Alfarismo

En un nuevo artículo publicado en el Semanario Universidad (11/2/2015), el filólogo Roy Alfaro Vargas se presenta como un investigador independiente (es decir, “sin

En un nuevo artículo publicado en el Semanario Universidad (11/2/2015), el filólogo Roy Alfaro Vargas se presenta como un investigador independiente (es decir, “sin ataduras”), que ha sido publicado en cinco países (¿no eran más?), que se mueve en siete idiomas (¿sólo siete?) y está renovando los estudios marxistas en toda Latinoamérica (¿y el Caribe?).

De no menor importancia, Alfaro cita textualmente a “un investigador europeo” que elogia sus estudios sobre ciencia ficción costarricense, pero sin identificarlo (¿será el propio Darko Suvin el que los elogió y por modestia Alfaro no lo quiere dar a conocer?

Con tales antecedentes, resulta inevitable emplazar al Consejo Nacional de Rectores (CONARE) para que explique a la opinión pública mundial por qué ninguna universidad estatal costarricense ha contratado a Alfaro, cuyo nombre merece figurar ya al lado de los grandes pensadores de la humanidad. De hecho, Alfaro, en un artículo publicado también en el Semanario Universidad (13/3/2013), implicó que él era un teórico de la estatura intelectual de Marx (no Groucho, sino Karl).

Se entiende, además, que publicaciones académicas como la Revista de Ciencias Sociales, la Revista de Filología y Lingüística y Letras (entre otras), en abierto desafío al anti-alfarismo que parece dominar en los círculos de poder de las universidades estatales, hayan abierto sus páginas a este extraordinario investigador que es Alfaro.

Cierto que Alfaro, como lo sugiere el filósofo George García, tiende a incurrir en una escolástica stalinista; también es claro que, al analizar la ciencia ficción costarricense, ha fetichizado el concepto de “novum” de Suvin; y que, en su heroica e incansable lucha contra el capitalismo y el neoliberalismo, Alfaro está dispuesto a vestirse con el ingrato uniforme del comisario ideológico.

Sin embargo, no se le debe recriminar por la pasión y la perseverancia con que defiende sus puntos de vista. Como alguien que está a la vanguardia en la revolución del pensamiento universal, Alfaro sabe algo que el resto de los seres vivos que habitan este planeta ignora: que las bases primigenias de todo conocimiento son el escolasticismo y la fetichización.

Por último, un pequeño detalle. El correo ofensivo que Alfaro me envía el 3 de diciembre del 2014 con instrucciones a sus contactos para que lo distribuyan, va acompañado del artículo que él publicó en la revista Letras dedicado exclusivamente a mis cuentos de ciencia ficción. En otras palabras: el correo ofensivo me alude directamente.

No sorprende que en este, como en otros casos, Alfaro manifieste serios problemas con el manejo y la interpretación de los datos; pero eso también es excusable: en tanto escolasticismo arraigado en la fetichización conceptual, el alfarismo, precisamente por ser una corriente teórica de abstracción insondable, no puede descender a los submundos de lo fáctico.

En todo caso, mi queja sobre el envío del correo ofensivo tuvo algún efecto, ya que Alfaro no me ha vuelto a enviar correos electrónicos no solicitados, lo cual le agradezco.

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