En las últimas semanas hemos visto campañas del Hospital Nacional de Niños para recaudar una suma de $1.000.000 con el fin de comprar un hospital móvil con el cual contar en caso que suceda una eventualidad en el país. Al mismo tiempo, escuchamos cómo Telenoticias saca reportajes de la poca respuesta que ha tenido esta campaña y espacios de incentivación para que los y las costarricenses comiencen a apoyar. Se dice que ahora es extraña la poca solidaridad, que siempre nos había caracterizado, entonces de ahí la gran duda que surge según los medios de ¿en qué momento el pueblo dejó de tender la mano?
Es imposible no recordar cuando se recaudó una impresionante cantidad de dinero para reconstruir el pueblo de Cinchona después del terremoto y esta terminó desaparecida teniendo que actuar la ONG Un Techo para mi País (ahora Techo) al auxilio de las familias afectadas. Pero no sólo eso ha calado en que el pueblo se vuelva desconfiado de los malos manejos de dinero, ahora analicemos las posibles preguntas que tiene el pueblo costarricense: ¿no hay dinero para comprar un hospital móvil pero se absuelve todo caso de corrupción del país?Nos sobra el dinero para que quede prácticamente impune el “mal manejo” de más de 800 mil dólares por parte del ex presidente Miguel Ángel Rodríguez por el caso Alcatel y el ex presidente Rafael Ángel Calderón en el caso Caja-Fishel, y 900mil dólares por parte de José María Figueres, con la cínica moda de no sólo dejárselos pasar sino pensar en volver a tener una candidatura.
Pero bueno, no pongamos a nuestro pueblo como un ingrato rencoroso, vamos a la actualidad, donde nuestra querida presidenta tiene 1100 millones de colones para gastar durante el año para reconstruir su imagen, o el país tiene dinero para darnos un toque de queda por la venida de un ciudadano estadounidense con un cargo de responsabilidad alto, gastando en un asueto de instituciones públicas de 7 cantones y numerosos operativos de seguridad todo para seguir teniendo el orgulloso título de patio trasero o como una vez se nos llamo a la región “Nobodys backyard”.
Así como los medios de comunicación se cuestionan por qué los y las costarricenses no apoyamos esta iniciativa, el pueblo se cuestiona por qué no le piden dinero a José María Figueres ya que está de paso por el país porque se le antojó un tamal, tal vez se le antoje devolver algo de lo que se llevó, o les piden a los diputados y gerentes de bancos públicos que donen un monto de su millonario salario. Tampoco sería mala idea que la Fundación Arias para la Paz quiera pasarnos algo de las miles de donaciones que se le han investigado por sospechosas. O el dinero que se le está regalando a la concesionaria Autopista del Sol con los peajes de la carretera a Caldera o ¿será que tal vez quieran proponer una concesión para construir el hospital móvil y continuar la moda?
Hay 42 millones de colones para gastar en la trocha fronteriza que fue una obra inservible, pero no para la salud de nuestros niños. Y digo si el ministro de Hacienda y todo su gabinete no tuvo para pagar sus impuestos tributarios o el ministro de Deportes no tuvo para entradas a un evento benéfico como lo es la triangular “90 minutos por la vida”, no creo que nosotros tengamos de sobra para donar a esta causa viviendo en un país donde cada día es más caro y la pobreza incrementa.
Entonces no, el poco apoyo a esta iniciativa no es una mala noticia, al contrario, es una muestra más que el pueblo está cansado del robo del que somos víctimas día tras día. Los gobiernos pasados se han encargado de destruir la Caja y seguir haciéndolo, y el pueblo va a regalar algo que tiene grandes posibilidades de quedar privatizado si no hay un cambio inmediato. La primera vez es un error pero la segunda es una decisión, y el pueblo está decidiendo no volver a caer en estas falsas y poner un alto.
