Una Ucrania dividida en pie de guerra

Largas filas de electores envueltos en amarillo y celeste, impacientes pero decididos, caracterizaron las 12 horas de urnas abiertas en la capital ucraniana, Kiev,

Largas filas de electores envueltos en amarillo y celeste, impacientes pero decididos, caracterizaron las 12 horas de urnas abiertas en la capital ucraniana, Kiev, el pasado 25 de mayo. Así lo atestiguan a UNIVERSIDAD cuatro ucranianos que asistieron a los comicios en la capital: la estudiante de ciencias políticas Elena Kryzhanivska, la periodista Karina Struk, la administrativa universitaria Olesya Savenko y el decano de la Facultad de Sociología de la Universidad Nacional de Kiev, Andrii Gorbachyk.

Para ellos se trató de un día llenó de esperanza, flores y colores patrios, tras una lucha de seis meses en el Maidan (Plaza de la Independencia) contra las opresiones del Gobierno cuestionado de Viktor Yanukovich.

En Donetsk, al este de Ucrania, Sergei Evtreev lo vivió de manera muy distinta. “En Donetsk las elecciones no se celebraron. Simplemente no se abrieron las urnas. Mi amigo debía trabajar en los centros de votación pero lo llamaron y le dijeron que no fuera, que no habría nada. En los medios se dijo que no se abrieron los centros debido a que “terroristas separatistas” bloquearon todo. Es mentira. Fue una orden desde arriba, de la administración. Claro, la participación electoral podía poner en riesgo el gane de Poroshenko y era seguro que no ganaría en primera ronda. No convenía que en el Este votáramos”.

Para Valerija Khilyuta, una ucraniana de Jarkov (al noreste), el 25 de mayo fue la culminación de un proceso electoral trucado, en el que la población del Este del país –prorrusa– tuvo muy baja asistencia a las urnas y se sintió defraudada con las candidaturas.

Khilyuta lamentó que el único cambio que los comicios han propiciado en el Este de Ucrania es el aumento de bombardeos por parte del ejército ucraniano y la muerte de más de 200 manifestantes prorrusos, durante la última semana en Lugansk.

Evtreev calcula que en Donetsk, Lugansk, Jarkov y Odessa (donde quemaron vivos a cerca de 46 manifestantes dentro de la Casa de los Sindicatos) han muerto, al menos, 1000 personas en manos del ejército ucraniano.

Por el contrario, para Elena Kryzhanivska fue un honor ayudar a los revolucionarios de Euromaidan desde el segundo día de las manifestaciones en Kiev. Ella, como otros universitarios, contribuía preparando alimentos para los activistas. Recordó que todo se inició con mensajes en redes sociales, en una especie de Primavera Árabe.

La periodista Struk, quien también colaboró en las manifestaciones del Maidan, apuntó que “la gente quiere un futuro mejor. Han sufrido bastante en la URSS y la eterna opresión del ‘hermano mayor’ se hizo insoportable para el pueblo ucraniano”.

Meses antes del Euromaidan, Yanukovich instó a la Rada Suprema (parlamento) a aprobar legislaciones para que Ucrania pudiera cumplir con los requerimientos de la Unión Europea. Sin embargo, el 21 de noviembre un decreto gubernamental suspendió los preparativos para la firma del acuerdo de asociación.

Allí se inició el Euromaidán. En este sentido, Kryzhanivska comentó que al inicio tuvo miedo de los enfrentamientos violentos, los gases lacrimógenos y las granadas pero su ansia por ver a su patria luchar por lo que considera una causa justa le ayudó a superar el temor y estuvo presente en los enfrentamientos más violentos.

Para Maryna Nykytenko, vecina de Khilyuta, estar en el Maidán se trató de un mero negocio. Ella narró la experiencia de su vecina y amiga, quien −afectada por lo ocurrido− no estaba lista para compartir la historia por su cuenta.

Nykytenko viajó hasta Kiev desde Alemania, donde reside, pues se quedó sin trabajo y en Ucrania le ofrecieron una opción laboral. Al llegar, la dirigieron a un sitio en Internet que ofrecía 20 euros diarios para “trabajar en Euromaidan”. Lo aceptó. Vivió en el Maidan durante mes y medio, y ganó cerca de $1500 preparando bombas molotov. Sus días se pasaron vertiendo gasolina y clavos en botellas. Aseguró que había mucha gente que recibía dinero por estar en las protestas.

Al regresar a Alemania, constantes mareos la obligaron a realizarse un chequeo médico. Tras varios análisis sanguíneos, los médicos encontraron restos de psicotrópicos en su cuerpo.

“Estas sustancias se utilizaban en la Segunda Guerra Mundial para inhibir a los soldados y evitar que estos tuvieran miedo a la violencia de la guerra. Le advirtieron que esta sustancia pudo ser ingerida. Sospechamos que a las personas que participaron en el Euromaidan se les suministró por medio de la comida allí,” detalló Khilyuta.

El Euromaidan fue iniciado por estudiantes universitarios y más sectores descontentos con la gestión del Partido de la Regiones, de Yanukovich. Entre estos estuvo la oposición política, que incluyó el grupo fascista Pravy Sector y el partido parlamentario de extrema derecha Svoboda −catalogado como neonazi por los sectores de la contra.

Para el momento de los disturbios, los sondeos populares indicaban que el 41% de la población consideraba como prioridad la integración con la Unión Europea (en Kiev este porcentaje era del 75% y en el Este un 18%.)

Tras sangrientos encuentros que provocaron la muerte de varias decenas de ciudadanos, el 21 de febrero Yanukovich finalmente renunció a su cargo presidencial y huyó a refugiarse a la vecina Rusia.

El actual líder del país, Poroshenko, aprovechó las circunstancias para impulsar una candidatura neutral, apoyando la integración a la Unión Europea, pero al mismo tiempo con la promesa de resolver los conflictos en el Este y fortalecer relaciones económicas con Rusia. Obtuvo el 53,7% de los votos en unas elecciones con 40% de abstencionismo.

Poroshenko se comprometió a continuar con las operaciones militares del ejército ucraniano, para poner fin a la insurgencia armada en el Este.

“En general, la situación en Kiev es ahora bastante tranquila. Todos los servicios de la ciudad se ejecutan y todo es seguro. La gente está tensa debido a las acciones militares de los terroristas en el Este de Ucrania”, externó Gorbachyk.

Por su parte, Evtreev expresó que para él, todo lo ocurrido solo propicia que los habitantes del Este y del Oeste de Ucrania se odien: “Han muerto chicos de ambas bancadas por ideales falsos”, lamentó.

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