Aquí voy, por la avenida España, caminando hacia la iglesia del Carmen, entre los olores de carne asada, las banderas moradas y las otras, de franjas amarillo y rojo horizontales; en medio de la multitud que va bajando de buses, con sus camisas y sus banderas, con más orden que gritos y se van sumando en esas dos cuadras frente al escenario, de donde brota la música, estridente: “Solo quiero agradecerte…”
“Varela te pondrá más dinero en tu bolsillo”, asegura la propaganda del candidato de la alianza “El pueblo primero” –del panameñismo con el Partido Popular–, y que encabeza el vicepresidente Juan Carlos Varela, excanciller en el Gobierno del actual presidente, Ricardo Martinelli, de quien hace tres años se distanció.
“Mi principal obra será dejar una democracia funcional que resuelva los problemas que afectan a nuestro pueblo”, asegura desde el palco, cuando la noche ya refresca el bochorno de la tarde.
Es domingo y falta apenas una semana para las elecciones, en las que siete candidatos se disputan la sucesión de Ricardo Martinelli.
Tres son los que aspiran con posibilidades. Si nos atenemos a las encuestas, los de mayores posibilidades son Juan Carlos Navarro, del opositor Partido Revolucionario Democrático (PRD), y José Domingo Arias (Mimito), del gobernante Cambio Democrático, que lleva como candidata a vicepresidente la esposa de Martinelli.
Navarro cerró su campaña un día antes, en la “cinta costera” que bordea la capital. “Más de cien mil panameños apoyaron la mano dura contra los altos precios”, dice la propaganda, una cifra que la información reduce a 40 mil y que las fotos, tomadas con los novedosos y espectaculares drones, indispensables a partir de ahora en las coberturas periodísticas, reducen de nuevo, quizás a la mitad.
“¡No a la reelección, sí a la libertad! ¡No al pasado, sí al futuro! ¡No a la imposición, sí a nuestra democracia!”, reivindica Navarro ante la multitud.
Arias, “Mimito”, como le dice la gente, es la continuidad: desarrollo de la infraestructura, la consolidación del papel de Panamá en el sector de los servicios, los relacionados con el Canal y los financieros, principalmente.
CRECIMIENTO
La principal carta de presentación de Martinelli es el notable crecimiento económico de Panamá, que se mantuvo en su quinquenio (2009-2014), con cifras cercanas al 8% anual. Un crecimiento mayor que el de China.
Hace poco más de un año, en enero del 2013, un destacado economista, exministro de Planificación en el Gobierno de Pérez Balladares (94-99) y miembro de la Junta Directiva del Canal, Guillermo Chapman, expuso sus puntos de vista sobre el crecimiento del país en “Foro Visión 2013”.
Vamos a tener un año de crecimiento muy alto, pero la respuesta no está en los números, afirmó. “Decir que vamos a crecer más que la China no tiene ningún sentido. ¿De dónde viene ese crecimiento, quién lo está produciendo si es sostenible?”, se preguntó.
El país tiene una serie de problemas estructurales fundamentales que dificultarán que ese crecimiento sea sostenible, dijo Chapman, quien recordó que, en cuanto a las disparidades sociales medidas por el coeficiente de Gini, “Panamá estaba peor que casi todos los países latinoamericanos con ingresos per cápita similares. Estamos por debajo de casi todos ellos, solo Chile tiene peor distribución que nosotros”, recordó.
Desde otro punto de vista, la idea de “crisis” es explicada por el candidato presidencial independiente Juan Jované, también economista y director de la Caja del Seguro Social entre 1999 y 2003.
En un “documento de trabajo” con propuestas para la campaña electoral, Jované afirma: “Pese al notable crecimiento económico, nos encontramos ante un modelo concentrante y excluyente, que está produciendo una crisis social sin precedentes que se expresa en varios aspectos: pobreza generalizada de la población, inflación y deterioro del poder adquisitivo de las familias, alto desempleo juvenil, inseguridad y criminalidad, debacle de los servicios sociales de salud y educación, crisis del sector agrícola… progresiva destrucción ambiental… y deterioro de las finanzas públicas”.
En su opinión, se trata de un modelo de desarrollo orientado por “megaproyectos de infraestructura”, caracterizados por “su desconexión con el verdadero desarrollo social del pueblo panameño”, “básicamente útiles para consolidar la posición económica de los sectores dominantes”.
Jované asegura que esos proyectos muestran “notables sobrecostos”, resultado de corrupción y coimas, con un creciente endeudamiento público.
“Es este un modelo que se ha agotado, generando, entre otras cosas, serios problemas de liquidez para hacer viable este tipo de política”, asegura el documento de Jované.
La incomodidad social se revela en la huelga de la construcción, que ha paralizado el sector, incluyendo las obras de ampliación del Canal, desde la semana pasada, y de educadores.
Con un salario de 3,67 dólares por hora y una semana de 48 horas, lo que representa 176 dólares por semana, los obreros de la construcción piden un aumento de 80% en cuatro años, cuatro veces más de lo que les ofrecen los empresarios del sector.
Del mismo modo, los educadores exigen un aumento salarial de 300 dólares, casi un tercio más de lo que reciben en la actualidad.
El Gobierno alega que la huelga en el sector de la construcción es política, pues el candidato del Frente Amplio por la Democracia (FAD), Genero López, es su líder sindical. Un candidato que, en el cierre de su campaña, el pasado domingo, ofreció recuperar del abandono en que las actuales políticas, sobre todo desde la aprobación del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos, tienen el sector agropecuario.
