A luchar por el salario digno

En el ensayo referido Carmen Lyra explica con una gran maestría la forma en que unos pocos se enriquecen con el trabajo ajeno

Los pobres tuvieron que aguantar porque si no se quedaban sin trabajo.
Esa es la libertad que el capital deja al trabajador: o acepta el salario que
el patrón tenga a bien pagarle o salir a aguantar hambre con sus hijos”.   Carmen Lyra en “El grano de oro y el peón”

En el ensayo referido Carmen Lyra explica con una gran maestría la forma en que unos pocos se enriquecen con el trabajo ajeno y hace un llamado vehemente a la organización de la clase trabajadora en defensa de sus derechos. Ciertamente los trabajadores tienen que enfrentar entre otros, la carestía de la vida, salarios indignos, la represión de las libertades de ahí que la vigencia del pasaje citado queda en manos de los amables lectores y lectoras.

En el sistema capitalista se establecen dos formas de pago para los empleados, por tiempo y a destajo (el caso de un albañil o de un pegador de cerámica). En el primer caso usualmente se le paga por quincena o por mes, en el segundo caso se le paga según la producción realizada (dando la impresión de que se retribuye con justicia). Lo cierto es que en ambos casos el patrono (empleador) se apropia del excedente (plusvalía). El decurso de la historia del capitalismo muestra la lucha continúa entre los patronos que desean alargar las jornadas de trabajo con la menor paga y la lucha organizada de los trabajadores por garantizarse un salario digno y liberar su tiempo. Pero una de las cuestiones que más frustran e indignan es el desempleo, desde hace tiempo se hace necesario realizar movimientos en pro del empleo. Unos diputados para distraer la atención que cuestiona la participación de sus partidos en el gasto millonario de las campañas (algunos de ellos sostienen demandas por el Tribunal Electoral y otros no declaran sus rentas) electorales de sus partidos, la emprenden contra los derechos de los trabajadores simulando sus preocupaciones por la deuda interna, cuando en los últimos treinta años sus partidos aprobaron el endeudamiento que entre otros sirvió para crear la infraestructura de algunas transnacionales que después de explotar la riqueza del país se van cuando lo juzgan conveniente sin que el Estado les demande ningún tipo de responsabilidad (no invierten en el desarrollo de país). Estos políticos de oficio que por años se oponen bajo el esquema del libre mercado, para que paguen los casinos, las transnacionales de las zonas francas (incluyendo además un paquete de exenciones para otras empresas, como las llamadas sociedades anónimas, que se crean y luego decretan su muerte para volver a crear otras), el contrabando legalizado de mercaderías y evasión de impuestos. Claro que nos preocupa la inversión social, pero             en lo que no estamos de acuerdo es que sea la clase trabajadora la que pague la crisis que deben pagar los saqueadores de las arcas del Estado. Parece ser que los diputados tienen una convención colectiva de trabajo camuflada y no legislan para eliminar sus privilegios (de su supuesta convención) como la importación de vehículos sin impuestos para uso personal, pago de dietas (a más de su salario), gastos de representación, y asesores, pensiones de los diputados, y presidentes, aumentos desproporcionados de sus salarios (un diputado en el período anterior decía que él se merecía dichos aumentos por cuanto tenía dos títulos). Empero la ´prensa oficial´ guarda un silencio cómplice y siniestro. Llamamos a los trabajadores a mantenerse firmes en los principios de formación, estudio, organización y movilización para resistir el delirio de los ricos.

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