbol que sí se pueden adaptar: trabajos para manejar mejor la habilidad mental y la técnica sobre la velocidad son cosas que se pueden tratar de hacer. Ahora, lo otro va en la capacidad del entrenador de convencer al jugador de concentrarse para dicho trabajo.

¿Cuántas y cuáles licencias va a otorgar a los futbolistas?, ¿o es un tema que prefiere tratar con ellos en privado?

−No hay ningún misterio, es la vida misma. Cuando se quiere ser profesional de algo va y se hace y se le mete todo el empeño, la fuerza. Pasa lo mismo con el fútbol. Cuando hay licencias, libertades en este sentido, que afecten el bienestar grupal, es un elemento que no cabe, se vuelve una carga. Entonces, sencillamente es muy claro que hay que saber manejar qué grado de flexibilidad se puede alcanzar y qué grado de exigencia se debe exigir, valga la redundancia.

¿Y esta exigencia se va a quedar en los entrenamientos y en las canchas o se extrapolaría a sus aspectos sociales y con su inversión en el tiempo libre?

−La exigencia en el trabajo impera. Tienes que ir, es fundamental. Después del entrenamiento ya ellos tienen una vida, algunos estudian, otros tienen sus negocios, tienen sus familias… El jugador de fútbol si eligió ser profesional debe serlo, porque los años le van marcando eso y el mismo jugador se va marcando un buen ambiente o se lo va dañando en un futuro.

 

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