El grupo BRICS emitió la “Declaración de Fortaleza”, un documento de 72 puntos, que analiza las perspectivas de esa integración y establece los principios políticos a los que se adhieren los miembros. (Foto: cortesía de AFP)
No se trata de un avance sin polémica, como evidencian las reacciones al anuncio de los miembros del grupo Brics –Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica–, sobre la creación de un nuevo banco de desarrollo (NDB) y de un fondo de reservas de contingencia (CRA), acordado en la reciente cumbre de Fortaleza, capital del estado brasileño de Ceará, la semana pasada.
En opinión de la presidente Dilma Rousseff, estas iniciativas representan un avance en la construcción de “una nueva arquitectura mundial”.El escenario económico en el que se da el anuncio es el de una débil recuperación de las economías desarrolladas desde el inicio de la crisis financiera, hace ya más de seis años.
El tema fue tratado en el segundo día de la cumbre, celebrada del 14 al 16 de julio, cuando los cinco jefes de Estado destacaron la gravedad de la crisis que se inició en setiembre del 2008 en Estados Unidos, con la quiebra de Lehman Brothers.
Luego, la crisis se contagió al resto del mundo, sin que las medidas de austeridad y las enormes inyecciones de capital en los sistemas financieros del primer mundo hayan logrado reactivarla.
La creación del banco y del fondo son vistas por los analistas como una respuesta a los fracasados intentos por reformar la estructura financiera internacional, que los países del Brics vienen demandando.
Ante el bloqueo de la reforma del Fondo Monetario Internacional (FMI) en el Congreso de Estados Unidos, los BRICS optaron por avanzar en soluciones propias.
La “Declaración de Fortaleza”, un documento de 72 puntos, analiza las perspectivas de esa integración y establece los principios políticos a los que se adhiere el grupo, incluyendo el compromiso con el derecho internacional, el multilateralismo político, el desarrollo económico, la equidad social, el crecimiento sostenible y la preservación del medio ambiente. El documento dedica también un gran espacio a la situación por la que atraviesa el continente africano.
En su párrafo 18 dice: “Permanecemos decepcionados y seriamente preocupados con la no puesta en marcha de las reformas del Fondo Monetario Internacional del 2010, que afectan negativamente la legitimidad del FMI, su credibilidad y eficacia. El proceso de reforma del FMI está basado en compromisos de alto nivel que ya reforzaron los recursos del Fondo y también deben conducir a la modernización de su estructura de gobernanza, para reflejar mejor el peso creciente de los países emergentes y en desarrollo en la economía mundial”.
El CRA poco influirá en la economía mundial a corto plazo pero “seguramente erosionará la centralidad del FMI a la larga”, estimó el investigador del Instituto Sudafricano de Asuntos Internacionales, Christopher Wood, en declaraciones a la agencia IPS.
Este Fondo está dotado con $100 000 millones. China aportará $41 000 millones; Rusia, Brasil e India, $18 000 millones cada uno y Sudáfrica, $5000 millones. El Banco tendrá un capital suscrito de $50 000 millones, aunque ya se autorizó una ampliación hasta los $100 000 millones.
Se trata de cifras modestas, comparadas con las eventuales necesidades o con los recursos disponibles en otras instancias.
Los recursos del FMI suman $937 000 millones, más de nueve veces que los del CRA, recordó. Por ello, el Fondo seguirá siendo clave incluso para el CRA y otros mecanismos monetarios creados para enfrentar crisis financieras, destacó Wood.
Un analista brasileño recordó, por ejemplo, que el Banco Nacional de Desarrollo (BNDES) de su país tiene activos por $334 000 millones, y que el de China tiene préstamos por $1,2 billones, de los cuales se estima que 25% está en el extranjero.
Las reservas de los BRICS, con excepción de Sudáfrica, superan también ampliamente el capital suscrito del NDB. China tiene $3,8 billones; Rusia, $467 000 millones; Brasil, $368 000 millones e India, $321 000 millones.
Pero, como aseguró el diplomático brasileño José Alfredo Graça Lima, estas dos iniciativas enviarán “un fuerte mensaje sobre la voluntad de los BRICS de profundizar y reforzar su asociación económica y financiera”.
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, por su parte, propuso una alianza entre el Nuevo Banco de Desarrollo del Brics y el Banco del Sur, la institución financiera de la Unión de Naciones Sudamericanas (unasur), para el financiamiento de proyectos de integración, una iniciativa que podría darle proyecciones todavía más amplias a esa cooperación económica y política.
MULTIPOLARIDAD
Las discusiones sobre el nuevo banco y el fondo de reservas abarcan tanto aspectos técnicos como políticos.
Para Charles Collyns, economista y jefe del Instituto de Finanzas Globales −institución que representa a los mayores bancos privados del mundo−, el hecho de que los BRICS “se hayan reunido y [hayan] acordado la creación de estas instituciones es una clara señal de su creciente importancia y muestra su insatisfacción en relación con el lugar que tienen en el escenario global”.
Miguel Guaglionone, en un artículo titulado “El camino a la multipolaridad” −en Barómetro Internacional−, destacó que “la distribución geopolítica del mundo está cambiando cada vez más rápidamente. La cada vez más evidente progresiva pérdida de poder de las naciones centrales (Estados Unidos y la Unión Europea) se confronta con la aparición de nuevos protagonistas en la escena global, que buscan y generan conexiones y alianzas para consolidar ese protagonismo”.
Marcelo Justo, de la BBC, estimó que ambas instituciones representan “un claro reto a los dos organismos multilaterales que han dominado el mundo desde mediados del siglo XX: el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI)”.
Justo recordó que los Brics conforman cerca del 25% del PIB mundial y su comercio interno pasó, en diez años, de unos $27 000 millones en el 2002 a $282 000, una cifra que se podría duplicar en el 2015.
Si la creación de las nuevas instituciones financieras le pone “dientes” a la asociación, las actividades políticas en torno a la reunión de Brasil y las visitas de los líderes ruso y chino a otros países de la región muestran una ambición mucho mayor.
El presidente ruso, Vladimir Putin, abogó por una mayor presencia del grupo en la esfera internacional. “Después de Brasil, la presidencia del grupo BRICS la tendrá Rusia. Tomaremos toda la experiencia acumulada, todo el trabajo conjunto y haremos todo lo necesario para aumentar la presencia de los BRICS en los problemas mundiales”, dijo en Brasil.
El mandatario ruso adelantó posibles nuevas iniciativas de los BRICS, como acuerdos para crear un “banco internacional de combustibles”, que contribuya a “consolidar la seguridad” de abastecimiento de los cinco países, así como acuerdos en el sector de satélites o la cooperación en la industria minera. Recordó que estos cinco países tienen el 36% de las reservas mundiales de materias primas.
MÁS ALLÁ DE LOS BRICS
La reunión de los BRICS en Brasil fue ocasión para que los presidentes de China y Rusia hicieran una gira latinoamericana que, en el caso de Putin, incluyó La Habana y Argentina, con una escala en Managua.
En el caso del presidente chino, Xi Jinping, la gira abarcó además Brasil, Argentina, Venezuela y Cuba; también se reunió con el “cuarteto” de la Comunidad de Estados Latinoamericanos (CELAC), integrado por Costa Rica –país que la preside– junto con Cuba, Ecuador y el representante del Caribe, en este caso, Antigua y Barbuda. La reunión dio pie a un encuentro bilateral entre el presidente Luis Guillermo Solís y el mandatario chino.
Xi Jinping celebró el pasado 17 de julio una reunión con 11 mandatarios de la región, en Brasil, donde ofreció crear un fondo de $20 000 millones para infraestructura. En esa reunión se lanzó el “Foro América Latina y Caribe-China”, que se reunirá por primera vez en enero próximo, en Pekín.
Quizás fue con Brasil que Xi acordó los proyectos más ambiciosos para fomentar las inversiones en infraestructura y otras áreas, como energía, que suman 32.
